La perenne tentación liberal

AutorMiguel Ayuso
Cargo del AutorCatedrático de la Facultad de Derecho (ICADE) de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid
Páginas145-158
— 145 —
CAPÍTULO 6
LA PERENNE TENTACIÓN LIBERAL
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Estas páginas han afrontado una de las cuestiones nodales de
la doctrina social de la Iglesia y, más ampliamente, del pensamien-
to político católico, la de sus relaciones con la ideología liberal y
sus innúmeras concreciones. Abrazando el resultado de lo alcan-
zado podríamos hablar de «una perenne tentación liberal».
Coinciden en el liberalismo la amplia difusión con la difícil
definición. Por un lado consiste en algo profundamente real que,
sin embargo, no resulta fácil de asir. Así, por ejemplo, a propósito
de las relaciones en absoluto unívocas entre liberalismo y demo-
cracia se ha observado que aunque se den unidos en el terreno
de los hechos, en virtud de cierta afinidad y consecuencia que
guardan en el de las ideas, no puede dudarse que son cosas di-
ferentes 319. «Democracia» –explica Rafael Gambra– responde a
la pregunta «¿cuál es el origen del poder?», y afirma que éste se
halla en el pueblo, en la mayoría empírica; mientras que «libera-
lismo», en cambio, tomado en su sentido restringido, responde a
la cuestión «¿cuáles son los límites del poder?», y afirma por boca
de Rousseau que deben ser «los mínimos indispensables», pues-
to que el hombre es naturalmente bueno y debe dejarse obrar a
esa recta naturaleza. Junto a este liberalismo rousseauniano, sin
embargo, ha habido históricamente otros, como el de Locke y
319 Rafael G, Eso que llaman Estado, Madrid, Montejurra, 1958, p. 216.

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