La posibilidad de acometer nuevas inyecciones de liquidez a largo plazo destinadas a fortalecer la concesión de préstamos a las pymes

AutorJuan Calvo Vérgez
Cargo del AutorProfesor Titular de Derecho Financiero y Tributario. Universidad de Extremadura
Páginas209-219

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Con fecha 23 de septiembre de 2013 el Presidente del BCE anunció que estaba dispuesto a abrir de nuevo la barra libre de liquidez a tres años para la banca de la Zona Euro con la finalidad de mantener los tipos de interés a corto plazo de los mercados monetarios a un nivel que esté justificado en atención a la evaluación de la inflación a medio plazo. Dicho de otro modo, el BCE anunció que estaba dispuesto a garantizar la liquidez del sistema para que las entidades financieras pudieran aumentar la concesión de crédito una vez hubiesen sido saneadas. Y ello al objeto de mantener los tipos de interés a corto plazo de los mercados monetarios a un nivel que estuviese justificado por la evaluación de la inflación a medio plazo.

A priori se trataría de una nueva actuación destinada a hacer frente a la falta de flujo de crédito a la economía, especialmente a las pymes. Una situación motivada, no ya solo por la aversión al riesgo de la banca (que prefería comprar deuda pública a prestar a las empresas), sino también por la falta de demanda existente por parte de las propias pymes. Y es que, a pesar de que las tensiones de liquidez se habían relajado, el mercado interbancario todavía no fluía con normalidad. En efecto, a pesar de la existencia de exceso de liquidez en determinadas entidades financieras, dichas entidades

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optaban por no acudir al mercado interbancario para conceder préstamos, haciéndose en consecuencia necesaria la intermediación del BCE.

Ciertamente, y tal y como hemos tenido ocasión de analizar, las subastas LTRO posibilitaron en el pasado que los bancos europeos, como consecuencia del surgimiento de un exceso de liquidez, pudieran financiarse a tipos muy bajos en plazos desde tres meses hasta tres años. Ahora bien, siendo su finalidad primigenia aumentar la disponibilidad de fondos para la concesión de crédito, a través de las mismas se terminó permitiendo a la banca recapitalizarse mediante la generación de recursos orgánicos. Como ya sabemos, a través de sucesivas operaciones de carry trade178 la liquidez obtenida de los LTRO terminó invirtiéndose en deuda soberana o corporativa con tipos superiores al coste de financiación. De este modo se logró la obtención de beneficios para las entidades incrementándose además la demanda de bonos, especialmente de Gobiernos periféricos.179Por otra parte constituye un hecho innegable que aquellas entidades financieras más débiles son las que más acuden a la compra de deuda pública, especialmente de sus países de origen, para salvar sus cuentas. Dichas entidades utilizan sus recursos para comprar deuda en lugar de abrir el grifo del crédito, contando además con el dato a su favor de que los bonos públicos adquiridos pueden posteriormente ser empleados como colateral para obtener liquidez ilimitada acudiendo al BCE.

Tal y como se recogió en el Informe de la Comisión Europea de noviembre de 2013 titulado "Financial Assistance Programme for the Recapitalisation of Financial Institutions in Spain",180una de las principales razones de la escasez de crédito concedido por las entidades financieras podía situarse

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en la falta de demanda solvente. Sin embargo, como bien se precisaba en el citado Informe, concurrían también factores de oferta y otras circunstancias tales como la acumulación de financiación por parte del Sector público181o las necesidades de desapalancamiento del sector financiero y no financiero, además de la aversión a la inversión a largo plazo mientras sigue desarrollándose el ajuste económico.

Dada esta situación una de las principales alternativas barajadas era la compra a la banca de activos de crédito del sector privado. Sin embargo, tal y como ha señalado BARLEY,182ello podría conducir a que el BCE se implicase de forma implícita en las decisiones sobre los préstamos. Por nuestra parte estimamos que la eventual adquisición por parte del BCE de titulizaciones de los bancos podría resultar positiva de cara a la reactivación del crédito. Ahora bien, sin perjuicio de lo anterior la adopción de dicha medida podría contribuir igualmente a que los Estados continuaran manteniendo indefinidamente altos niveles de déficit, pudiendo ello conducir a que el BCE se viese obligado a monetizar la deuda con el riesgo de crear inflación, o bien hacer quebrar a esos países, transfiriendo el coste al resto de países de la Eurozona.183El BCE estudiaba la posibilidad de acometer una nueva inyección de liquidez a largo plazo (LTRO) a la que únicamente podrían acudir aquellos bancos de la Eurozona que se comprometiesen a destinar a préstamos a empresas los fondos recibidos.184Esta nueva inyección de liquidez contaría

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con una duración de entre nueve y doce meses, frente a los tres años de las dos anteriores ediciones de las LTRO, con las que el BCE distribuyó más de un billón de euros entre los bancos europeos, principalmente entre entidades italianas y españolas. A tal efecto se barajaban dos posibles alternativas. De una parte, la realización de una subasta LTRO a plazo respaldada por titulizaciones de crédito, si bien esta primera posibilidad podría terminar generando un riesgo de impago que tendría que asumir el propio BCE o, en su caso, el Banco Europeo de Inversiones o los Estados soberanos. Y, de otra, continuar utilizando como subyacente la deuda pública, si bien condicionando la liquidez dada a objetivos concretos de crédito empresarial. Incluso se planteaba la posibilidad de que el BCE decidiese rebajar los colaterales (garantías) exigidos para sus operaciones de liquidez al estimarse que, en el supuesto de que se optase por incluir entre dichas garantías la deuda ligada a las pymes, ello podría conducir a que los bancos que prestan dinero obtuvieran más liquidez, con lo que se premiaría la concesión de crédito.

Asimismo comenzó a plantearse la posibilidad de que la institución eliminase la subasta inversa que efectúa cada semana (en la que paga a los bancos hasta un 0,25%) con el fin de retirar de la circulación un importe equivalente al comprado en deuda, optando así por no esterilizar dichas compras de deuda. Recuérdese a este respecto que cuando el BCE lanzó a mediados de mayo de 2010 su programa de compra de valores (SMP), que en septiembre de 2012 fue sustituido por el plan OMT, la condición básica fijada fue la relativa a ‘esterilizar’ cualquier compra de deuda soberana para evitar incurrir en políticas monetarias de expansión cuantitativa que alimentaran un repunte inflacionista. Sin embargo una posibilidad existente era dejar de drenar esa liquidez, de manera que se eliminaría la subasta inversa semanal en la que el BCE paga a las entidades hasta un 0,25% para retirar del mercado un importe similar al comprado en deuda, dejándose de esterilizar los 175.000 millones de euros procedentes de las compras de deuda. A priori ello podría conducir a un aumento de la liquidez en el sistema financiero con el objetivo de transferirlo a la economía mediante un aumento del crédito.185

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Recapitulando, a lo largo del ejercicio 2013 el BCE trató de hacer frente a la deriva de la deuda soberana y de buena parte de las entidades financieras, tratando de fortalecer y de apuntalar lo que constituye el mayor proyecto común a...

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