La Política Agraria Común y el desarrollo rural sostenible en la Unión Europea

AutorHenar Álvarez Cuesta
Páginas70-76

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La perspectiva de la UE al respecto es sensiblemente diferente, en tanto los problemas a los que se enfrenta y las armas para encontrar soluciones son parcialmente distintas. No duda cabe, en cualquier caso, que el sector agropecuario reviste importancia estratégica. De conformidad con la Decisión del Consejo, de 20 de febrero de 2006, sobre las Directrices estratégicas de la Unión Europea de desarrollo rural, las regiones rurales representan el 92 % del territorio de la Unión Europea (UE) y generan el 45% del valor añadido y el 53 % de los puestos de trabajo de la UE. Las cifras más recientes consolidan la tendencia: la UE cuenta con 14 millones de agricultores, y los sectores agrícolas y

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alimentario juntos representan el 7% de todos los puestos de trabajo y el 6% del Producto interior bruto europeo187.

Pese a la gran diversidad de situaciones, tales regiones reproducen, a menor escala, los mismos problemas detectados en páginas anteriores: presentan en general una renta per cápita inferior en aproximadamente un tercio a la media europea, una baja tasa de actividad de las mujeres y un sector de servicios menos desarrollado. Resumidamente, constituyen los grandes retos que tiene que afrontar este sector en Europa, al cambio climático se añade el abandono de las zonas rurales hacia las urbanas por carecer de servicios y de incentivos profesionales, quedando lastradas como un yacimiento de trabajo precario y/o sumergido.

A la hora de afrontar estos desafíos, la Unión Europea ha seguido dos vías de actuación. De un lado, ha adoptado una Política Agraria Común en pos de un desarrollo rural sostenible; de otro, ha apoyado (progresivamente con mayor determinación, al menos formalmente) la agricultura y ganadería ecológica.

Respecto al primer grupo de medidas, la Política Agraria Común (la cual, para ciertas voces, "ha sido determinante en la producción y abastecimiento de alimentos, la sostenibilidad de las explotaciones y la vida en el medio rural"188) ha de afrontar la lucha contra el cambio climático, la gestión sostenible de los recursos naturales, la conservación del paisaje en toda la UE y el mantenimiento de una economía rural viva189. Normativamente, el Reglamento 1257/1999 estableció el marco de apoyo comunitario a un desarrollo rural sostenible, estableciendo dos clases de medidas subvencionables, por un lado, las complementarias a la reforma de la PAC y por otro, las de modernización y diversificación de las explotaciones agrícolas. Posteriormente, el Reglamento 1698/2005 impuso a los Estados la obligación de desarrollar un Plan Estratégico Nacional, y ha seguido promulgando numerosos Reglamentos ad hoc, baste citar el Reglamento 1306 y 1307/2013, del Parlamento Europeo y del Consejo de 17 de diciembre de 2013, o el Reglamento 640/2014 de la Comisión del 11 de marzo de 2014.

El segundo pilar de esta política aparece constituido por aquélla que busca el desarrollo rural, y "tiene como principal objetivo crear un

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marco coherente y sostenible que garantice el futuro de las zonas rurales, basado sobre todo en su capacidad para proporcionar un abanico de servicios públicos que van más allá de la mera producción de alimentos y en el potencial de las economías rurales para generar nuevas fuentes de ingresos y nuevos empleos, preservando al mismo tiempo la cultura, el medio ambiente y el patrimonio de las zonas rurales"190.

Este segundo pilar aparece regulado en el Reglamento 1305/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de diciembre de 2013, relativo a la ayuda al desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y por el que se deroga el Reglamento 1698/2005 del Consejo.

En sus consideraciones previas señala cómo, "a fin de garantizar el desarrollo sostenible de las zonas rurales, es necesario centrarse en un número limitado de prioridades básicas relativas a la transferencia de conocimientos y la innovación en la agricultura, la silvicultura y las zonas rurales, la viabilidad de las explotaciones la competitividad de todos los tipos de agricultura en todas las regiones, y promover las tecnologías agrícolas innovadoras y la gestión forestal sostenible, la organización de la cadena de distribución de alimentos con inclusión de la transformación y comercialización de productos agrícolas, del bienestar de los animales y la gestión de...

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