Los orígenes del cooperativismo: antecedentes de la experiencia cooperativa de Rochdale

AutorLcda. Eba Gaminde Egia
Cargo del AutorProfesora de Derecho Mercantil, Universidad de Deusto
Páginas51-69

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I Introducción

El origen del cooperativismo suele identificarse tradicionalmente con el nacimiento de la primera cooperativa de consumo en el poblado de Rochdale (1844), pero ya con anterioridad se dieron significativos movimientos e iniciativas, a menudo olvidadas, que facilitaron y posibilitaron la experiencia de Rochdale y el posterior reconocimiento de la cooperativa como sistema de gestión empresarial y que serán objeto de análisis en el presente estudio.

No es tarea fácil definir los orígenes del cooperativismo. Cuando los seres humanos se unen, bien para la mutua defensa, bien para conseguir con su esfuerzo conjunto resultados que individualmente no serían capaces de realizar, están trabajando en una obra cooperativa y en casi todas las épocas de la historia universal encontramos obras realizadas con este espíritu cooperativo. Se ha llegado a decir que la historia de la humanidad es la historia de la cooperación, ya sea ésta voluntaria, coaccionada o forzada (Eliécer Quijano, 2004: 39). Así, se pueden encontrar sistemas de organización con ciertos caracteres de cooperación y participación igualitaria incluso en la prehistoria (tribus con propiedad conjunta de bienes y actividades básicas de caza, pesca, etc. realizadas en co-

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mún), pero se considera que es a finales del siglo xviii y principios del xix cuando el cooperativismo adquiere sus caracteres actuales, como reacción frente a las grandes desigualdades e injusticias sociales ocasionadas por la denominada «Revolución industrial» (1750-1850), que si por una parte significó un gran avance en lo tecnológico, en las comunicaciones, en la agricultura y en la maquinaria, por otra conllevó también la gran explotación de los trabajadores.

No obstante, ese primer cooperativismo es fruto de una larga evolución, en la que pueden distinguirse varias fases que precedieron a la experiencia cooperativa de Rochadle y que serán objeto de estudio en el presente trabajo.

II Antecedentes remotos

En primer lugar mencionaremos los precedentes más remotos en la historia de la evolución del cooperativismo, con dos etapas bien diferenciadas: un primer período en el que se dieron experiencias de simple asociacionismo económico que surgieron de forma natural, cuando las familias campesinas comenzaron a emigrar a las ciudades y establecieron las primeras colectividades de ayuda mutua, y una etapa posterior, con una evolución ideológica más radical, que proponía incluso la toma del poder para abolir las clases sociales y la propiedad privada.

2.1. Movimiento asociacionista: siglo XVII

El cooperativismo, tal y como hoy lo conocemos, surge sobre una importante base solidarista previa, que se inicia con el denominado movimiento asociacionista de principios del siglo xvii, en el que pensadores a menudo olvidados como George Fox, Peter Cornelius Plockboy o John Bellers defendieron el establecimiento de colectividades de ayuda mutua, sobre bases religiosas, por lo que son considerados como los verdaderos patriarcas del cooperativismo por ser los pioneros en la proposición de una economía alternativa de tendencia humanista, que abriría el camino a un posterior proceso de transformación socio-económica.

2.1.1. George Fox (1624-1691)

El primero de ellos es George Fox, fundador de las denominadas Sociedades Religiosas de Amigos, primeras comunidades con vocación social y colaborativa que dieron lugar al movimiento cuáquero1

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George Fox nació en el Condado de Leicester (Inglaterra) en 1624 y vivió en una época de grandes movimientos sociales: en la Inglaterra de principios del siglo xvii, las luchas políticas y religiosas eran continuas, dado que la iglesia oficial y los disidentes no conformistas se enfrentaban continuamente por el tipo de iglesia que debía consolidarse en suelo inglés. En ese contexto creció Fox, quien, a diferencia de sus congéneres, tenía una obsesión constante por la búsqueda de la verdad, de la simplicidad en la vida, de la humildad y abandono del lujo. Estaba convencido de que Dios no habita en templos hechos por manos de hombre, sino en el corazón de la gente, y que había que inter-pretar los dogmas según la «luz interior» de cada uno, iniciando un ministerio itinerante para compartir esas creencias.

Con ese objetivo fundó las denominadas Sociedades de Amigos, a mediados del siglo xvii. Eran grupos religiosos que se reunían para leer e interpretar la Biblia según sus propios criterios, lo que les llevó a disidir de la línea oficial de la iglesia de Inglaterra. En estos encuentros se decidían los asuntos de la comunidad según el consenso de la mayoría. Debido a su compromiso por la igualdad entre todos, también las mujeres podían participar con plenos derechos. Además de fomentar la participación, estas comunidades se caracterizaban por su activismo social: comenzaron luchando contra el comercio de esclavos o en defensa de los derechos de las mujeres y, más recientemente, por los derechos de las minorías, como los presos o los homosexuales. Algunas organizaciones de carácter social, como Greenpeace, Oxfam o Amnistía Internacional han recibido importantes influencias de esta ideología.

Hoy día existen congregaciones cuáqueras dispersas por todo el mundo (Gran Bretaña y Estados Unidos, fundamentalmente, pero también en Asia, Oceanía, Latinoamérica o África), trabajando por la paz, los derechos humanos y la reforma social.

2.1.2. Peter Cornelius Plockboy (1620-1700)

Tras los grupos de la Sociedad Religiosa de los Amigos y sobre el mismo principio de aquellas comunidades, aparecieron posteriormente las Repúblicas de la Cooperación de Plockboy, asociaciones o pequeñas repúblicas de base comunitaria y funcionamiento cooperativo, que pretendían hacer felices a los pobres y pronto se extendieron por toda Inglaterra. En este caso sí se trataba de comunidades con funcionamiento cooperativo, por lo que a este pensador se le reconoce como el «patriarca de la cooperación».

Peter Cornelius Plockboy nació en Holanda en 1620, pero pronto se instaló en Inglaterra. Siendo un hombre muy religioso, le resultó fácil contactar

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con los grupos de la Sociedad Religiosa de los Amigos, que le dieron la idea de crear un sistema de colonias cooperativas, a las que denominó Repúblicas de la cooperación. Al observar la pobreza de las familias campesinas y del proletariado urbano, vio que la sociedad en su conjunto era completamente insolidaria y desatendía al prójimo, desoyendo los mandatos evangélicos. Los ricos se habían acomodado en las instituciones, explotando a los más humildes, por lo que éstos debían unirse para superar las adversidades.

Pero la importancia de Plockboy proviene fundamentalmente de un panfleto publicado en 1659 bajo un largo título, que describe gráficamente sus propósitos (Möller, 1986: 50): «Ensayo sobre un procedimiento que haga dichosos a los pobres de esta Nación y a los de otros pueblos, consistente en reunir cierto número de hombres competentes en una reducida asociación económica, o República en pequeño, en la que cada cual conserve su propiedad y pueda, sin necesidad de recurrir a la fuerza, ser empleado para la clase de trabajo para el cual sea más apto. Medio de librar a esta Nación y también a las demás, no sólo de los vagos y malvados, sino también de las personas que han buscado y encontrado la manera de vivir a expensas del trabajo de los demás».

En ese ensayo Plockboy adelantó las bases del cooperativismo, proponiendo la creación de estas asociaciones o pequeñas repúblicas, en las que, entre otros aspectos, se acepta la separación voluntaria de los asociados, la necesidad del establecimiento de un trabajo acorde a la vocación de cada quien y el derecho de todos los partícipes al excedente al finalizar cada ejercicio económico. Era una propuesta asociacionista de familias que colaboraban en la solución colectiva del problema de la habitación, del trabajo asociado entre los colonos y del consumo común.

Mientras los cuáqueros se establecieron en las colonias de Norteamérica, organizando allí sus asociaciones, Plockboy realizó su primera experiencia práctica en Nueva Holanda en 1654, siendo disuelta al poco tiempo por orden gubernamental. Diez años después organizó otra colonia agroindustrial en Manhattan, que también fue pronto disuelta.

Sin embargo, el primer paso solidarista importante ya se había dado y a pesar de tratarse de pequeñas comunidades, sus frutos han sido de gran calado. La primera semilla de las comunidades de vida con nexo religioso quedó bien sembrada, y tanto Fox con sus Sociedades de Amigos como Plockboy con sus Repúblicas se adelantaron a los Pueblos de la cooperación de Owen y a los Falansterios de Fourier, que más adelante mencionaremos.

2.1.3. John Bellers (1654-1725)

Siguiendo el sistema de Plockboy, el economista y filántropo inglés John Bellers propuso la creación de asociaciones más avanzadas, con una organización más económica, que velaban por el interés y protección de la colonia, pero cuya producción excedía las necesidades del grupo, a fin de vender ese exceso y obtener un beneficio.

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Bellers nació en Londres en 1654 y fue uno de los precursores de la teoría del trabajo como fuente del valor y uno de los primeros en poner expresamente de relieve el principio de la cooperación. Siguiendo la estela de Plockboy, Bellers también...

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