PORSDAM, Hellen: From Civil to Human Rights. Dialogues on Law and Humanities in the United States and Europe, Edward Elgar, Cheltenham (UK) / Northampton, MA (USA), 2009, pp. 232. ISBN-978-1-84720-901-6.
| Autor | Jordi Bonet Pérez |
| Cargo | Universitat de Barcelona |
| Páginas | 1428-1431 |
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La autora de esta monografía, partiendo de la observación de la pervivencia de las tradicionales tensiones transatlánticas que recorren las relaciones
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entre Europa y los Estados unidos de américa desde que el país norteamericano asumiese su rol de potencia mundial -e interviniera de modo significativo, no hay que olvidarlo, en el destino del continente europeo-, direcciona su análisis hacia una de las manifestaciones de esa dialéctica de presunta contraposición: la teoría y la práctica de los derechos humanos. El propio título elegido por Hellen Porsdam, profesora de Estudios americanos en la universidad de Copenhague, proyecta la percepción muy acertada de que, identificada la presencia de posicionamientos jurídico-políticos en apariencia diferenciados sobre esta materia, cualquier acercamiento a este asunto tenga un neto sentido constructivo, es decir, de búsqueda de aquello que es común y compartido como referente de una quizá no tan radicalmente distinta aproximación ética, cultural y jurídica.
A través de los nueve capítulos en que se divide la monografía, la disección de las diferencias transatlánticas en materia de derechos humanos se efectúa bajo cuatro premisas que fundamentan el discurso de la autora. Primera, la historicidad de la brecha transatlántica, expresiva de la necesidad de contemplarla como un fenómeno contextual que impregna las relaciones mutuas. Segunda, la observación de las contradicciones y de la disgregación existentes en la articulación del argumento europeo respecto a sus relaciones transatlánticas, como pretende demostrarse, por ejemplo, contraponiendo la crítica ante la reacción al 11-s o la invasión de irak, incluida la expresión en algunos sectores de una voluntad de ejercer de contrapeso al poder estadounidense, frente al apoyo activo e incondicional, el seguidismo más o menos pasivo y/o el silencio tolerante y comprensivo de buena parte de los Estados europeos en lo que concierne a la actuación estadounidense. Tercera, la constatación de que la presunta superioridad ética europea en la que pudiera sustentarse el latente antiamericanismo que se percibe en sectores sociales europeos no se sustenta en bases demasiado sólidas, si se analiza la Historia de Europa desde el siglo XIX hasta nuestros días. Y, cuarta, la necesidad de examinar los derechos humanos no sólo desde una perspectiva política o jurídica, sino de realizar una aproximación cultural a los mismos, y, en definitiva...
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