Orden natural y economía

AutorDanilo Castellano
Páginas129-150
CAPÍTULO 5
ORDEN NATURAL Y ECONOMÍA
1. ALGUNAS ACLARACIONES
PRELIMINARES
Para entenderse rápidamente, conando así no
contribuir a aumentar la confusión lingüística y con-
ceptual que caracteriza nuestro tiempo, resulta opor-
tuno aclarar con qué signicado se usan las palabras.
Hay que precisar, en otros términos, qué se entiende
por orden, por orden natural y por economía.
En una pequeña obra de oro, titulada El silabario
del cristianismo 1, que tuvo una amplia y merecida
difusión, Francesco O escribía a propósi-
todel orden que «todas las cosas tienen su naturale-
za. La madera tiene la naturaleza de la madera. La
tinta tiene la naturaleza de la tinta. El gato la natu-
raleza de gato. La rosa la naturaleza de rosa. Y un
hombre la naturaleza de hombre» 2. La naturaleza
1 Cfr. Francesco O, Il sillabario del cristianesimo, Mila-
no, Vita e Pensiero, 1924, 3.ª ed. 1963, 4.ª reimp.
2 Ibid., p. 48.
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está en el fundamento del orden: un ser, en efecto,
es lo que es y no otro ser. La naturaleza de todo ente
está necesariamente ordenada y tiene forma y n.
De lo que tienen experiencia incluso los que niegan
la naturaleza y el orden. Quien se encuentra mal, de
hecho, va al médico con la intención y la esperan-
za de que se restablezca el orden siológico. Quien
obra sabe que lo hace para el bien o para el mal.
La naturaleza es la regla intrínseca de las «cosas»
y los actos humanos, de toda «cosa» y todo acto
humano. Permite «denirlos», esto es, de decir qué
son. Es también la regla para las relaciones entre
las «cosas». Pues el orden entre las «cosas» no es
sino el relacionarse de las mismas en el respeto de
la ley de la naturaleza, esto es, la armonía de todas
las «cosas» existentes entre sí.
La naturaleza, por tanto, «es lo que constituye
un ser en su grado y le conere obrar de un modo
determinado» 3, observa Francesco O.
Este orden no es convencional, sino natural. Tie-
ne un n y una función, pero la función no es consti-
tutiva ni del n ni del orden: puede ser de ayuda para
la identicación del n, pero éste depende en exclu-
siva de la naturaleza actualizada de las «cosas».
Cuando se habla de orden natural se reere, por
tanto, al orden óntico de todo ser, al orden entre
los seres, a su jerarquía y a su nalidad intrínseca.
La misma observación vale para los actos huma-
nos,que tienen también naturaleza y nes, y para
los que no bastan las reglas extrínsecas que las doc-
trinas liberales llaman «límites».
3 Ibid., p. 49.

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