Personas sin hogar. Víctimas invisibles

AutorLoreto Cuevas Escorza, Auxiliadora García Cumbreras
Páginas65-87
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PERSONAS SIN HOGAR
VÍCTIMAS INVISIBLES
Loreto Cuevas Escorza10
Auxiliadora García Cumbreras11
0. RESUMEN
En el presente capítulo abordaremos las múltiples victimizaciones que sufren las personas
sin hogar, para acercar al lector a esta realidad muchas veces invisible. Para ello,
inicialmente haremos un recorrido por las distintas situaciones traumáticas a las que se
enfrentan muchos de ellos a lo largo de su vida. Posteriormente expondremos los resultados
de un estudio de campo llevado a cabo con 70 participantes que incluye: personas sin hogar,
técnicos que trabajan en el ámbito d la exclusión y población general.
A partir de ahí, y desde nuestro rol profesional como psicólogas, expondremos las claves que
a nuestro juicio son imprescindibles en el abordaje psicológico con personas sin hogar para
acompañarles en el difícil y largo camino de superación de sus dificultades y elaboración del
sufrimiento y soledad que viven desde hace años.
1. QUÉ ES UNA PERSONA SIN HOGAR
A menudo, cuando nos preguntan quién es una persona sin hogar lo primero que decimos es
que el sinhogarismo no es una característica que viene prefijada con la persona desde su
nacimiento como pudiera ser el color del pelo o de los ojos. No es lo mismo el rasgo que el
estado. Hemos de diferenciar entre el verbo “ser” y el verbo “estar”. Las personas sin hogar
no
son
sin hogar, sino que
están
sin hogar. El lenguaje condiciona nuestro modo de situarnos
10"Psicóloga. Cáritas Diocesana de Sevilla."
11 Doctora en Psicología. Asociación Familia Vicenciana-Proyecto Miguel de Mañara. Sevilla."
Víctimas sociales y víctimas de delitos
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en la vida. El análisis de nuestra narrativa describe nuestros pensamientos, creencias y, por
tanto, también nuestro comportamiento hacia los otros. Es habitual referirse a las personas
que se encuentran en estas circunstancias como si este hecho viniese adherido a las mismas
desde el nacimiento. Pocas personas nacen sin hogar. La dureza experimentada por los niños
expósitos, dados en acogida al nacer, son una excepción al sinhogarismo caracterizado por ser
un proceso gradual a lo largo del tiempo. No es una característica innata, sino que son una
serie de circunstancias sobrevenidas o adquiridas con los años lo que hace que finalmente
una persona acabe en la calle o en los centros de acogida.
La palabra HOGAR procede del vocablo latino
focus
, que significa hoguera, lo que hace
referencia al calor del hogar, es decir al espacio agradable donde conviven personas que se
relacionan entre ellas proporcionando afecto, esto es, calor. El diccionario de la Real Academia
Española de la lengua define el término hogar de la siguiente manera:
- Sitio donde se hace la lumbre en las cocinas
- Casa o domicilio
- Familia o grupo de personas emparentadas que viven juntas
- Asilo o casa de beneficencia
- Centro de ocio en el que se reúnen personas que tienen en común una actividad, situa-
ción personal o procedencia.
Teniendo en cuenta esto, podemos decir que una persona sin hogar está carente del espacio,
pero también de las relaciones en torno a las cuales poder hacer su travesía en la vida.
Según la Federación europea de Organizaciones Nacionales (FEANTSA) que trabajan con las
personas sin hogar, definimos a estas personas como aquella que "no puede acceder o
conservar un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, permanente y que
proporcione un marco estable de convivencia, ya sea por razones económicas y otras barreras
sociales, o bien porque presentan dificultades personales para llevar una vida autónoma".
En lo relacionado con el número de personas en situación de sin hogar, lejos de disminuir, se
siguen incrementando. A nivel europeo, según datos de FEANTSA, cada noche al menos
700,000 personas duermen en la calle o en un alojamiento de emergencia en la UE, lo que
supone un aumento del 70% en 10 años (eran 410.000 en 2009).
Siguen siendo más de 40.000 las personas en situación de sin hogar en todo el territorio
español. Los recuentos de personas sin hogar que se realizan en las grandes ciudades tampoco
arrojan cifras muy alentadoras.
Este sector de la población incluye el resto de víctimas de las que se habla en este libro,
porque cuando las circunstancias se cronifican, y además son múltiples las victimizaciones
que sufre una persona en distintas áreas de su vida y en distintas etapas de su desarrollo
vital, se convierten en grandes víctimas, que paradójicamente, suelen ser invisibles para la
mayor parte de la sociedad. En este capítulo, trataremos de hacer una aproximación a quienes
sufren una exclusión social grave.

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