Parodia como excepción a los derechos de autor: manual de uso y entretenimiento

AutorBlanca Cortés Fernández

Parodiar el comportamiento de un político utilizando recursos gráficos propios del cómic es práctica frecuente y parece asumido como parte del amplio espectro cubierto por el humor gráfico y la caricatura, que abarcan desde el tratamiento más entrañable hasta el más ridiculizante. La prensa diaria nos ofrece buenos ejemplos de ello sin que parezca haber límites a la mordacidad y el descrédito. Pero, ¿qué ocurre cuando el autor de la parodia recurre a códigos figurativos cuya autoría no le corresponde y realiza a su través una crónica denigrante de terceros? Dicho de otra forma, ¿pueden coincidir dos parodias en una, a saber la del soporte gráfico que sirve de guía y referencia con la del personaje que quiere ser puesto en solfa? La respuesta que ante tal cuestión ha emitido el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (“TJUE”) es que ambas alusiones son aceptables coincidentemente siempre que el soporte parodiado, si es que alguien ostenta sus correspondientes derechos de propiedad intelectual, no sea vehículo de mensajes denigrantes, xenófobos o discriminatorios con los que el poseedor de tales derechos no quiere ser identificado. Sin embargo, para llegar a tal conclusión el TJUE ha debido contestar a una cuestión prejudicial que le ha permitido analizar en frio qué debe entenderse por parodia y cuales son los requisitos para que los autores de obras creativas sujetas a derechos de explotación puedan oponerse a que sus creaciones sean libremente usadas como parodias –con base a la excepción que se analizará–, con fines alejados de sus principios. Repasemos el caso en cuestión.

La sentencia responde a un litigio planteado en Bélgica entre el partido ultraderechista flamenco Vlaams Belang y los titulares de los derechos del tebeo Suske en Wiske, por la distribución en las navidades del año 2011 de unos calendarios en cuya portada se reproducía un dibujo demasiado parecido al que figuraba en la de un álbum de Suske en Wiske de 1961, si bien el personaje emblemático del tebeo –cubierto con una túnica blanca y rodeado de gente que intenta recoger las monedas que esparce– era sustituido por el alcalde de la ciudad de Gante, siendo quienes recogen las monedas personas con burka o de color.

Ante tales circunstancias los demandantes, que alegaban una violación frontal de sus derechos de autor, argumentaron en el proceso seguido en primera instancia que (i) el aspecto global de la obra original, los personajes de Suske en Wiske, el tipo de letra, el...

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