Los planes de igualdad en las empresas: un impulso necesario

AutorPilar Carrasquer Oto
Cargo del AutorDepartamento de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona
Páginas33-48
3. Los Planes de igualdad en las empresas:
un impulso necesario
PILAR CARRASQUER OTO*
Sumario: 1. Las desigualdades de género en el modelo español de empleo
2. Las políticas de igualdad en las empresas: un reto pendiente
3. El impulso a los planes de igualdad en las empresas desde las
administraciones públicas 4. Consideraciones finales 5. Biblio-
grafía
1. Las desigualdades de género en el modelo español
de empleo1
Como reconocía M. Maruani (2000), los cambios en la actividad laboral
de las mujeres observados en estas últimas décadas en Europa han ido de la
mano de la persistencia de las desigualdades de género en el trabajo y en el
empleo. Unas desigualdades que también han visto modificadas sus formas
de expresión y que se concretan de acuerdo a los distintos modelos de empleo
y de bienestar, en los distintos países europeos. Sin duda, uno de los cambios
más llamativos ha sido el paulatino aumento de la presencia femenina conti-
nuada en el mercado laboral formal que reflejan las estadísticas oficiales. Un
fenómeno que, en una lectura poco atenta y en exceso optimista, parecía
indicar la existencia de una tendencia inequívoca hacia la igualdad o, cuando
menos, hacia la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el
* Departamento de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Centre d’Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball – QUIT.
1 Buena parte de las reflexiones que aquí se presentan tienen su origen en dos inves-
tigaciones llevadas a cabo en el QUIT-UAB: el proyecto I+D Los cambios en el modelo de
empleo en España y Anàlisi dels Plans d’igualtat subvencionats per la Conselleria d’Empresa
i Ocupació per al 2010 (Comissió d’Igualtat i del Temps de Treball del Consell de Relacions
Laborals de Catalunya/ Consell de Relacions Laborals de Catalunya). En este último caso,
algunas de las conclusiones del estudio que aquí se recogen en el punto 3, fueron presenta-
das en las Jornadas «Igualtat i no discriminació a les empreses», organizadas por el grupo
Antígona de la UAB, en julio de 2012.
empleo, en las sociedades europeas. Sin embargo, si bien la dicotomía presen-
cia-ausencia del mercado laboral no define hoy la realidad de la mayoría de
las españolas y europeas, la igualdad entre mujeres y hombres en el trabajo y
en el empleo está lejos de ser un hecho. A pesar de las políticas llevadas a
cabo, la segregación ocupacional vertical y horizontal, la mayor exposición a
formas de empleo menos protegidas, como el empleo a tiempo parcial o la
contratación temporal, o al desempleo, así como la brecha salarial y las dis-
criminaciones indirectas como el acoso sexual, conforman las distintas caras
bajo las que se expresan esas desigualdades de género en el ámbito laboral,
en la actualidad.
El concepto de modelo de empleo permite interpretar esa realidad en el
marco del conjunto de instituciones y políticas que intervienen en el mercado
laboral. Por modelo de empleo se entiende el resultado de la interacción entre
los tres vértices de un triángulo formado por el mercado de trabajo, la divi-
sión sexual del trabajo y las políticas públicas relacionadas con el empleo, la
familia y el bienestar (Torns, Moreno, Borràs, Carrasquer, 2012). De este
modo, se amplía el alcance del concepto más habitual de mercado de trabajo,
tomando en consideración el trasfondo de ese mercado (como la división
sexual del trabajo) y se propicia una visión más dinámica del mercado de
trabajo donde las políticas y los actores adquieren un papel relevante. Bajo
esta perspectiva, en el modelo de empleo español se identifican buena parte
de los rasgos típicos del empleo femenino en Europa, pero con algunas parti-
cularidades que contribuyen a perfilar la singularidad de los modelos nacio-
nales de empleo en los países del sur de Europa. En lo que se refiere a las
cifras de empleo, cabe destacar unas tasas de actividad femenina ligeramente
inferiores a la media europea, un menor impacto del empleo a tiempo parcial
en el total de empleo, aunque comparte su carácter eminentemente femenino,
y un mayor protagonismo del trabajo sumergido en el conjunto de la activi-
dad laboral tanto femenina como masculina. Unos datos que cobran sentido
en el marco de un estado bienestar familista en el que la provisión de cuida-
dos hacia la ciudadanía constituye uno de sus principales puntos débiles, en
especial en lo que se refiere a la provisión de recursos y servicios hacia el
cuidado de la dependencia, de manera que la responsabilidad del cuidado
recae en las hijas-esposas-madres autóctonas o en mujeres inmigrantes
(Simonazzi, 2009), bajo un régimen laboral precario y poco profesionalizado
(Recio, 2010). En añadidura, por más que insuficientes, los avances observa-
dos en las políticas de bienestar en estos últimos años en España, como en el
cuidado de los niños y niñas o en la atención a las personas adultas depen-
dientes, se ven hoy en claro retroceso como resultado de las políticas de res-
tricción del gasto público puestas en marcha como respuesta a la crisis. Unas
políticas que, en clave de género, muy probablemente van a actuar como
refuerzo de una división sexual del trabajo que apenas se ha modificado en el
conjunto de países europeos (Crompton, 2006; Crompton, Brockmann y Lyo-
nette, 2005).
34 Pilar Carrasquer Oto

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