El papel de los medios de comunicación durante las crisis

AutorGeorgeTerzis
CargoUniversidad Libre de Bruselas y Myria Vassiliadou, Intercollege, Nicosia

Introducción

Las crisis y conflictos económicos, sociales y políticos son a menudo el resultado de intereses complejos y múltiples de las regiones, los estados y/o diversos tipos de grupos dentro de ellos. Aunque, en el pasado, tales crisis se silenciaron o se abordaron preferentemente a través de negociaciones, a menudo opacas, entre las partes interesadas, la rápida expansión de los modernos medios de comunicación de masas ha hecho imposible y/o improductivo abordar así estas crisis, ya que el concepto de opinión pública se ha convertido, a través de los modernos medios de comunicación de masas, en una poderosa fuerza en esas ocasiones.

El crecimiento en tamaño y alcance de los medios de comunicación ha hecho imposible o incluso contraproducente intentar abordar las crisis procurando evitar la revelación de hechos incómodos

Al mismo tiempo, el impacto de la ciencia y la tecnología en la vida cotidiana de quizá la mayoría de los ciudadanos del mundo, especialmente del mundo desarrollado, ha hecho de las crisis relacionadas con la tecnología un nuevo tipo de "anomalías", cuyos resultados dependen mucho del modo en que los medios informan al público sobre los peligros y riesgos relacionados con las tecnologías en cuestión. Desgraciadamente, el reciente declive del nivel de confianza del público en los expertos y los políticos, junto con la frecuente falta de habilidad para presentar las crisis relacionadas con la tecnología, han creado nuevos obstáculos (Ballantine, 2003) y han exacerbado los recientes fenómenos de pánico creado por los medios acerca de esas crisis.

La influencia de los medios para orientar las decisiones políticas y las reacciones de la audiencia se está convirtiendo cada vez más en foco de atención por parte de diversos actores, ya que la capacidad de los medios para llegar a gran número de personas y participar en el proceso de creación de opinión conlleva un considerable poder para conformar el curso de las crisis y conflictos. Sin embargo, a pesar de la creciente importancia de la comunicación, pocos gobiernos pueden alardear de haber sido "buenos" comunicadores durante las crisis (e incluso aún menos pueden hacerlo los medios), debido a que generalmente no toman en consideración la percepción de las crisis por los ciudadanos, el análisis científico de los factores de crisis, las agendas de todas las partes implicadas y la naturaleza cambiante de estos elementos y los conflictos entre ellos (Ballantine, 2003).

La capacidad de los medios para llegar a gran número de personas y participar en el proceso de creación de opinión conlleva un considerable poder para conformar el curso de las crisis y conflictos

Hay actualmente una laguna importante en nuestro conocimiento y comprensión de la eficacia de los distintos tipos de efectos causados por los medios durante las crisis (ya sean políticas, sociales, étnicas, económicas, medioambientales, de salud pública, etc). Los organismos de Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales, las agencias de ayuda bilateral y las organizaciones gubernamentales o comunales nacionales, han procurado contribuir a la gestión, transformación y/o resolución de las crisis utilizando los medios de comunicación. Sin embargo, la complejidad y tamaño de estos problemas, y la presión impuesta sobre quienes intentan hacerles frente (por parte de los distintos interesados) hacen que la descripción y la evaluación sistemáticas del papel de los medios durante las crisis sea una tarea metodológicamente difícil. Actualmente hay muchas críticas, que se pueden resumir como sigue:

"Los medios pueden: causar un cambio intencionado; causar un cambio no intencionado; causar un cambio menor [en forma o en intensidad]; facilitar el cambio [intencionado o no]; reforzar lo que existe [sin cambio]; evitar el cambio. Cualquiera de estos cambios puede ocurrir a nivel individual, de institución social o de cultura... Si volvemos a la premisa de los efectos de los medios... el principal mensaje es que parece razonable la simple asunción de algún efecto de los medios de comunicación. Sin embargo, la dirección, el grado, la duración y la posibilidad de predecir el efecto son elementos inciertos que se tienen que establecer caso por caso, con sólo limitadas posibilidades de generalización" (Denis McQuail, McQuail's Mass Comunication Theory, 4ª edición, 2000, Sage, p.424 & 44).

Nuestro propósito en este artículo no es entrar en un debate metodológico y teórico, sino más bien destacar los argumentos básicos presentados por especialistas de la comunicación y otros profesionales. El objetivo es resumir estos argumentos en cuanto se refieren al papel de los medios en exacerbar las crisis y/o consolidar la estabilidad y promover su resolución, y plantear ciertas cuestiones para su análisis posterior.

Determinantes de espirales positivas y negativas de la comunicación en los mediosMuchos sociólogos están hoy día de acuerdo en que la existencia de crisis y conflictos es, en sí misma, una parte inevitable de la interacción entre los seres humanos. La cuestión no es cómo prevenirlos, sino cómo abordarlos de modo que se produzcan los resultados más positivos y menos violentos posibles para todas las partes implicadas. Los medios desempeñan un importante papel en la negociación de los factores estructurales, así como en generar los factores desencadenantes que conduzcan a una crisis y un conflicto. Pueden así desempeñar un notable papel en situaciones de crisis, no sólo provocando el pánico, el odio e incluso la violencia, sino también promoviendo la estabilidad, la resolución, la gestión y la transformación del conflicto (que son, a su vez, conceptos vehementemente discutidos y extensamente analizados).

Crisis y conflictos son probablemente una parte inevitable de la interacción entre los seres humanos. La cuestión es cómo tratarlos de modo que se produzcan los resultados más positivos y menos violentos

Como la interpretación de los acontecimientos en período de crisis, por parte de los medios, influye sobre las actitudes del público frente a la situación, la cuestión gira alrededor de las condiciones bajo las cuales se desarrollan las llamadas "espirales negativas de la comunicación" y derivan en situaciones de pánico/crisis impulsadas por los medios, y si pueden transformarse en procesos mediáticos que promuevan y cultiven el camino hacia la estabilidad política/social. En otras palabras, si los medios tienen tal efecto sobre el público, bajo qué circunstancias se desarrollan estas espirales de la comunicación hasta generar una crisis y bajo qué circunstancias contribuyen a la estabilidad.

Para comprender el papel de los medios durante una crisis es necesario considerar el impacto de los medios como una expresión, y una parte compleja, de las condiciones sociopolíticas generales, más que como un acontecimiento aislado

Para comprender el papel de los medios durante una crisis es importante contemplarlo como una expresión, y una parte compleja, de las condiciones sociopolíticas generales, más que como un acontecimiento aislado. Así, los aspectos políticos, económicos y socioculturales del entorno de los medios, "los determinantes sociales básicos del periodismo" (McNair, 1998 p14), han de estudiarse y analizarse con el fin de saber mejor cómo tratar la relación entre los medios de comunicación, las instituciones políticas y la audiencia durante las crisis (véase la figura 1).

Figura. 1 Factores que influyen sobre las representaciones de las crisis por parte de los medios de comunicación

El estudio de los medios demuestra claramente (Hartmann y Husband, 1974; Luostarinen, 1999; Jager y Link, 1993; Terzis, 2001; Van Djik, 1991, 1997; Frohardt, 2003) que durante las crisis debe prestarse atención a las condiciones bajo las que operan "los determinantes sociales básicos del periodismo" y el modo en que influyen y son influidos por los factores externos. Se deben reflejar y analizar los siguientes "obstáculos" para una comunicación eficaz, conforme a las categorías representadas en la figura 1:

La investigación sugiere que durante las crisis debe prestarse atención a las condiciones bajo las que operan "los determinantes sociales básicos del periodismo" y sus influencias mutuas con los factoresexternos

La cultura profesional (como la ausencia de un código de ética del periodismo; la ideología profesional que considera el periodismo como una herramienta necesaria para defender los intereses nacionales; la escasa formación del personal de los medios y la ausencia o no cumplimiento de las leyes sobre los medios; la ausencia de sindicatos de periodistas fuertes a nivel nacional; el aislamiento de los periodistas de las asociaciones internacionales; la procedencia política, étnica, religiosa y regional homogénea de los periodistas).

Las restricciones organizativas (como las presiones de los plazos límite, que a menudo no permiten una información equilibrada y en profundidad, los formatos de información de 60 o 90 segundos; las técnicas de recogida de noticias limitadas o sesgadas).

Las restricciones y las posibilidades técnicas (como la falta de alcance y accesibilidad de los medios, un equipo obsoleto).

Las presiones políticas (como la censura; motejar a los periodistas de traidores; la intimidación por las fuentes o por los dirigentes políticos; los grupos de presión; la regulación; los intereses cruzados entre los medios; los políticos y el sector empresarial).

Las presiones económicas (como condiciones de mercado destruidas; la comercialización feroz no regulada; ausencia de pluralismo, fuerzas de mercado que promueven un periodismo sensacionalista).

Las tácticas y estrategias de la fuente (como la intimidación de los periodistas por las fuentes gubernamentales; la gestión de las relaciones públicas por los llamados "manipuladores de la opinión"; manipulación de la información de la defensa/ abuso de campañas de información para la defensa nacional psicológica por las fuerzas armadas).

Los periodistas también trabajan bajo diversas formas de presión por parte de sus colegas, como la necesidad que se observa de informar sobre los mismos temas que las publicaciones rivales

Además, es necesario tener en cuenta que la presión por parte de los colegas la sufren también los periodistas de varias formas, y ello crea nuevos obstáculos:

Leyendo otros periódicos y siguiendo varias emisiones de noticias todos los días, a fin de mantenerse al tanto de las agendas de noticias de sus competidores y colegas, los periodistas perciben y transmiten, como discurso dominante, una percepción general acentuada de la opinión de crisis/pánico, expresada en los medios durante los momentos de crisis.

Como los periodistas tienden a relacionarse socialmente de preferencia con otros periodistas, la presión de los colegas es constante. Consecuentemente, en tiempos de crisis, los periodistas moderados perciben su opinión como discrepante y pueden ser remisos a correr el riesgo de ser tratados como parias por sus colegas.

Los escalones superiores de la gestión en los medios tienden a relacionarse socialmente con sus iguales, así como con las elites sociales, económicas y políticas del país y, como consecuencia, tienden a formar parte de la clase dirigente del país y tienen interés en mantener el status quo. Las elites políticas y económicas ejercen gran presión sobre la elite directiva de los medios, especialmente durante las crisis, cuando están o sienten que pueden estar amenazados.

La investigación sugiere que durante las crisis los obstáculos aludidos más arriba en las seis categorías de "determinantes sociales básicos del periodismo" (véase figura 1), combinados con una mayor presión por los iguales, contribuyen a una mayor producción del contenido de los medios que, en sí misma, contribuye a su vez a una cultura de pánico social.

El resultado de la presión por los iguales y de los determinantes sociales del periodismo es tender a silenciar a los periodistas moderados, mientras se estimula a otros a tomar posiciones inclusomás extremas

El resultado de todos estos factores para la información sobre las crisis es el desarrollo simultáneo de una "espiral de silencio" (Noelle-Neumann, 1973, p108) por parte de los periodistas moderados, que sienten que sus opiniones son marginadas y desviadas, y una "espiral de discurso de crisis/pánico moral" por parte de los periodistas extremistas/populistas que se dan cuenta de que sus opiniones se han convertido en dominantes, y así sienten la necesidad de exagerar (véase la figura 2).

Figura 2. Modos de informar sobre una crisis

Opciones abiertas a los mediosTeniendo en cuenta todo lo anterior, ¿qué pueden hacer realmente los periodistas? Parece que tienen abiertas dos opciones principales, que pueden adoptar (de nuevo sometidos a múltiples influencias) de muy diversas maneras:

Los periodistas pueden optar por informar y seguir los temas ("los hechos") sin cuestionarlos, como los dicta y sigue el grupo social dominante, posibilitando y facilitando así sus actuaciones. Al actuar así, y en distintos grados, pueden convertirse en colaboradores en el proceso de acentuar y extender el sentimiento de pánico, crisis y conflicto y a veces llevar a los grupos a reacciones extremas e incluso a la violencia. Por ejemplo, los periodistas pueden informar constantemente sobre los poderes políticos dominantes, o los agresores, en una situación de crisis étnica/política, ignorando a menudo, por ejemplo, a los pacifistas; o en las crisis relacionadas con la ciencia, los periodistas tienden a basar sus artículos en información procedente de un grupo limitado de científicos o "grupos de interés" (Ballantine, 2003).

Alternativamente, pueden optar por ser críticos con las autoridades políticas dominantes, y cuestionar el pánico y las enemistades que se están desarrollando, ya que pueden verse reforzadas, a veces, por estas mismas autoridades, contribuyendo así a crear puentes entre estos grupos contendientes. Es verdad que esto puede resultar una tarea altamente arriesgada y difícil, dados los obstáculos, limitaciones y controles impuestos por los que están en el poder y los problemas estructurales en el "establishment" de los medios de comunicación.

Parece, pues, que se han desarrollado también dos tendencias principales en cuanto se refiere a los medios y la estabilidad:

La supuesta objetividad periodística de informar solamente sobre "los hechos" puede colaborar en el proceso de acentuar y extender las crisis y las situaciones de tensión

En primer lugar, el enfoque más "tradicional" es el de los periodistas que sostienen que su trabajo consiste en informar objetivamente de los hechos y no intervenir. Para muchos periodistas, la idea de que los medios "intervengan" en situaciones de crisis y conflicto va en contra de la ética de "objetividad" y "neutralidad" de su profesión. Sin embargo, cada vez resulta más obvio que un punto de vista imparcial, objetivo, "neutral" sobre el conocimiento de la relación entre los medios y los receptores de la información es inaceptable en la práctica periodística actual. La naturaleza de la relación entre los medios y los temas a tratar no puede ser "objetiva", en el sentido de no implicarse, porque los periodistas son parte del proceso de comunicación y de lo que se está informando; también viven en las sociedades sobre las que informan y es inevitable que lleguen a implicarse.

La naturaleza de la relación entre los medios y los temas a tratar no puede ser "objetiva", en el sentido de no implicarse, porque los periodistas son parte del proceso de comunicación y de lo que se está informado

Como sostiene Van de Veen (1999), la cuestión no es tomar partido al informar de las crisis, ya que los periodistas son terceros en cualquier conflicto que estén cubriendo. Las decisiones subjetivas constantes en cada etapa del trabajo de un periodista hacen evidente que las hipótesis de objetividad deben someterse a serias críticas y a escepticismo. Cómo se eligen los temas sobre los que informar; qué elementos concretos de la historia "deben" subrayarse; las entrevistas y los puntos concretos a citar; las fotografías para acompañar el texto; la presentación general del texto; y finalmente las propias decisiones editoriales, ponen de manifiesto los elementos subjetivos que inevitablemente entran en la información sobre acontecimientos, y que esta subjetividad estará parcialmente definida por el papel y la postura percibidos de los periodistas en el conflicto en cuestión. La simple elección de informar o no sobre una situación determinada da lugar, por sí misma, a resultados determinados. Por último, pero no menos importante, los medios, y consecuentemente los periodistas, son no neutrales por su propia naturaleza: al estar allí e informar de una crisis, alteran el entorno de la comunicación y pueden afectar drásticamente la percepción de la audiencia (local e internacional) sobre la crisis y también posiblemente su dirección y su posible resultado.

Aspirar a lo que se entiende comúnmente por periodismo "objetivo" de ningún modo es algo universal y, a pesar de sus limitaciones, puede proporcionar una herramienta útil con la que encontrar respuestas concretas en un momento y lugar determinados, y satisfacer las necesidades de un grupo dado en un momento determinado. Sin embargo, la misma idea de periodismo "objetivo" se ha construido socialmente en el siglo veinte y, hasta hace poco, los valores y herramientas de la profesión de periodismo (por ejemplo, la entrevista) eran conceptos extraños. Los periodistas deben quizá esforzarse por adquirir la capacidad de autocrítica y reflexión, mejor que reivindicar neutralidad cuando informan de los "hechos".

Otra serie de planteamientos que están suscitando críticas aunque ganan popularidad en ciertos círculos, sugiere que el trabajo de los periodistas consiste en informar de las crisis y conflictos para una audiencia general de tal modo que se promueva la estabilidad y la paz

En segundo lugar, hay otra serie de planteamientos que están ganando popularidad en ciertos medios y círculos políticos, que sugiere que el trabajo de los periodistas consiste en informar de las crisis y conflictos para una audiencia general de tal modo que se promueva la estabilidad y la paz, más que en exacerbar tensiones, pánico e incluso violencia; o que, de forma más activa, los medios deben tener una agenda "predeterminada" de estabilidad/paz y diseñarla para los públicos a quienes se dirigen.

La última serie de planteamientos consiste en desarrollar una variedad de direcciones y de nuevo se ha criticado como problemática. La idea que subyace en los medios y la construcción de estabilidad/paz es en sí misma un concepto difícil de captar, a saber que los periodistas no deben "tomar partido" en la crisis /conflicto en cuestión, más que a favor de la "estabilidad/paz". Las preguntas que debemos hacernos entonces serían:

¿Quién define la estabilidad y la paz?

¿Cómo comprenden estos conceptos los diferentes actores? ¿Cuántos tipos de "estabilidad" y "paz" existen y cómo se aplican en áreas de crisis determinadas?

¿Cómo deciden los periodistas acerca del tipo de audiencia o del tema a tratar? ¿Por qué toman esas decisiones y no otras?

¿Cómo pueden ser responsables los periodistas de los posibles fallos? ¿Quién decide que están siendo constructivos y cómo se está tomando esa decisión?

¿Debería tener lugar la intervención de los medios en primer lugar? ¿Bajo qué condiciones? ¿Qué justifica la presencia de la organización allí? ¿Hasta qué punto están imponiendo su propio sistema de valores mientras intentan introducir una cultura de estabilidad y paz en los medios?

Estas cuestiones están atrayendo la atención de más especialistas de los medios de comunicación y de otro personal directa o indirectamente involucrado en el trabajo de estos medios. Es importante observar aquí que los medios (con su cobertura de instituciones e individuos con intereses diversos y a menudo en conflicto) varían en su habilidad, voluntad y determinación para influir enel resultado positivo de una situación de crisis/conflicto. Aunque la influencia de los medios no está distribuida uniformemente en lo que se refiere a tiempo, situación, y/o localización, constituye un gran recurso con enorme potencial para verificar, moderar y examinar críticamente las crisis existentes y emergentes. Robert Karl Manoff (1998) resume los papeles potenciales de los medios en la prevención y gestión de conflictos y crisis, que incluyen:

Canalizar la comunicación entre las partes

Educar

Crear confianza

Contrarrestar percepciones erróneas

Analizar los conflictos

Desobjetivar a los protagonistas entre sí

Identificar los intereses que subyacen bajo los problemas

Proporcionar una salida emocional

Estimular un equilibrio de poder

Enmarcar y definir el conflicto

Salvar las apariencias y crear un consenso

Crear una solución

ConclusiónVale la pena terminar con la observación de que estos medios no operan en un vacío y sus papeles en tiempos de crisis no proceden, claramente, sólo de los periodistas sino que incluyen una serie de actividades complejas y de múltiples niveles, emprendidas por una amplia variedad de actores que operan desde bases institucionales en instituciones independientes, multilaterales y gubernamentales. Así, la comunicación "positiva" en tiempos de crisis, necesita los esfuerzos combinados de los profesionales de los medios, los diplomáticos, los científicos y los expertos, y otros diversos protagonistas. Es a través de la interacción e incluso la cooperación entre estos actores como se originan tanto los distintos tipos y formas de crisis y conflictos como la estabilidad y la paz.

Palabras clave

medios de comunicación, crisis, gestión de crisis, nuevas tecnologías de la información, conflictos

Referencias

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Contactos

Myria Vassiliadou, Assistant Professor, Department of Social Sciences, School of Humanities, Social Science and Law, Intercollege, Nicosia 1703, Chipre

Tel.: +35 722 84 15 00, correo electrónico: vassiliadou.n@intercollege.ac.cy

George Terzis, Assistant Professor, George Terzis, Vesalius College, Vrije Universiteit Brussel, Triomflaan 32, Bruselas, Bélgica

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Sobre los autoresMyria Vassiliadou es doctora en Filosofía por la Universidad de Kent en Canterbury, Reino Unido. Es investigadora en el Solomon Asch Centre para Estudio de conflictos etnopolíticos, Universidad de Pensilvania, EE.UU. Actualmente es la Directora del Mediterranean Institute of Gender Studies y profesor ayudante de Sociología en Intercollege, Nicosia, Chipre.

George Terzis es profesor ayudante en el departamento de Comunicación, Vesalius College, Universidad Libre de Bruselas. Ha obtenido títulos en

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