Oxígeno jurídico de los pueblos. Un ejemplo de constitucionalismo horizontal materialista en tiempos de "plandemia"

AutorAntonio Salamanca Serrano
Cargo del AutorProfesor Escuela de Derechos y Justicia, Instituto Altos Estudios Nacionales, Quito, Ecuador
Páginas241-276
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Capítulo quinto.
OXÍGENO JURÍDICO DE LOS PUEBLOS. UN
EJEMPLO DE CONSTITUCIONALISMO HORIZONTAL
MATERIALISTA EN TIEMPOS DE “PLANDEMIA”
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1. INTRODUCCIÓN
El derecho, los derechos humanos y de la naturaleza, las constituciones,
son un poder popular vivo, dinámico e histórico, mucho más que textos de
normas y leyes; mucho más que prospectos de medicaciones jurídicas. El
verdadero derecho es un dinamismo de empoderamiento popular; el poder
constituyente propio de un constitucionalismo horizontal iusmaterialista, de
otro nomos (Medici, 2012). Se mueve en otra manera de ver, sentir y practicar
las relaciones del poder. Es consciente de que a los pueblos se les cuelga del
cuello ordenamientos plagados de normas de dominación, y que a ese yugo
pretenden llamarle derecho. Por eso desvela la indigencia jurídica en que el
fetiche jurídico de la burguesía tiene a las mayorías populares, sea en sus care-
tas criollas iusnaturalistas, positivistas o garantistas (Salamanca, 2016):
El derecho es un poder real para satisfacer el sistema de necesidades y hacer
florecer el sistema de capacidades para la producción y reproducción de la
vida, de los pueblos y la naturaleza, sistema que ha sido acotado autónoma-
mente por la comunidad, como bienes (jurídicos) merecedores de la protec-
ción de la fuerza tutelar coactiva comunitaria.
El dinamismo del derecho popular vivo en acción se encuentra histó-
ricamente en conflicto con el pseudoderecho. Desde hace quinientos años
ese falso derecho ha sido el de una clase emergente, la burguesía. Y desde
hace dos siglos ha conseguido la hegemonía. En lo que sigue vamos a mos-
trar derecho popular iusmaterialista en acción, en su lucha frente al contra-
derecho. Nos ubicamos principalmente en lo que está sucediendo desde el
1 Profesor Escuela de Derechos y Justicia, Instituto Altos Estudios Nacionales, Quito, Ecuador.
Correo-e: salamancantonio@hotmail.com
Antonio Salamanca Serrano
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mes de marzo de 2020 en Bolivia y Ecuador, a modo ilustrativo. Para ello vi-
sibilizamos, como ejemplo, la guerra declarada por el contraderecho a la re-
volución popular insurgente del derecho a la salud en el contexto global de
la “plandemia” por la covid-19 (García, 2020b). Un derecho que no solo es
derecho humano, sino también de los animales y la Naturaleza. Nuestra in-
tención es acompañar al lector en la interpretación de la realidad con nueve
preguntas, articuladas según las tres categorías siguientes: A) la disputa por
la producción del derecho: ¿cómo se está disputando la producción popular del
derecho a la salud?; B) la disputa por la circulación del derecho: ¿cómo se está
disputando la circulación popular del derecho a la salud?; C) la disputa por
la apropiación del derecho: ¿cómo se está disputando la apropiación popular
del derecho a la salud?
A) ¿Cómo es la guerra contra la revolución popular en la producción
del derecho a la salud?
1) ¿Cómo es la guerra en los cuerpos y los medios de producción de
salud?
2) ¿Quiénes son los sujetos del contraderecho y del derecho popular
a la salud y cómo lo están produciendo?
3) ¿Qué se está produciendo como derecho a la salud?
B) ¿Cómo está circulando el contraderecho y el derecho a la salud?
4) ¿Qué se están inoculando como derecho a la salud en los pueblos?
5) ¿Cómo se propaga el contraderecho y el derecho a la salud, regio-
nal y globalmente?
6) ¿Qué se busca realizar globalmente con el contraderecho y el de-
recho a la salud?
C) ¿Cómo la guerra del contraderecho expropia el derecho a la salud
del pueblo y la revolución popular se lo reapropia?
7) ¿Cómo se disputa la apropiación de los cuerpos y los medios de
producción del derecho a la salud?
8) ¿Cómo se disputa la apropiación nacional, regional y global de la
circulación del derecho a la salud?
9) ¿Cómo se disputa la apropiación de la satisfacción del derecho a la
salud?
Capítulo quinto. Oxígeno jurídico de los pueblos
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2. LA PRODUCCIÓN DEL OXÍGENO DE LOS POBRES VS EL “NO
PUEDO RESPIRAR”
En estos meses de pandemia o “plandemia”, como algunos sostienen
(Estulín, 2014; 2017; García, 2020a, 2020b) estamos asistiendo a una guerra
tremenda entre el Goliat de los intereses corporativos criminales, ocultos y
entrelazados en la estructura de un gran número de Estados, y el David de los
pueblos que gritan: ¡quiero respirar! Como simbolismo de ello, el 25 de mayo
de 2020, George Floyd estremeció a Minneapolis, Estados Unidos y al mun-
do, cuando por más de 20 veces gritó I can’t breath (no puedo respirar). La
respuesta del policía, Derek Chauvin, que le asfixiaba con su rodilla en el cue-
llo fue: “Entonces deja de hablar, deja de gritar, se necesita muchísimo oxígeno para
hablar”. El grito de George Floyd se une al de Eric Garner, también negro,
asesinado por la policía en 2014. Un aliento que se ha convertido en bandera
de lucha del movimiento Black Lives Matter.
Pues bien, en estos cinco meses, bajo puentes migrantes, en las calles, su-
burbios, hogares, residencias de ancianos y hospitales, se continúa clamando
“no puedo respirar”. Es un grito global. La necesidad y la capacidad de oxí-
geno para la vida de las personas afectadas por la covid-19 pide con urgencia
la salud pulmonar, de la sangre y corporal para poder seguir respirando. Esta
necesidad/capacidad pulmonar, sanguínea y corporal es la fuente, la materia-
lidad radical, del derecho a la salud. Los 800.000 registrados fallecidos, más
todos aquellos que han requerido atención y sobrevivido, son seres humanos
de carne y hueso, con historias de vida personales y familiares. No son fantas-
mas ni zombis, más allá de que alguno se creyese inmune a las enfermedades
de los pobres, pensándose ajeno a la condición humana, en la ensoñación
más idealista o espiritualista del delirio de los “ricos”.
2.1. ¿Cómo es la guerra en los cuerpos y los medios de producción de
salud?
La voluntad indolente y fanática de explotación y dominación de la po-
blación mundial, de su genocidio, es por lo que han sustituido el cuerpo de
los enfermos y afectados del coronavirus: esa es su materia prima, la fuente últi-
ma del contraderecho que ha desencadenado y está especulando con la “plan-
demia” global. Para las élites globales los cuerpos sufrientes de los pueblos no
existen, son números, porcentajes estadísticos admisibles. Efectos colaterales.
Son los “nadies”, los hijos de nadie, que valen menos que el virus que los mata,
parafraseando a Eduardo Galeano. Sobre los medios de producción de su “pre-
tendida” salud (o tal vez sea mejor llamarle “enfermedad”) cuentan con la

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