Perspectiva del análisis freudiano sobre el origen del derecho

AutorEugenio Rubio Linares
Cargo del AutorAcadémico Correspondiente
Páginas355-

Page 355

I Introducción

Le debo al profesor Sánchez de la Torre un doble agradecimiento: en primer lugar, el espacio que me brinda para poder expresar, desde mi perspectiva freudiana, el análisis de su texto; en segundo lugar, el propio texto de su artículo, publicado en el volumen correspondiente al año 1968 de la Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. En dicho artículo, el profesor Sánchez de la Torre pone en escena un texto que, a mi modo de ver, comporta un profundo acercamiento a la cuestión central sobre la que se interroga el análisis freudiano1: el inconsciente. Se trata, por tanto, en este breve comentario, de acercar el saber del análisis freudiano al conocimiento jurídico, para intentar acaso iluminar aquellas partes del discurso jurídico que, por efecto directo de los discursos positivos Page 356puestos en escena desde el siglo XVII, permanecen oscurecidos, cuando no simplemente negados. Hago referencia, pues, a esas partes del discurso jurídico que apuntan hacia la causa trascendente del Derecho, es decir a la causa que por diferentes caminos ha venido buscando y defendiendo el iusnaturalismo.

Para hacer comprensible la reflexión que me propongo -ajena en buena medida al discurso del conocimiento jurídico- es necesario centrar la misma en la perspectiva que el pensamiento de Freud aportó al saber sobre el animal hablante2, y que se conoce generalmente como psicoanálisis. El psicoanálisis, pues, no es sino el método de saber que propuso Freud para elucidar las causas originarias de determinadas patologías mentales. En el desarrollo de ese método Freud se encontró con una instancia psíquica del animal hablante que había permanecido ajena al discurso científico: el inconsciente. El descubrimiento de la instancia inconsciente, en el animal hablante supuso el cuestionamiento radical del concepto de sujeto que se había venido manteniendo en la tradición de Occidente. El nuevo sujeto conceptualizado por el análisis freudiano ponía y pone en cuestión los últimos fundamentos de los discursos positivos de la tecno-ciencia-economía que han venido ocupando la escena de la doxa occidental a partir del siglo XVII. En consecuencia con lo anterior el análisis freudiano cuestiona los últimos fundamentos de legitimidad de las estructuras del poder político occidental. En definitiva el análisis freudiano es una crítica radical del pensamiento positivo. Ese cuestionamiento radical del sujeto humano, que produce a su vez la crítica del discurso positivo, hace que éste se revuelva contra el concepto de inconsciente descubierto. Por su parte el análisis freudiano, lejos de aceptar las criticas que se le efectúan desde el positivismo, va a invitar a sus detractores a que practiquen precisamente aquello que ellos niegan: los actos inconscientes. Así, el análisis freudiano, pese a las críticas que se le puedan formular desde las tesis positivas, va a poder, además de soportar dichas críticas, mantener su propia posición y, desde ella, formular una rotunda crítica del positivismo, que obliga a éste, para escapar de las consecuencias de la crítica radical que el análisis freudiano le formula, a acudir a la única salida que le es posible: cerrar filas en torno a la puesta en circulación de hacer creer en la inexistencia del sujeto del inconsciente. El discurso del positi- Page 357 vismo ha buscado refugio y protección, a través de enormes campañas publicitarias basadas en eslóganes, en la puesta en escena, en la doxa occidental, de una negación fundamentalista de la existencia del sujeto del inconsciente.

Por su parte, el método del análisis freudiano ha conceptualizado al ser humano en su totalidad, lo cual no significa que lo totalice, precisamente porque el concepto de instancia inconsciente3 se lo impide. Freud, en realidad, lo que propone con su método es que, a través del análisis de los hechos sin aparente sentido lógico que surgen en el uso social normativo del lenguaje, tales como los discursos de los sueños, los olvidos, los errores lingüísticos, etc., podamos percibir la existencia de un-otro orden de lenguaje que se escapa a los postulados de la normalización social del lenguaje. Ese un-otro orden del lenguaje responde, según Freud, a otro tipo de lógica, diferente por tanto de la lógica que impera en la normalización social del lenguaje. Aparece entonces una doble conceptualización de las lógicas del orden del lenguaje: 1) aquella lógica que la normalización social del lenguaje trata de sostener y 2) aquella lógica que cuestiona incesantemente la normalización social del lenguaje. Esta segunda lógica que conceptualiza el análisis freudiano (la inconsciente), responde, según Freud, a la estructura de un-otro orden del lenguaje donde impera la "lógica pura". Para Freud, la constatación de ese un-otro orden del lenguaje es lo que evidencia la existencia de la instancia psíquica que Freud denominó inconsciente. En consecuencia lo que Freud pone de manifiesto es que existe, en el animal hablante, un-otro orden diferente del orden social. El análisis freudiano apunta, entonces, la idea de que dicha instancia inconsciente del lenguaje es homóloga de la instancia consciente del uso social del lenguaje. A esa conclusión llega el análisis freudiano, porque observa que las manifestaciones de ese un-otro orden del lenguaje (el inconsciente) se efectúan en (y afectan a) las formas del lenguaje social normalizado. Es pues dentro del contexto consciente, y en el uso social del lenguaje normalizado, donde se expresa un-otro orden del lenguaje. En definitiva el análisis freudiano viene a sostener que la instancia psíquica inconsciente está organizada como un lenguaje.

De esa relación dialéctica (consciente/inconsciente) que se produce en el interior del animal hablante dedujo Freud que la primera relación de alte-Page 358 ridad que se produce en el ser humano no es social, es decir no es con unotro semejante (por tanto externo y social) sino con un-otro sí mismo (por tanto interno, y en buena medida desconocido para el sujeto consciente). Para llegar a tal conclusión, el análisis freudiano distingue un sujeto del habla (el sujeto inconsciente que vagira4), y otro sujeto del lenguaje (el otro sujeto que hace uso de esa habla a través del lenguaje social5 normalizado). El análisis freudiano sostiene, además, que la relación de alteridad interior individual se produce siguiendo el modelo de su formación original: Como una reproducción (en la escena inconsciente) de aquella situación primera que dio origen a que el animal hablara, teniendo por ello acceso al estado de cultura.

Del primero de los sujetos (el sujeto inconsciente) toma referencia el análisis freudiano a través de una realidad: la especular, que consiste en la observación de la percepción del animal hablante, que sin haber tenido aún acceso al uso normalizado del lenguaje social, se puede reconocer en unotro como un-sí-mismo6. Para el análisis freudiano, esa relación entre el sujeto del habla (el sujeto del inconsciente) y el sujeto del lenguaje social (el sujeto consciente), pone de manifiesto una relación entre dos escenas que comportan la realidad de la vida psíquica del animal hablante. Propone entonces el análisis freudiano que la causalidad de la escena consciente debe ser interrogada en el ámbito de la escena inconsciente. Este nuevo campo de interrogación (la escena inconsciente) abre el pensamiento al lugar donde impera la otra lógica discursiva (la lógica pura del inconsciente). Es, pues, a través del acceso a esa otra lógica aparece el verdadero sentido de Page 359 aquellas situaciones que, en el devenir cotidiano de la vida consciente, se apartan, o bien contradicen la lógica normativa que rige el discurso positivo consciente.

II La ontología del animal hablante según el análisis freudiano

Desde esa perspectiva que el análisis freudiano propone, se conceptualizan, pues, dos sujetos: El primero (el sujeto del inconsciente) que se estructura en función de Un-otro7 orden de lenguaje que permanece desconocido para el sujeto que hace uso de él, es decir para el sujeto que habla8; el segundo (el sujeto del consciente) que se estructura en base al orden normalizado del lenguaje social. Esta normalización del uso social del lenguaje se establece en cada una de las representaciones escénicas que se originan por la puesta en práctica social del habla. Desde ese modelo que propone el análisis freudiano, como ya hemos visto, son dos los sujetos de lenguaje que comporta el animal hablante: uno (el sujeto del inconsciente) es el sujeto de estudio del análisis freudiano; otro (el sujeto del consciente) es el sujeto-objeto9 de estudio de la ciencia. A pesar de la especificidad del sujeto de estudio del análisis freudiano, se evidencia desde el mismo que ambos sujetos son constitutivos del animal hablante, y que entre ambos sujetos existe una relación de alteridad que no puede ser desconocida por la ciencia positiva. Además el análisis freudiano va a poner de manifiesto que el orden causal del sujeto consciente (la causa del discurso social que sostiene al sujeto consciente), y el orden causal del sujeto inconciente (el discurso original que lo creó) son ordenes homólogos. Se trata, entonces, de poner en evidencia que el animal hablante no es sino un orden biológico (en tanto que animal) inscrito en un orden de lenguaje (en Page 360 tanto que hablante), que se reproduce a través de la representación social...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR