Inmigración y Seguridad Social: perspectivas económicas y demográficas

AutorZenón Jiménez-Ridruejo Ayuso/Carlos Borondo Arribas
CargoCatedrático de Fundamentos del Análisis Económico. Universidad de Valladolid/Profesor Titular. Departamento de Fundamentos del Análisis Económico. Universidad de Valladolid
Páginas109-127

    Este es un resumen de los resultados obtenidos en el proyecto «Efectos de la inmigración sobre el sistema público de pensiones español a medio y largo plazo», financiado por el FIPROS, y en el que han participado además Julio LÓPEZ DÍAZ, Carmen LORENZO LAGO y CARMEN RODRÍGUEZ SUMAZA.

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Introducción

En esta tercera sesión, que está dedicada específicamente a bosquejar, a analizar los problemas, las ventajas y los inconvenientes, que la inmigración va a tener en relación con el denominado «problema de sostenibilidad de las pensiones de jubilación» en España, querría poner de manifiesto y puntualizar en primer lugar el sentido económico y social de las proyecciones económicas.

Yo creo que se ha confundido y se confunde habitualmente, porque se entremezclan y se desconocen las restricciones implicadas en cada uno de los métodos, tres términos que son especialmente importantes en el trabajo cuantitativo de los economistas. Una cosa es la estimación, otra cosa es la predicción y otra cosa totalmente distinta es la proyección. Son tres términos que aparecen como aparentemente análogos, pero que suponen compromisos y procedimientos muy diferentes, aunque cabalguen unos sobre otros.

La estimación es sencillamente el contraste de verosimilitud, el contraste probabilístico de una hipótesis. Es decir, es el estudio de validación de una hipótesis basado en información procedente del pasado. En otros términos, la explicación probabilística y contingente de una proposición teórica sobre la base de datos procedentes del pasado. Sobre las estimaciones o contrastes se construyen predicciones. Las predicciones no son otra cosa, por lo tanto, que el traslado hacia el futuro, en un plazo temporal relativamente no muy largo, de esos contrastes que se han hecho para el pasado. La capacidad de trasladar el pasado hacia el futuro es limitada, incluso en épocas de estabilidad paramétrica el paso del tiempo limita la capacidad anticipativa de las Page 110 hipótesis contrastadas por medio de una estimación.

Por lo tanto las predicciones están limitadas en su virtualidad temporal, en su capacidad explicativa temporal. Pero además reclaman que los comportamientos de los agentes, y las estructuras subyacentes a los contrastes efectuados en el pasado, se mantengan en el tiempo. Si ocurre como en este momento donde tiene lugar una auténtica revolución paramétrica, y los comportamientos de los agentes están cambiando radicalmente y la estructura del mercado se está viendo sacudida por formidables impactos no esperados o no anticipados, el resultado es que la capacidad predictiva de los modelos se debilita o desaparece. Las predicciones pueden tener alguna verosimilitud, alguna validez, si el comportamiento de los agentes se mantiene estable a lo largo del tiempo; es decir si el comportamiento de los agentes en los mercados no cambia su estructura fundamental. Pero si cambia el comportamiento de los agentes y cambia la estructura del mercado, las predicciones tienden a debilitarse y en casos extremos a no cumplirse.

Avanzando un paso más, sobre la base de los contrastes o estimaciones y de las predicciones derivadas, si añadimos además procesos especulativos sobre los cambios estructurales en comportamientos o mercados, podemos construir proyecciones a largo plazo. Nadie que hace proyecciones puede presumir que sus «especulaciones estructurales» vayan a cumplirse, porque el juego conjunto de los contrastes, las predicciones y la especulación está erizado de dificultades. Todos y cada uno podemos especular con nuestros fundamentos y nuestras perspectivas, pero la capacidad anticipativa del futuro está profundamente alejada de la certidumbre. De manera que las proyecciones de las que hoy vamos a hablar, pueden estar perfectamente equivocadas o cumplirse sólo de forma limitada.

Ahora bien, incluso aceptando sus limitaciones, a ninguna sociedad se le ocurriría no hacer proyecciones sobre el curso posible de los acontecimientos futuros. Existen pocas dudas de que en el tema de pensiones de jubilación, que parece un tema serio en la perspectiva del bienestar social, es necesario hacer proyecciones. Pero si pensamos en temas tan importantes como la evolución de las emisiones de CO2, a nadie se le ocurriría no hacer proyecciones, porque aunque no sean exactas, aunque no sean certeras, aunque no sean precisas, nos ponen en aviso de cuáles son las tareas de reforma que tendremos que ir haciendo para que el futuro no coincida con nuestros temores. De manera que lo mejor de las proyecciones críticas es que no se cumplan porque hayamos reaccionado con carácter previo, para dar una respuesta a los problemas que hemos anticipado. Aunque no tengamos la seguridad y la certeza, aunque las proyecciones sean equívocas, debemos hacer proyecciones sobre los temas económicos y sociales más relevantes. Por eso me congratulo que el Ministerio de Trabajo e Inmigración haya tomado la decisión de comenzar a proyectar muchos de los aspectos fundamentales de la actividad vinculada con su tarea.

La idea central de este trabajo es aparentemente muy sencilla, se trata de estudiar los efectos de la inmigración sobre la solvencia del actual sistema público de pensiones de jubilación en el medio y en el largo plazo, con un horizonte hasta el 2060. Más concretamente, la idea fundamental es analizar si, dado que la inmigración es un fenómeno de tanta importancia demográfica y tanta importancia laboral, y puesto que la inmigración es un fenómeno tan heterogéneo, hasta qué punto su continuidad y procedencia puede afectar a la solvencia del sistema público de pensiones en el largo plazo. Porque, en realidad, no podemos hablar de inmigración sino de inmigraciones, porque no es lo mismo que el inmigrante (o inmigrantes) proceda del resto de Europa, por no hablar de la Unión Europea (UE-14), que proceda de Latinoamérica o del África Subsahariana, por ejemplificar la cuestión.

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No es sólo una cuestión racial o cultural. Los procesos inmigratorios por zonas de procedencia presentan diferencias en la estructura de edades, en el género, en la capacidad de reproducción, en los índices de fecundidad, en la formación y niveles de titulación, o en la capacidad de adaptación- Hay tantas cosas diferentes que no podemos hablar de la inmigración como un fenómeno homogéneo. Se trata de un fenómeno heterogéneo y conviene precisar cuáles van a ser las zonas origen futuras de la inmigración, cómo se van a producir los flujos migratorios y qué consecuencias diferenciales de todo tipo pueden derivarse, según sean inmigrantes procedentes de una zona o de otra.

Y éste es fundamentalmente el objetivo de este trabajo, cuyo esquema de presentación comprende cinco puntos además de las conclusiones. En primer lugar describiremos, sucintamente, el modelo de simulación al que llamaremos modelo Carrión. El modelo de simulación comprende las proyecciones demográficas, las proyecciones económicas, y las consecuencias que las proyecciones demográficas van a tener sobre las proyecciones económicas. Porque hay un grado de interrelación estrecho entre ambas proyecciones, las demográficas bajo el influjo de la inmigración y las económicas, que trascienden y cristalizan repercutiendo sobre la proyección de las pensiones. De manera que ambos extremos se consideran como un todo interrelacionado. No es un modelo de equilibrio general, no podríamos hacerlo fácilmente en proyección temporal, pero sí hemos intentado captar el máximo de interrelaciones entre los distintos ítems o epígrafes que constituyen lo esencial del trabajo.

Estructura del modelo: el bloque demográfico

En el bloque demográfico hay una serie de supuestos de partida, en concreto tenemos conocimiento de las entradas brutas de inmigrantes por áreas de procedencia, que se sustancian en 4 procedencias: Unión Europea (14), resto de Europa, América Latina y resto

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GRÁFICO 2. ISF DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA Y EXTRANJERA 1998-2005

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del Mundo. La inmigración del resto del Mundo incluye esencialmente los flujos procedentes de África, porque las inmigraciones procedentes de Asia son aún muy reducidas y las de Norteamérica prácticamente despreciables.

Hemos estimado, evaluado y conocemos la fecundidad de las mujeres inmigrantes por procedencias. Sabemos cuál es la tasa de fecundidad o límite de fecundidad de cada uno de los grupos inmigrantes por áreas, y hemos estudiado la mortalidad por procedencias. Disponemos de una distribución demográfica por edades de los inmigrantes según zonas de procedencia, que nos permite trasladar a lo largo del tiempo esas cohortes de población de distintas edades de inmigrantes por zona hasta alcanzar su estructura demográfica en el 2060. Por añadidura disponemos de datos relativos a los retornos o desvíos hacia otros países de la población inmigrada en España. Sobre la base de los flujos de entrada de inmigrantes y del stock de inmigrantes existente en nuestro país, junto con los retornos observados, hemos hecho una estimación sobre la relación de los retornos y la base migratoria.

Los retornos son más importantes de lo que creemos en España, los inmigrantes se desplazan geográficamente tanto en el interior como hacia otros países. No permanecen inevitablemente en nuestro país. Cuando hablamos de retornos nos referimos a salidas de nuestras fronteras. Nuestras estimaciones indican al 2006, que la tasa de retorno sobre el stock de inmigrantes está próxima al 15%, una tasa muy importante que además está creciendo. Por lo tanto crece el «stock» de inmigrantes, incluso el flujo de inmigrantes, pero también está creciendo significativamente el volumen de retornos. A partir de la estimación de la relación entre el «stock» de inmigrantes y los retornos podemos cifrar la población neta extranjera, una variable relevante en el análisis. Tenemos la población nacional distribuida por cohortes de edad, a partir de datos del INE, y hemos estimado la población extranjera por cohortes de edad. Por tanto disponemos de las pirámides poblacionales nativas e inmigrantes por sexo, género y procedencia.

Por otra parte, sabemos que las poblaciones inmigrantes de cada zona tienen una distribución específica de niveles de titulación, de capital humano. El tema es absolutamente relevante en relación con el mercado laboral. Por ejemplo, la población procedente del resto de Europa aportan niveles de titulación equivalentes o superiores a los observables Page 113

GRÁFICO 3

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en la población española, lo que tanto en la perspectiva teórica como empírica tiene su importancia. Son importantes igualmente las titulaciones que aportan las mujeres y los hombres de forma diferenciada, o la capacidad de hacer efectiva esa titulación en el mercado de trabajo Porque una cosa es tener un nivel de titulación y otra cosa es poder hacerlo efectivo en el mercado de trabajo.

A partir de los datos de titulaciones hemos estimado el empleo total relativo de los inmigrantes respecto de los nacionales. Dicho de otra manera, hemos endogeneizado el empleo de la inmigración, obteniendo una serie de empleo total, una serie de empleo por procedencias y por géneros, lo que permite vincular la actividad económica con la actividad demográfica, y a ambas con la actividad de las pensiones.

Y, por otra parte, a partir de datos de I+D y del número de investigadores españoles, junto con el curso de la productividad en los Estados Unidos, país que hemos tomado como referencia para el crecimiento del conocimiento, se ha estimado una función de producción de ideas para España. Esta función de producción de ideas para España va a permitirnos estimar la productividad de la economía española, predecir, hasta cierto punto, y proyectar con algunas dificultades la evolución de la productividad al 2060. No imponemos, como los estudios al uso hacen, una tasa de productividad promedia al sistema, sino que la estimada en el pasado se proyecta al futuro. A partir del cálculo de la productividad, conocido el empleo, estimamos y proyectamos el PIB.

Finalmente está el bloque de Seguridad Social. En principio vamos a considerar, como dato constante, la cotización respecto del PIB, si bien dicho parámetro podría modificarse a voluntad en los procesos de simulación. Las tasas de jubilación y la brecha salarial son datos que conocemos por estudios precedentes. Sobre estas bases podemos estimar y predecir, primero, y proyectar, después, las cotizaciones, las altas y las bajas, las pensiones medias de las altas y las pensiones medias de las bajas, y el gasto en pensiones por jubilación.

Conocemos los flujos de entrada y salida, composición, el stock de inmigrantes, los Page 114 calendarios reproductivos, que son muy importantes también, y los efectos de la inmigración sobre la dinámica demográfica. La dinámica demográfica no presenta excesivos sesgos respecto a la evolución probable ya que son arrastres de cohortes año tras año. Disponemos además de la evolución desde 1996 hasta 2006 de los flujos de inmigrantes para las cuatro zonas de procedencia con las que hemos trabajado. Resta elaborar un escenario base del curso migratorio. Predecir y proyectar flujos de migraciones, no solamente concita problemas relativos a la economía española y su capacidad de atracción de inmigración, sino que además reclama y requiere hacer proyecciones sobre la evolución del curso futuro de la economía de los países de origen, de las zonas de origen de los inmigrantes. Por eso hay que ser conscientes de que las proyecciones tienen una validez limitada y no definitiva.

Es importante por otro lado estimar la contribución de la población extranjera en la natalidad española. En el 2008 las estimaciones disponibles indican que dicha contribución se encontraría próxima a 0,1 puntos. Es decir, que hasta el 10% de la natalidad procede de población extranjera, que están aportando un hecho demográfico esencial capaz de permitir recuperar la capacidad de reproducción de la sociedad española y avanzar en el proceso de ampliación de la población, que se sitúa ya en torno a los 46 millones de habitantes. Hace pocos años todavía las estimaciones oficiales del INE preveían cifras en torno a los 37 millones de habitantes para 2008.

El gráfico 4 presenta la fecundidad de las españolas y de las extranjeras en España por edades. Puede observarse que la fecundidad de las extranjeras se amortigua con el paso del tiempo (líneas quebradas). Esto significa que las extranjeras modifican su comportamiento reproductivo acercándolo al comportamiento reproductivo de las nativas, de las españolas originarias, lo que significa que el

GRÁFICO 4. FECUNDIDAD DE ESPAÑOLAS Y EXTRANJERAS EN ESPAÑA, POR EDAD. 1998 Y 2005

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fenómeno de proyección demográfica está matizado y tiene que matizarse por el proceso de armonización de costumbres, de usos y de comportamientos reproductivos. En la geometría se aprecia también cómo se desplaza la edad reproductiva. En 1998 la edad reproductiva era muy elevada entre los 20 y los 24 años y máxima, entre los 24 y los 28. Ahora el comportamiento reproductivo va acercándose a las pautas nacionales. En las pautas nacionales la edad de máxima reproducción de las mujeres se sitúa entre 30 y 34 años. Los argumentos son conocidos: la dificultad para encontrar empleo, las exigencias de carreras académicas más dilatadas, el deseo de mantener márgenes de mayor libertad, las dificultades para encontrar vivienda, y tantos otros argumentos. No obstante, conviene señalar que el comportamiento reproductor de las españolas nativas ha mejorado ligeramente, es decir que hay un efecto positivo, un pequeño rebrote, en la fecundidad de las españolas. Todo esto hay que computarlo en nuestras proyecciones, porque si no lo computásemos, si no tomáramos en cuenta que el comportamiento reproductor de las extranjeras o de las inmigrantes se va amortiguando hasta hacerse casi similar al de las españolas con el transcurso del tiempo, no estaríamos haciendo una proyección verosímil o razonable.

Estos datos son consistentes con el índice sintético de fecundidad que habíamos calculado en el período 1998-2005, tanto para nativas como para inmigrantes. En los datos se aprecia también que el índice de fecundidad de las extranjeras, es decir de las inmigrantes, poco a poco se amortigua y se acerca al nacional. Si antes era un 2,4%, ahora se sitúa aproximadamente en un 1,7% y seguramente confluirán poco a poco, aunque situándose siempre el índice de fecundidad de las extranjeras por encima del índice de fecundidad de las nativas.

Éstos son los datos que nos han permitido hacer una tendencia de la evolución de la población española entre 1986 y 2007. Esta tendencia es razonable y juiciosa, ajusta bien la senda temporal y sólo tiene un problema: no sabemos con certeza cómo se va a comportar la inmigración en el próximo futuro, ni sabemos si va a seguir al mismo ritmo que en los últimos 8 años. Aunque me apresuro a señalar que no es previsible que la tendencia se perpetúe a lo largo del tiempo con las intensidades de los últimos 8 años. De otro modo en el año 2050 seríamos 72 millones de españoles, lo que parece poco probable.

También sobre el bloque demográfico, hemos hecho hipótesis sobre las consecuencias de la inmigración en la demografía española, pero también en la actividad laboral. Se han estimado las tasas de variación de los flujos quinquenales, cada 5 años hasta el 2060, de los flujos de entrada de inmigrantes, por estructuras de edades y zonas de procedencia. Las hipótesis que estamos barajando son las hipótesis de Naciones Unidas, que sostienen que a medida que transcurra el tiempo y crezca el PIB las migraciones de Europa del Este, a partir del 2015, y de Latinoamérica, en torno al 2025 aproximadamente comenzarán a decrecer. Menos probable, y más alejada en el tiempo, se presenta la inflexión de la inmigración africana.

Es verdad que no hemos contemplado aquí el hecho diferencial de Turquía, con cerca de 85 millones de habitantes, europeos que se incorporarán probablemente a la Unión Europea, y que seguramente modificará ligeramente estos datos, pero en las simulaciones hemos estimado la consecuencia de la incorporación de Turquía y se verá que tampoco es decisiva.

La Unión Europea seguramente va a reducir hasta el 2025 su aportación, pero en el 2025 volverán a venir cohortes de envejecidos europeos a jubilarse hacia España, y eso es lo que hemos contemplado siguiendo las pautas que la Unión Europea nos ha consignado en distintos estudios. América Latina seguirá manteniendo ritmos, aunque a partir del 2025, según las estimaciones de Naciones Page 116

GRÁFICO 5. TASA DE VALORACIÓN QUINQUENAL DE LOS FLUJOS DE INMIGRANTES

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Unidas, los flujos de inmigrantes latinoamericanos tenderán a reducirse. Así que previsiblemente alcanzarán su máximo en el 2025 para progresivamente ir disminuyendo hasta el año 2060. Finalmente, los datos supuestos para las migraciones africanas, que reflejan los datos del resto del mundo, prevén un flujo continuado y ascendente de inmigrantes. Somos bastante pesimistas respecto de la evolución de África. Hay, en este momento, según estimaciones de la Unión Europea, 280 millones de africanos que quisieran venir a Europa, un hecho que hemos contemplado con una estimación de relativamente creciente progreso de la inmigración africana hacia España.

Por otra parte es necesario tomar en cuenta los flujos de retorno (gráfico 6). Como se observa en los datos estimados, los flujos de retorno de los inmigrantes serán importantes e intensos. Serán especialmente intensos en el caso del Este de Europa a partir de 2015 y de América Latina, especialmente a partir del 2025. Un hecho que aporta nuevos elementos de juicio respecto del stock total de inmigrantes final. Por supuesto el retorno va a depender mucho de las condiciones económicas en origen y en destino. Los inmigrantes calculan los costes y los beneficios de emigrar. Si no lo hacen explícitamente, lo hacen implícitamente y, por lo tanto, llegado el momento si la situación económica de España no fuera suficientemente satisfactoria las cifras y los años de referencia podrían alterarse. En cualquier caso nuestras proyecciones desplazan datos de tendencia, que podrían ser alterados por modificaciones cíclicas suficientemente intensas y duraderas.

Del encaje de las hipótesis manejadas y del escenario descrito se deriva la estructura del comportamiento migratorio en el período 2005-2060. El gráfico 7 presenta las proporciones que hemos estimado al 2060 de los flujos de inmigración neta quinquenales. Como puede verse, la aportación de América Latina, que es muy importante, pasará a ser relativamente menor; la del resto de Europa, que también es hoy relativamente importante, caerá notablemente. Y aumentarán, por motivos de jubilación la de UE-14 y, sobre todo y especialmente, la proporción de inmi-Page 117

GRÁFICO 6. FLUJOS TOTALES DE RETORNO DE INMIGRANTES

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GRÁFICO 7. PROPORCIONES SOBRE EL FLUJO INMIGRACIÓN NETA QUINQUENAL TOTAL

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graciones procedentes del resto del mundo, que son africanas en su casi totalidad, cuya línea de proporción es creciente y no parece que vaya a tener una evolución razonablemente amortiguada.

El bloque económico

¿Qué consecuencias podrían tener estas hipótesis en términos económicos en el mercado de trabajo? Se han evaluado los índices Page 118 relativos del capital humano de la población nativa por grupos de edad y zonas de procedencia, y se ha hecho una estimación «pull data» para saber qué consecuencias han tenido estos datos sobre el empleo relativo de los nativos con relación con el empleo de los inmigrantes, que sin duda estará relacionado con la formación relativa de los nativos en relación con la formación de los inmigrantes. Se han estimado dichas relaciones y se ha proyectado temporalmente bajo el supuesto de que la estructura educativa de la inmigración permanecerá más o menos estable. Las elasticidades así obtenidas, se han proyectado al futuro suponiendo que en función de la evolución del capital humano que llegue por zonas de procedencia así serán las aportaciones de empleo que hasta el 2060 tendrá cada grupo.

A partir de los datos del «stock» neto de inmigrantes que participan como población activa y de la estimación de la capacidad educativa de cada grupo y su evolución pueden estimarse los niveles de empleo de cada grupo inmigrante por zonas de procedencia. La clave estriba en los datos de la estimación relativa de los vínculos entre empleo y niveles de formación. Es decir, de la capacidad relativa de cada grupo para hacer efectivo su nivel de formación en empleo en el mercado de trabajo. Esta sensibilidad se recoge en el gráfico 8 y refleja la capacidad relativa entre los nacionales y los extranjeros.

Los datos indican, para ambos géneros, que los inmigrantes procedentes del resto de Europa nos son capaces de aprovechar tanto como los españoles las oportunidades que se derivarían de sus títulos. Es decir que tienden a encontrar puestos de trabajo muy inferiores a los que se derivarían de su titulación, destacando la intensidad del fenómeno. Están desaprovechando, no somos capaces de que aprovechen, sus capacidades intelectuales, su formación, y sus titulaciones, en forma de trabajo. En cambio los europeos de la UE-14 presentan perfiles próximos a los nuestros, que indican una capacidad para aprovechar sus titulaciones casi igual a la nuestra.

GRÁFICO 8. VALORACIÓN OCUPACIÓN/FORMACIÓN RELATIVOS (nativos inmigrantes)

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GRÁFICO 9. EMPLEO POR ZONAS DE PROCEDENCIA INMIGRATORIA

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Pues bien, cada grupo de inmigrantes tiene una capacidad diferente para aprovechar sus niveles de titulación en empleo. Dicha evidencia debe ser tenida en cuenta tanto como la dispar evolución de la inmigración por procedencias. Porque no es lo mismo si los inmigrantes vienen de unas zonas u otras, como tampoco lo es su capacidad para concretar en empleos la utilización de sus potencialidades en forma de titulación. Por añadidura, se han evaluado los datos de forma discriminada para varones y para mujeres, y como siempre las mujeres presentan dificultades adicionales para aprovechar sus capacidades en el mercado laboral. Finalmente, obtenemos así el empleo inmigrante estimado por grupos de procedencia proyectado al 2060, conjugando un depurado análisis demográfico con una especulación revisable del escenario migratorio para los próximos años, junto a una estimación plausible de su capacidad para alcanzar niveles de empleo en la economía española.

El paso siguiente ha sido proyectar el crecimiento de la productividad. ¿Por qué es importante la productividad? Porque la productividad determina los salarios y los salarios determinan las pensiones, de modo que es esencial para proyectar las pensiones proyectar previamente los salarios, y para proyectar los salarios tenemos que proyectar previamente la productividad. Y, en segundo lugar, la productividad es una parte fundamental del PIB. El PIB es simplemente el resultado de multiplicar el número de empleos de un país por la productividad media de esos empleos. En España, a grandes rasgos, el PIB es el resultado de multiplicar 20 millones de empleos, aproximadamente, por una productividad media de 50.000 euros por empleo, lo que da un billón de euros que es, más o menos, el PIB de España en 2007. Por tanto, a partir de la cifra de productividad actual tenemos que proyectar hasta el 2060 cómo va a ir creciendo la productividad.

¿Cómo lo hemos hecho? Hemos revisado la literatura de crecimiento endógeno y hemos seleccionado un modelo que nos parece el más apropiado1, que incorpora, como determinantes de la productividad, el capital humano, medido en años de educación de los trabajadores, el ratio capital-producto, la intensidad de capital que se utiliza en la economía y el stock de conocimientos. Ésta es una cuestión clave. En las sociedades actuales, el creci-Page 120miento económico depende de los conocimientos, de la investigación, de las nuevas ideas. Estos conocimientos, a su vez, dependen del conocimiento en la frontera internacional y hemos cogido Estados Unidos como la frontera del conocimiento.

La investigación interna, dentro de España, medida en número de investigadores y en gasto en I+D también va a ser fundamental. El índice de juventud de la población también resulta significativo en nuestras estimaciones, porque los jóvenes son más dados a asumir las nuevas tecnologías. Si miramos los datos, la productividad de un trabajador va aumentando con la edad hasta los 50 años aproximadamente, y luego disminuye un poco, y esto también lo hemos tenido en cuenta.

Como resultado de todos estos factores, hemos hecho una proyección de la tasa de crecimiento de la productividad que representamos aquí. Tenemos los datos históricos desde 1960 hasta el 2006, nuestro último dato, y a partir de ahí son nuestras proyecciones. Las tasas de crecimiento van a ser menores que en el pasado y la media, aproximadamente, será de un 1,5% respecto de una media histórica del 2,2%. Si lo comparamos con la situación actual, donde la productividad está creciendo al 1% y lleva años creciendo por debajo del 1%, podría ser optimista, pero comparado con la media histórica, no es tan optimista.

Con estas proyecciones de productividad, y con las proyecciones de empleo explicadas antes, podemos calcular el PIB como el producto de ambas, empleo multiplicado por productividad. Lo que vemos en el gráfico 11 es la tasa de crecimiento medio del PIB, quinquenio a quinquenio, desde el 2005 hasta el 2060. Esto que parece un ciclo, no lo es. Nuestras proyecciones son de tendencia, de largo plazo y lo que tenemos aquí es un modelo de crecimiento de largo plazo que indica que va a haber quinquenios de crecimiento más rápido, con 3% aproximadamente hasta el 2020, y

GRÁFICO 10. PROYECCIÓN DE LA TASA DE CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD

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GRÁFICO 11. TASA DE CRECIMIENTO MEDIO DEL PIB POR QUINQUENIOS

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luego crecimientos más lentos debido a un crecimiento más lento de la población y a un crecimiento más lento de la productividad. De modo que no hemos utilizado un procedimiento sencillo en el que simplemente suponemos que el PIB va a crecer al 2% de media en los próximos 50 años y a partir de ahí hacemos todo, sino un modelo sofisticado de crecimiento económico.

El bloque de pensiones

Una vez visto el bloque demográfico que nos permite proyectar el empleo y el bloque económico que nos permite proyectar la productividad, pasamos al último que es el bloque de pensiones. En primer lugar hay que dejar claro que todo nuestro trabajo se centra en pensiones de jubilación, hemos dejado aparte las otras pensiones, las de viudedad, incapacidad y de favor familiar, y nos hemos centrado en las pensiones de jubilación, que es la parte más importante y la que más relación puede tener con la evolución económica, con los salarios.

La masa de pensiones de un año la calculamos como la masa del año pasado, más el número de nuevos pensionistas multiplicado por la pensión media de estos nuevos pensionistas, menos el número de bajas de pensionistas por la pensión media de estos pensionistas que causan baja2. Tenemos que proyectar cada uno de estos cuatro elementos, las altas, las bajas y la pensión media de las altas y de las bajas. Para proyectar las altas de nuevos pensionistas, que es una cuestión clave, echamos mano de nuestras proyecciones demográficas y seleccionamos a la población entre 60 y 64 años, y miramos a ver, en primer lugar, la tasa de ocupación. Cuántos de esa tasa de edad van a estar ocupados en cada año. Históricamente ese porcentaje es un 28%, es la media de los últimos 20 años. En nuestras proyecciones hemos supuesto que este 28% va a ir aumentando progresivamente hasta un 40%, y sobre esta población ocu-Page 122pada entre 60 y 64 años hemos aplicado una tasa de jubilación. Los que se jubilan tienen una edad media muy cercana a la edad obligatoria actual de 65 años y hemos calculado el ratio de jubilados de cada año respecto del total de ocupados en esa franja de edad de 60-64, esto es lo que llamamos la tasa de jubilación y está en torno al 38%. Con estas tres cifras, la población entre 60 y 64, la tasa de ocupación de esta franja de edad y la tasa de jubilación, calculamos los nuevos jubilados año a año hasta el 2060.

Comparando este procedimiento con datos anteriores, el resultado es el que se aprecia en el gráfico 12. No es una correlación perfecta, pero nos da una buena idea, recoge bastante bien la evolución a largo plazo. De nuevo recordar que las proyecciones que hacemos son tendencias de largo plazo, no queremos recoger exactamente lo que puede ocurrir año a año.

Las bajas de jubilados son más fáciles de calcular, basta aplicar las tasas de mortalidad que tenemos para diferentes grupos de edad.

La pensión media de las altas es otra variable clave y para esto necesitamos tener en cuenta las reglas que se aplican actualmente en España para calcular la pensión. Esta regla viene a ser una media de los últimos 15 años de la base de cotización, que está determinada por el salario de los últimos 15 años de la vida laboral de una persona. Es decir, la pensión es una función de la media del salario de los últimos 15 años, y el salario, a su vez, está directamente relacionado con la productividad. Por lo tanto, lo que hemos hecho ha sido buscar la relación entre las nuevas pensiones y la productividad media de los 15 años anteriores. El resultado que obtenemos se muestra en el gráfico 13. Históricamente, desde el año 1982 hasta el 2005, la pensión media dividida por la productividad media de los 15 años anteriores a ese año, es una relación bastante estable, en torno a un 24,8%, y éste es el dato que hemos utilizado en nuestras proyecciones. Para cada año hemos calculado la productividad media de los quince años anteriores y hemos aplicado el 24,8% para calcular la pensión que van a cobrar los que se jubilen ese año.

GRÁFICO 12. ALTAS DE JUBILADOS

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GRÁFICO 13. PENSIONES NUEVAS EN PROPORCIÓN A LA PRODUCTIVIDAD MEDIA DE LOS 15 AÑOS ANTERIORES (%)

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La pensión media de las bajas, por otra parte, está relacionada con las pensiones medias del sistema en los años anteriores, y hemos buscado cuál era la mejor correlación y hemos encontrado que un desfase de siete años nos permite predecir bastante bien la pensión media de los que causan baja en el sistema.

Resultados

Con todos estos elementos podemos proyectar ya las pensiones y el PIB, y con ambos la ratio, que es lo que nos interesa en el fondo, el peso relativo de las pensiones en la economía. El peso de las pensiones de jubilación sobre el PIB actual es un 5%. Nuestra proyección indica que esta cifra va a subir lentamente hasta el 2020 y a partir de ahí con más rapidez hasta superar el 11%, más del doble del valor actual, y a partir de ahí va a reducirse ligeramente, terminando en el 10,7% del PIB3. De modo que nuestra proyección a largo plazo es que el peso de las pensiones en la economía española se va a duplicar, en resumidas cuentas, y no es de extrañar si el número de pensionistas va a pasar de 4,7 millones a 12 millones. El elemento clave de esta evolución es la demografía, como veremos enseguida.

Para comprobar que el elemento demográfico puede ser fundamental, podemos dividir la ratio pensiones-PIB en cuatro elementos para saber cuál es la causa de esta evolución. Estos cuatro elementos son el factor demográfico, en primer lugar, que sería la población mayor de 65 años dividido por la población en edad de trabajar, entre 15 y 64; el segundo factor es el inverso de la tasa de empleo, que es la población en edad de trabajar dividido por el empleo total; tercero el factor de cobertura del sistema, que es el número de pensionistas dividido por la población mayor de 65 años; y el cuarto el factor es la generosidad del sistema, que es la pensión media dividida por la productividad media, que viene a medir cuánto cobran los pensio-Page 124

GRÁFICO 14. PENSIONES/PIB

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GRÁFICO 15. CRECIMIENTO DE CADA COMPONENTE DE LA RATIO PENSIONES-PIB

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nistas en relación al salario medio de cada año. Si dividimos el peso de las pensiones en estos cuatro factores y empezamos dando un valor 100 a cada uno, para ver cómo evoluciona por separado cada factor, está perfectamente claro en el gráfico 15 que el factor clave es el demográfico: empieza en 100 y acaba en 230, se multiplica por 2,3. Y, para nuestra tranquilidad como autores de esta proyección, los factores demográficos son los más estables y, por lo tanto, esto da mucha robustez a estas proyecciones.

El segundo factor que contribuye a aumentar el peso de las pensiones es el ratio de cobertura, el número de pensionistas dividido por la población mayor de 65 años, y esto no es más que el resultado de los aumentos previstos en la tasa de empleo, va a haber más personas trabajando por cada 100 en edad de trabajar y, por lo tanto, cuando se jubilen habrá más pensionistas por cada 100 personas en edad de jubilación.

El ratio de generosidad va a permanecer aproximadamente estable, puesto que el sistema español de pensiones implica que la pensión se calcula en relación al salario, de modo que esto no va a cambiar mucho. En otros sistemas de pensiones europeos la pensión no tiene una relación tan directa con el salario y este ratio de cobertura va a ir disminuyendo, con lo cual el peso de las pensiones sobre el PIB no se dispara tanto, pero es a costa de que las pensiones sean cada vez más pequeñas en relación a los salarios del momento. Finalmente, el único elemento que actúa en dirección contraria para suavizar el peso de las pensiones es la tasa de empleo. Cada vez va a haber más cotizantes por cada 100 personas en edad de cotizar, y eso favorece al sistema de reparto.

Una cosa es el peso de las pensiones, que vemos que se duplica, y otra cosa es la solvencia del sistema. Podríamos pensar que a la vez que aumenta el peso de las pensiones, también aumentan las cotizaciones, porque hay más personas trabajando, más cotizantes, el volumen de las cotizaciones va a aumentar, luego podría parecer que se podría compensar una cosa con la otra. Vamos a ver que no es así.

Para calcular las cotizaciones, hemos echado mano, de nuevo, de la experiencia histórica, y hemos comprobado que las cotizaciones tienen una relación muy estrecha con el PIB: aproximadamente suponen un 9,64% del PIB como media en los últimos 19 años, desde 1977 al 2005. Los datos históricos nos dicen que esta estimación es bastante buena y la hemos mantenido para el futuro. Hemos considerado, por lo tanto, que cada año la Seguridad Social va a ingresar un 9,6% del PIB en concepto de cotizaciones.

Si dividimos las cotizaciones por las pensiones de jubilación, tenemos una idea de la solvencia del sistema. Nótese que dividimos por pensiones de jubilación. Las cotizaciones se utilizan también para los otros tipos de pensiones, las de viudedad, las de incapacidad, las de orfandad, las de favor familiar, y también se utilizan las cotizaciones para pagar otras prestaciones, que son básicamente maternidad e incapacidad laboral transitoria. De modo que, ahora mismo, esta ratio de cotizaciones partido por pensiones de jubilación está cerca del 2. Lo que hemos calculado con los datos actuales de la Seguridad Social es que, de acuerdo con la financiación actual, se necesita una ratio de 1,75 y ésa es la línea naranja que aparece destacada en el gráfico 16. El valor 1,75 sería el mínimo de solvencia del sistema tal y como está actualmente definido.

Ahora mismo se sobrepasa el 1,75 y el resultado es que se está generando un Fondo de Reserva de pensiones, que se calcula que este año llegue al 5% del PIB, es decir sería suficiente para pagar un año completo de pensiones de jubilación. Nuestra previsión es que hasta el 2020 siga aumentando el Fondo de Reserva de las pensiones, que el sistema esté por encima de ese 1,75 mínimo, pero a partir de ese año la ratio va disminu-Page 126

GRÁFICO 16. COTIZACIONES/PENSIONES

[ VEA EL GRAFICO EN EL PDF ADJUNTO ]

yendo rápidamente, las pensiones aumentan muy rápido, las cotizaciones también aumentan pero más despacio y, como resultado, va a haber menos solvencia en el sistema. El punto mínimo se puede alcanzar en torno al 2050, donde quedaría por la ratio por debajo de la unidad, que significa que incluso usando todas las cotizaciones para pagar exclusivamente las pensiones de jubilación, aún así no habría suficiente. En los diez últimos años de proyección la ratio mejoraría ligeramente.

Vamos ahora a la parte fundamental, la que ha motivado todo el estudio, que es la contribución de los inmigrantes en esta evolución. Para calcular la contribución de los inmigrantes es importante distinguir el salario de los nativos del salario de los inmigrantes, porque cuando les llegue el turno de empezar a cobrar jubilaciones, igual que les ocurre a los nativos, los inmigrantes cobrarán en función de sus salarios. Hay un estudio reciente de Simón, Ramos y Sanromá4 que han estimado la brecha salarial, encontrando que los inmigrantes cobran en torno a un 15% menos que los nativos y hemos utilizado este dato en nuestras previsiones. Utilizando este dato y todo lo anterior, podemos calcular que la ratio de solvencia, cotizaciones partido por pensiones, diferenciando entre el grupo de inmigrantes y el grupo de nativos. La aportación de los inmigrantes es muy positiva actualmente, como es lógico porque tenemos 2 millones aproximadamente de inmigrantes cotizando a la Seguridad Social, pero muy pocos inmigrantes cobrando pensiones de jubilación. Pero esta aportación va a ir disminuyendo a partir del 2025 aproximadamente, en función de las hipótesis demográficas y de flujos netos de inmigración que hemos hecho, hasta igualarse con la ratio del grupo de nativos en torno al 2055.

Esto no es nada sorprendente, es el resultado puramente demográfico de que los inmigrantes entran, se sitúan, envejecen y cobran pensiones. Ahora no hay apenas inmigrantes cobrando pensiones, pero dentro de 20 años, Page 127

GRÁFICO 17. RATIO DE SOLVENCIA (cotizaciones/pensiones) DE NATIVOS Y EXTRANJEROS

[ VEA EL GRAFICO EN EL PDF ADJUNTO ]

cuando empiecen a cobrar pensiones, la situación cambiará rápidamente y a medida que su pirámide de población se vaya acercando a la de los nativos su ratio se irá pareciendo también. La conclusión es que los inmigrantes han contribuido significativamente al aplazamiento de los problemas, pero no van a resolverlos.

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[1] JONES, C. (2002) «Sources of US Economic Growth in a World of Ideas», American Economic Review 92(1), 220-239.

[2] Los datos históricos detallados están disponibles en Anexo al Informe Económico Financiero de la Seguridad Social 2007.

[3] Un resultado similar obtienen GIL, J.; M.A. LÓPEZ GARCIA; J. ONRUBIA; C. PATXOT; G. SOUTO (2007) «A projection model of the contributory pension expenditure of the spanish social security system: 2004-2050», Hacienda Pública Española 182 (3/2007): 75-11.

[4] SIMÓN, H.; RAMOS, R.; SANROMÁ, E. (2008): «Labour Segregation and Immigrant and Native-born Wage Distributions in Spain: An Analysis Using Matched Employer-Employee Data», Spanish Economic Review, vol. 10(2), págs. 135-168.

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