Perspectiva del Dret Internacional del Medi Ambient

AutorSusana Borràs Pentinat
CargoProfesora colaboradora de Derecho Internacional Público / Professora col·laboradora de Dret Internacional Públic, Universitat Rovira i Virgili
Páginas1-42

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La crónica jurídica internacional de este segundo número de la Revista Catalana de Dret Ambiental ofrece un análisis de los documentos más significativos que se han adoptado en los últimos seis meses: el Documento final de la Cumbre Mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho humano al agua y el saneamiento; asimismo se han adoptado dos nuevos protocolos: el Protocolo complementario sobre responsabilidad y compensación del Protocolo de Cartagena y el Protocolo de Nagoya de acceso a los recursos genéticos y de participación justa y equitativa en los beneficios derivados de su utilización.

Los dos primeros son documentos que guardan una intrínseca relación con la protección de los derechos humanos y la preservación del medio ambiente y que constituyen un reconocimiento formal del derecho al agua que, sin duda, reforzará el marco legislativo nacional e internacional, el cual, en la actualidad, no es suficiente. Junto con este reconocimiento formal, es preciso aplicar este derecho de forma efectiva, es decir, hacerlo realidad.

A cinco años de que expire el plazo para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio, su cumplimiento está lejos. Sobre todo si se analiza el derecho humano al agua, ya que cerca de mil millones de seres humanos carecen de agua potable y casi la mitad de la población del mundo vive sin saneamiento básico.

Tampoco las metas de reducción de la pérdida de biodiversidad previstas para el 2010 se han alcanzado. Sin embargo, el último documento analizado en la presente crónica, el acuerdo alcanzado en Japón, da un respiro a la ONU, muy criticada por el mastodóntico sistema de negociaciones multilaterales puesto en marcha tras la Cumbre de Copenhague. Así concluye la presente crónica, con el análisis de la Quinta Reunión de las Partes del Protocolo de Cartagena (MOP-5) y la Décima Conferencia de las Partes (COP 10) del Convenio sobre la Diversidad Biológica, ambas celebradas en Nagoya. Mientras que en la MOP-5, las partes han acordado las reglas y los procedimientos

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internacionales sobre responsabilidad y compensación en caso de daños a la diversidad biológica resultantes de los organismos vivos modificados, en la COP10 las partes no solo han definido un régimen internacional de acceso y beneficio a los recursos naturales genéticos, sino que también se han propuesto asegurar la supervivencia de las especies y los ecosistemas en peligro de extinción mediante la adopción de medidas efectivas e inmediatas para poner fin a la pérdida de biodiversidad, de modo tal que en el 2020 existan y se apliquen todas las políticas y acciones necesarias para que de aquí al 2050 la biodiversidad sea valorada y conservada, restaurada y utilizada racionalmente, de forma que sustente la vida en un planeta sano y aporte beneficios esenciales para todos los seres humanos. Para ello, en Nagoya se han fijado unos objetivos con motivo del Año Internacional de la Biodiversidad, que ha sido el 2010.

1. La Cumbre Mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, del 20 a 22 de septiembre de 2010

Los jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York del 20 al 22 de septiembre de 2010 para celebrar la Cumbre Mundial sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio1.

El 8 de septiembre del año 2000, la Cumbre del Milenio reunía en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York a 189 jefes de Estado y de Gobierno, con el fin de transmitir el mensaje claro de que la erradicación de la pobreza mundial debía ser una prioridad para todas las naciones. Este espíritu se reflejó en la Declaración del Milenio, que fue aprobada por 189 países y firmada por 147 jefes de Estado y de Gobierno2, y que constituyó fundamentalmente un firme compromiso con los objetivos de desarrollo del milenio (en adelante, ODM).

Los objetivos de desarrollo del milenio de Naciones Unidas constan de ocho ambiciosos puntos clave y tienen unas metas muy concretas a alcanzar para el 2015. Los primeros siete objetivos acordados hacen referencia a la erradicación del hambre y la pobreza, a

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la educación primaria universal, a la igualdad de género, a la reducción de la mortalidad infantil y maternal, a la detención del avance del sida, el paludismo y la tuberculosis, y a la sostenibilidad del medio ambiente. El objetivo 8 se centra en fomentar una asociación mundial para el desarrollo a través de la materialización de un compromiso firme que aúne recursos y voluntades en forma de alianzas entre países ricos y pobres.

En el 2005, reunidos en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York del 14 al 16 de septiembre, los jefes de Estado y de Gobierno acordaron adoptar medidas sobre varios de estos desafíos mundiales. El resultado fue el Documento Final de la Cumbre Mundial 20053.

En los diez años transcurridos desde la firma de los ocho objetivos de desarrollo del milenio (ODM) se han conseguido algunos avances importantes: hacia el 2015 se habrá reducido a la mitad el número de personas que viven en situación de pobreza extrema, es decir, la mitad que en 1990, aunque todavía serán 920 millones de personas; se escolarizado a 33 millones de niños más que hace diez años; y, en comparación con el 2003, doce veces más personas reciben hoy en día tratamiento contra el sida.

En el texto, de 31 páginas, adoptado en esta conferencia del 2010, se repasan uno a uno los ocho ODM que se fijaron en el 2000 y se expresa el convencimiento de que "Naciones Unidas, sobre la base de su carácter universal, legitimidad y mandato único, desempeña un papel vital en la promoción de la cooperación internacional para el desarrollo y a la hora de apoyar la aceleración de la puesta en práctica de estos objetivos". En este sentido, los países firmantes reiteran "la necesidad de unas Naciones Unidas fuertes para abordar los retos de un entorno global cambiante", y a este respecto reclaman que se preste más atención a África y, en particular, a aquellos países que están más lejos de alcanzar los ODM para la fecha prevista.

El documento final aborda por separado cada uno de los ocho ODM y hace una serie de propuestas.

En cuanto al primero, la erradicación de la pobreza extrema y el hambre llama a abordar las causas de este fenómeno, a buscar un crecimiento económico justo que promueva el

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pleno empleo y a promover el empoderamiento y la participación de las mujeres rurales como agentes críticos para garantizar el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.

En cuanto a la educación primaria universal, insta a reforzar la sostenibilidad y la predictibilidad de la financiación de los sistemas de educación nacional; en lo relativo a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, se pide que se eliminen las barreras a la educación de las niñas, se garantice el libre acceso a la educación, se aporte ayuda financiera y se promuevan políticas que pongan fin a la discriminación.

En el apartado de la salud, se reclama una gestión integrada de las enfermedades infantiles, programas adicionales de vacunación, una mejor nutrición, un mayor uso de mosquiteras tratadas con insecticidas para prevenir la malaria y una lucha intensificada contra la neumonía y la diarrea con el fin, todo ello, de reducir la mortalidad infantil en dos tercios.

En lo que respecta a la reducción de la mortalidad materna en tres cuartas partes, la Cumbre ha subrayado la necesidad de abordar la salud reproductiva, materna e infantil de una forma integral mediante la provisión de planificación familiar, atención prenatal, matronas especializadas en los partos y atención de emergencia de obstetricia y neonatal, entre otras cuestiones.

Respecto al sexto ODM, el relativo a la lucha contra el sida, la malaria y otras enfermedades, el documento final aboga por una intensificación de los esfuerzos de prevención y por un mayor acceso al tratamiento con el apoyo de la comunidad internacional.

Para garantizar la sostenibilidad medioambiental, los firmantes piden que los Estados adopten una acción global urgente que aborde el problema del cambio climático de acuerdo con los principios identificados en el Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático y que se pongan en práctica los tratados de la ONU que buscan combatir la desertificación y mantener la diversidad biológica.

Por último, la Cumbre declaró que el cumplimiento de todos los compromisos en materia de ayuda oficial al desarrollo (AOD), incluidos los de los países ricos -entre

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ellos España- relativos a destinar el 0,7% de su PIB a ayuda al desarrollo para el 2015, es crucial.

La Cumbre concluyó con el convencimiento de que estas metas para acabar con el hambre y la pobreza en el mundo para el 2015 son alcanzables siempre y cuando haya un "compromiso renovado" y acciones decididas por parte de todos los países.

2. La Resolución sobre Derecho Humano al Agua y el Saneamiento A/64/L.63/Rev. 1

En el año 2000, los jefes...

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