Organizar la participación. Los recursos humanos y el voluntariado

AutorTomás Alberich Nistal
Páginas117-148
5.1. La participación ciudadana, indicador de la temperatura democrática

La participación ciudadana nos indica la "temperatura" democrática de una sociedad en una situación concreta (Sánchez Torrado, 1993).

El objetivo que persigue la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos no es otro que ampliar la democracia (recordemos que democracia significa "gobierno del pueblo"). En las sociedades complejas la participación persigue hacer que los habitantes de un lugar sean, cada vez más, sujetos sociales con capacidad para transformar el medio en que viven y con capacidad de control sobre los órganos políticos y administrativos.

Veamos qué es "participación" y qué requisitos son necesarios para que se dé la participación. Participación, según el Diccionario María Moliner, significa: "acción de participar o intervenir en un asunto o un hecho" y también "recibir una parte de algo que se reparte". Se puede definir cómo: tomar parte en algo en que hay diferentes partes. La participación es un término relativo, nunca se da participación absoluta o total.

Más operativa encontramos una definición de la Asociación Ágora sobre el concepto de participación ciudadana como "la relación de los vecinos/ciudadanos con los poderes públicos, relación que les permite controlar el ejercicio del poder por sus representantes, con el fin de impedir, o al menos limitar, los posibles errores, excesos y arbitrariedades que éstos o sus delegados cometan en ese ejercicio, promover el ajuste del ejercicio del poder a sus intereses y hacer llegar sus demandas y reivindi-Page 120caciones al poder poniendo los medios a su alcance para que sean satisfechas".

Si participar es tomar parte en algo en que hay diferentes partes (administración /administrados,...) la relación dependerá del poder que tenga cada parte. Si el poder de unos es total y el de los otros casi nulo, la participación será muy difícil.

Un sistema es más democrático en la medida en que los ciudadanos tienen, individual y colectivamente, verdadero poder como tales, no son meros súbditos y sí son más sujetos.

LOS NIVELES DE LA PARTICIPACIÓN

Es habitual, desde los poderes públicos, confundir participación con información. Sin embargo, la información es sólo el primer nivel, o requisito previo, por el que se abren vías para la participación. Así podemos distinguir los siguientes niveles:

1. Información. Tener información suficiente sobre cualquier actuación municipal es imprescindible para que pueda existir la participación de los vecinos y afectados por dichas actuaciones. Información implica también formación: la información que no es comprendida no sirve, por lo tanto a veces es necesaria una labor previa de formación. Por ejemplo, para iniciar un proceso de participación ciudadana en urbanismo es necesario informar no sólo de lo que el ayuntamiento quiere realizar sino, previamente, informar de las diferentes posibilidades existentes con arreglo a las normativas legales, las repercusiones económicas y sociales de los procesos urbanísticos, etc.

2. Consulta. Significa que los afectados den su opinión, realicen sugerencias y alternativas y se abra una fase de diálogo entre la administración y los ciudadanos. Mediante la regulación de la Información y la Consulta hacemos posible la existencia de un control sobre la actuación de los poderes públicos y que se llega a acuerdos por consenso.

3. Gestión colegiada o trabajo en común. Participación en la gestión. Toma de decisiones conjunta y ejecución compartida por los miembros de una colectividad. Es el nivel superior de la participación que tiende hacia formas de cogestión y autogestión ciudadanas. Es la que se da, por Page 121 ejemplo, en los municipios que funcionan con el sistema de Concejo Abierto. También se plantea cuando se cede o se comparte la gestión de algunos servicios públicos con organizaciones de los propios destinatarios de esos servicios. (Por ejemplo, cuando en un municipio el área de deportes delega en los clubes y asociaciones deportivas la organización de los campeonatos deportivos, el uso de las instalaciones,... mediante la firma de convenios de colaboración).

La Participación Ciudadana también está ligada a la Descentralización, siendo ésta, al igual que la Información, un requisito necesario pero no suficiente para la existencia de la Participación. En un sistema centralizado es muy difícil la existencia de Participación. Sin descentralización del poder administrativo es imposible que se realice la "toma de decisiones conjunta" o gestión compartida.

LAS FORMAS

Podemos distinguir entre la participación individual y la colectiva; la directa y la indirecta.

La directa, es cuando se decide algo mediante consulta a los interesados: voto en referéndum o consultas populares, cuando se toman decisiones en asambleas,... La indirecta (por delegación) es a través de representantes, que han sido previamente elegidos de forma directa.

Para saber el grado de participación ciudadana debemos fijarnos en todos estos indicadores: mecanismos de democracia individual y colectiva, más o menos de forma directa o no. Y también hay que considerar qué número y porcentaje de población participa: en las decisiones y actuaciones, tanto directas como indirectas, que sean más o menos representativos (nivel de abstención/participación).

Para ampliar: Guía fácil de la Participación Ciudadana. Manual de Gestión. (Alberich, 2004).

5.2. La participación en las asociaciones y la organización de los recursos humanos

"Si la situación [de una asociación] aporta a los socios una vía válida para encauzar sus necesidades es muy proba- Page 122 ble que el socio se implique y participe activamente. Si al contrario, el socio no encuentra en la asociación una respuesta a sus necesidades se convertirá en un socio pasivo y terminará por alejarse de la asociación" (La animación sociocultural: una propuesta metodológica).

Las asociaciones parten de un grupo de personas que desean realizar alguna acción en común. Este colectivo se "institucionaliza" inevitablemente al, por imperativo legal, verse obligado a elegir Junta Directiva y, por tanto, tener determinados cargos con sus responsabilidades.

Además, en el desarrollo de la vida de la Asociación, sus componentes irán realizando determinadas divisiones en el reparto del trabajo. Los problemas surgen cuando estas especializaciones conllevan disminuciones en la democracia y participación de la Asociación: es muy fácil que por la propia dinámica asociativa y por las imposiciones desde las administraciones públicas, se produzca un proceso de burocratización de las tareas y de disminución de la participación.

En muchas asociaciones es habitual que siempre sean los mismos los que acuden a las reuniones con la Administración pública (los que "tienen tiempo", "hablan mejor, tienen más experiencia,..."), también suelen ser casi siempre los mismos los que ocupan los cargos directivos, los que hablan en las asambleas, etc.

A la vez, se dice, la gente "se ha vuelto muy cómoda, no quiere participar". Pero, sin ser conscientes, los que dirigen la Asociación es posible que estén creando las circunstancias para que la participación no se dé. Los niveles de participación que citábamos anteriormente (información, consulta, gestión compartida) también debemos aplicarlos al interior de nuestra Asociación, en la relación del equipo dirigente con los socios y con el conjunto de población al que se dirige la Asociación.

Para ello podemos utilizar diferentes técnicas de fomento de la democracia participativa, algo que se debería de enseñar en las escuelas (y que, con razón, muchos dirigentes de asociaciones no practican porque no lo conocen).

* Entre estas técnicas están:

— Las dinámicas de grupo (que veremos posteriormente). Page 123

— El trabajo en grupos pequeños, donde es más fácil la comunicación y la participación (hablar en público no es fácil si no se tiene práctica).

— La organización adecuada de las reuniones.

— Y, especialmente importante, es el saber DELEGAR: delegar responsabilidades y trabajos para que las personas de la Asociación que tienen menos experiencia la puedan adquirir.

Delegar significa dar tiempo y espacio a la confianza en los demás. También, en principio, trabajar más: el que sabe tiene que enseñar a los demás, y después corregir los errores, pero es la única manera de trabajar en equipo.

"Los grupos tienden a inhibir, de forma espontánea, la producción de ideas creativas y de posibilidades. Algunas de las causas son: - La acusada tendencia a pensar antes en las dificultades que en las posibilidades. - La mayor facilidad para oponerse a las nuevas ideas que para desarrollarlas, madurarlas o aprovechar algo de ellas. El hábito, fuertemente establecido, de valorar inmediatamente todo aquello que no resulta familiar. Los grupos que aprenden a separar en el tiempo la producción de las ideas y su valoración, consiguen un mayor volumen de producción y a su vez un resultado más avanzado y creativo."(La ASC: una propuesta metodológica).

5.3. Formas de decisión y gestión participativa

Para debatir sobre el tipo de gestión que tenemos en nuestra organización os proponemos reflexionar sobre las diferentes formas que existen de tomar las decisiones:

• Decisión administrativa cuando se coincide en las causas del problema y se está de acuerdo en las soluciones al mismo y todos los componentes del grupo tienen las mismas preferencias (se cumplen a rajatabla las normas establecidas).

• Decisión por votación, cuando las discrepancias se dan en las...

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