La Policía orientada a los problemas (Problem-oriented policing)

AutorFrancesc Guillén Lasierra
Páginas171-179

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Además de los modelos policiales descritos anteriormente, algunos autores describen otros posibles modelos policiales. así, Tilley (2008) habla de la policía guiada por la inteligencia (Intelligence-led Policing) y de la policía orientada a los problemas (problem-solving o problem-oriented policing). Bertaccini (2011) al tiempo que incluye el segundo de los modelos citados entre los que él describe incorpora también el de tolerancia cero o Broken Windows Policing, ya citado incidentalmente antes en este trabajo. Newburn (2007) trata de manera indivi-

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dualizada los tres. Medina (2011) añade a todos los anteriores la policía de aseguramiento, y la policía de barrio, en un estudio muy bien documentado, aunque focalizado principalmente en el reino unido.

Es importante señalar que en todos los casos se trata de metodologías de trabajo, o, si se quiere, aproximaciones a la función policial, que han venido a modificar la manera de intervenir de la policía a fin de mejorar sus resultados. Se trata, pues, de conceptos o de aproximaciones relevantes para la función policial que hay que tener en cuenta. Todas ellas han hecho aportaciones a la forma de operar de la policía, con resultados desiguales. ahora bien, la cuestión es saber si, con los parámetros descritos aquí, constituyen modelos policiales o no, si tienen la entidad suficiente para diferenciarse de los tres modelos anteriormente descritos. Para dar una respuesta oportuna será necesario analizarlos en sus aspectos básicos y definitorios.

  1. La Policía orientada a los problemas (Problem-oriented policing)

En primer lugar, el problem-solving policing o problem-oriented policing, que podríamos traducir como policía orientada a los problemas (en adelante POP), constituye una aportación de primer nivel sobre la manera en que la policía ha de plantearse su trabajo. Goldstein, su ideológo y constructor, constata en la década de los años setenta del siglo pasado como los cuerpos policiales norteamericanos se han centrado en ellos mismos y se han olvidado de la finalidad para la cuál existen: ofrecer un servicio a la ciudadanía. Goldstein (1979) considera que la policía se ha convertido en una organización autoreferente en la que todo empieza y termina en ella misma. El profesionalismo ha llevado a mejorar la formación de sus miembros tanto en el aspecto estrictamente profesional como en la gestión de la organización. Existen muchos mandos y dirigentes policiales que han visitado las escuelas de gestión y que son capaces de diseñar organigramas que recogen los principios más modernos de la gestión de las organizaciones, que presentan indicadores técnicamente muy bien elaborados. Mientras tanto la delincuencia crece y el público siente cada vez más desapego hacia la policía. Goldstein (1979) describe muy bien esta situación en el citado ejemplo del autobús inglés que no se detiene a recoger pasajeros para poder así cumplir con los indicadores horarios de la empresa, sin importarle que deja de prestar el servicio que justifica su trabajo (vid. epígrafe 8 del capítulo segundo). una organización de este tipo pierde el apoyo de los ciudadanos porque

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muestra desinterés por sus problemas. Precisamente ésa es, según Goldstein, la cuestión: la policía se ha limitado a aplicar la ley y a embellecer la organización olvidándose de resolver los problemas de la gente. Ha puesto los medios por delante de los fines, de los objetivos. ahí está el quid del problema. La policía se limita a reaccionar ante las incidencias que se le presentan aplicando la ley con estructuras organizativas modernas, sin preocuparse de si, con sus actuaciones, mejora o no la calidad de vida de la ciudadanía, si les soluciona los problemas de seguridad en sentido material, los que hacen su vida más difícil. La crítica de Goldstein va dirigida a los fundamentos del modelo, cuestionando tanto la finalidad como las estrategias y metodologías del modelo profesional, aunque reconoce sus aportaciones iniciales para poner orden y ciencia en un contexto politizado y corrupto. Desde éste punto de vista, al hacer referencia a la necesidad de modificar la finalidad de la actuación policial, sí que podría plantearse que Goldstein está proponiendo la creación de un nuevo modelo, de un nuevo paradigma policial. La policía tendría que tener en cuenta que su finalidad ha de ser ofrecer un servicio público que mejore las condiciones de vida de la población y a partir de aquí, cambiar su metodología de trabajo. La policía tendría que abandonar su apego a la reacción y a la pura y estricta aplicación de la ley. como se ha comentado ya, la integración de la telefonía, la radio y los vehículos a motor en las organizaciones policiales había incrementado las posibilidades de que los ciudadanos comunicaran a la policía cualquier incidente que precisaba de su presencia así como que éste fuera comunicado directamente a las patrullas motorizadas presentes en el territorio. Estas patrullas, en la práctica, dedicaban su jornada laboral a circular por un territorio determinado en espera...

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