El otro 'plano inclinado'. De la dictadura de Primo de Rivera a la proclamación de la república (1929-1931)

AutorJosé Manuel Vera Santos
Páginas67-99
3. EL OTRO “PLANO INCLINADO”. DE LA
DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA A LA
PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA (1929-1931)
3.1. ALEA IACTA EST: CRISIS DEL RÉGIMEN Y DIMISIÓN DE
PRIMO DE RIVERA (JULIO DE 1929-ENERO 1930)
Cuando el cinco de julio de 1929 se presentó ante la Asamblea, el anteproyecto
constitucional fue acogido con frialdad por el Rey y los políticos del régimen; los
adversarios se opusieron totalmente. La sensación dentro del propio régimen y de la
derecha española era de perplejidad, dado que habiendo elegido la senda autorita-
ria159 no era capaz de dar con un modelo que la vertebrara160.
159 Ibídem, pág. 302 habla que sin ser todavía una Constitución fascista, ya marcaba el camino y
remarca de nuevo las contradicciones dentro de sí misma. Como he indicado antes en nota 99, no es
este un tema indiscutido, cerrado, ni mucho menos.
160 “Cuando el proyecto fue publicado se descubrió que nadie lo apoyaba con verdadera decisión,
a excepción de Yanguas, que no podía manifestarse en contra de un trabajo que había coordinado y
dirigido durante un amplio periodo de tiempo. Lo propios redactores del proyecto no lo defendieron
de forma decidida, mientras que el deseo del dictador de animar una discusión amplia en la opi-
nión pública facilitó que llegara a producirse una autentica erupción de la prensa liberal en contra
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Aun prescindiendo de tal acogida, era muy difícil que el proyecto prosperase. Al
tiempo de publicarse, la dictadura había perdido apoyo popular e impulso políti-
co161. Este se hacía patente con el rechazo del anteproyecto constitucional.
Siendo cierto lo anterior y señalando a junio de 1929 como fecha en la que
comienza la gravedad de la crisis del régimen estudiado, la oposición a Primo de
Rivera ya se estaba fraguando, al menos, desde 1926.
Y es que algunos monárquicos constitucionales, defensores de una vuelta a los
preceptos de la Carta canovista, conscientes de que la vuelta a la normalidad anun-
ciada por el Rey y el dictador no era la que ellos esperaban, pretendieron volver a
la Constitución de 1876 apartando al dictador por medio de un golpe armado, “la
Sanjuanada, aunque preservando al Rey como elemento moderador. Tras el golpe
se encontraban políticos y militares próximos al Partido liberal como Romanones o
Melquíades Álvarez, junto a militares como los generales Weyler y Aguilera, además
de algunas personalidades republicanas162.
del proyecto. Eso, al nal, acabó por multiplicar las reticencias del dictador respecto de un texto que,
en realidad, nunca fue suyo ni tampoco del Rey. El resultado fue que en los últimos meses de 1929 el
régimen estaba en un estado de perplejidad absoluta.” (TUSELL y G. QUEIPO DE LLANO, Alfonso
XIII…, op. cit., pág. 560).También coincide con esta argumentación GÓMEZ-NAVARRO (El régi-
men de Primo…, op. cit., pág. 303), y habla de “confusión y división interna, y en el límite, la falta de
maduración ideológica de la derecha española de corte autoritario. Por todos, también BEN-AMI (La
Dictadura…, op. cit., págs. 237 y siguientes), destacando no solo la desafección de diversos sectores,
sino la causa de cada uno de ellos y una razón más general: “la antigua tradición española de conside-
rar que la soberanía reside en las Cortes con el Rey”.
161 Muy aclaratorio GARCÍA CANALES, El problema…, op. cit., págs. 41-44, aludiendo a la opi-
nión de cada sector (iglesia, agrarios, industriales…) tanto al materializarse el golpe de Estado como
las causas de su postrera desafección: los intereses de cada uno fueron cambiando en esos siete años
¡tan real como la vida misma! Resulta muy interesante su lectura.
162 MARTORELL LINARES, M. “El Rey en su desconcierto. Alfonso XIII, los viejos políticos
y el ocaso de la monarquía” en MORENO LUZÓN, J. Alfonso XIII. Un político en el trono. Madrid,
Marcial Pons, págs. 373-402 (381-383). GONZÁLEZ MARTÍNEZ (“La Dictadura de…, op. cit., págs.
402-407) titula el tercero de los epígrafes de su artículo como “Oposición y crisis nal de la dictadura:
de la sanjuanada a la dimisión”. Aludiendo a antecedentes y desarrollo posterior de acontecimientos
varios, resulta signicativa la datación que realiza y la relevancia de dicho pronunciamiento fallido
pero representativo de una realidad cierta. Constata la conuencia entre el elemento civil y militar en
esta pronunciamiento GARCÍA QUEIPO DE LLANO, G. “Primo de Rivera”. Cuadernos de Historia
16, nº 269, pág. 26. Como ya indiqué en nota 2, esta unión era la habitual en los pronunciamientos
militares del XIX.
69Primo de Rivera: de la decadente monarquía a la “deseada” república
Sánchez Guerra163 que había abortado las ansias golpistas del general Aguilera164,
se desmarcaba de manera taxativa del golpe que repugnaba a su conciencia. Este,
previsto para la noche de San Juan de 1926165, y por ello conocido con la antes citada
denominación, fue desmantelado la víspera y condenado en la prensa del régimen
de manera airada y, podría aventurarse, poco realista166. Sánchez Guerra seguía con-
ando en que el Rey entrara en razón. Esta conanza saltaría por los aires cuando
tres meses después, en septiembre, Primo de Rivera anunciaba la constitución de
una asamblea corporativa, antítesis del parlamentarismo liberal, lo que hizo que
Sánchez Guerra enviara una durísima carta a su Rey donde dejaba muy claro de
nuevo que, si convocaba la asamblea, muchos monárquicos constitucionales se ale-
jarían denitivamente del mismo167.
163 Abogado, periodista y político conservador. Entre otros cargos fue Presidente del Consejo de
Ministros (1922), Ministro de Fomento (1908-1909) o Presidente del Congreso (1919-1922) durante
el reinado de Alfonso XIII.
164 Resumen del enfrentamiento a puñetazos en sede parlamentaria entre ambos (bien que fuese
el político el que agrediera al militar), junto a su motivación en CARDONA “Una chapuza…”, o, c.,
pág. 10.
165 Abro nota especial para remitirme de nuevo a la ya citada y enciclopédica Historia de España
de Menéndez Pidal, dirigida por JOVER y cuyo volumen II del Tomo XLI, coordinan SECO y TUSELL
En su capítulo IV (“El Directorio civil: génesis y primeros pasos”, págs. 347-432), encontramos un
excelente relato referido a este pronunciamiento cívico-militar (págs. 390-409). Interesantes reexio-
nes, por ejemplo, respecto a las multas a las que me reero en la nota siguiente, “procedimiento típi-
camente primorriverista” para liquidar la “sanjuanada” (pág. 406).
166 “Un corto número de personas, cegadas sin duda, por pasiones, ambición o despecho, venían
intentando desde hace unas semanas la organización de un complot, fundándolo en que va transcurri-
do mucho tiempo sin gozar de las libertades no del régimen constitucional puro. Añoran, por lo que
se ve, los tiempos anteriores al 13 de Septiembre, en que disfrutaban de eso y, además del terrorismo,
del separatismo, de la impiedad, del descrédito monetario, del desdén mundial, del desbarajuste en
Marruecos y de la ruina y el abandono de la producción agrícola e industrial. Allá ellos con su parecer.
La inmensa mayoría española demuestra a diario querer la perseverancia del régimen y del gobierno
actual (…) El mosaico de conspiradores no puede ser más abigarrado y grotesco: un grupo de sindica-
listas, otro de republicanos y de intelectuales anarquizantes, calicados por su constante acción demo-
ledora, algunas personas que, por su edad, categoría y posición, nadie las creería capaces de marchar en
tal compañía y de la docena de militares descontentos y de carácter rebelde e indisciplinado, que son
la excepción de la clase, y siempre voluntarios agentes de enlace para esta clase de aventuras.”(ABC,
26 de junio de 1926). Vid. anexo 13. En el anexo siguiente, el 14, se observa la imposición de multas
económicas a personalidades contrarias a Primo de Rivera y que como “constantes murmuradores”
apoyaban movimientos contra el régimen. Dato curioso cuanto menos… ¡multas! frente a pronuncia-
mientos militares y, cómo no, apoyados por políticos (vid. nota 2).
167 Resulta muy interesante la lectura de SÁNCHEZ GUERRA, J. Al servicio de España. Un mani-
esto y un discurso. Madrid, Javier Morata editor, 1930, opúsculo en el que se recogen tres documentos
del propio político. A saber, el Maniesto del 19 de septiembre de 1926, advirtiendo al rey de lo que
podía pasar si apoyaba la creación de la Asamblea Nacional Consultiva; la carta del 13 de septiembre

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