Introducción

AutorRosa Mª Satorras Fioretti
Cargo del AutorProfesora titular de Derecho Eclesiástico del Estado, Universidad de Barcelona
Páginas21-25

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Hablar de Responsabilidad social corporativa (RSC) o de Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) es hablar de modernidad, de tendencia actual y a la vez de soluciones de futuro. La historia del modelo de civilización capitalista ha sido la de la expansión económica a gran escala, la de la modernización de las infraestructuras, la de la multiplicación del capital y la mundialización de un determinado sistema de funcionamiento (el de mercado) que ha dado como fruto un nivel evolutivo de las ciencias, de las artes, de la técnica y de la tecnología como nunca antes el hombre había imaginado. Estamos viviendo en primera persona las quimeras de Leonardo y los inventos de Julio Verne, corregidos y aumentados; pero igual que ellos auguraron la ciencia y tecnología del futuro, Huxley y Orwel intuyeron y previnieron a la sociedad de lo que un avance incontrolado podía comportar.

Y en este punto nos encontramos en los momentos actuales; hemos asistido al meteórico desarrollo global al que la empresa capitalista nos ha llevado y, admirados y deslumbrados por los resultados que se obtenían y por la sociedad de bienestar que a nuestro alrededor se creaba, hemos permitido que, en relativamente pocos años, el mundo se haya quebrado como jamás habrían soñado los más pesimistas en sus peores pesadillas.

Norte y Sur, ricos y pobres: el desequilibrio comienza a resultar cada vez más insalvable. Se ha abusado del planeta, los recursos se han sobreexplotado, se agotan las materias primas, se acaba el agua potable en unos lugares, mientras se desperdicia en otros; la incorrecta utilización de los medios de producción y de transporte ha comportado un calentamiento global de difícil vuelta atrás, los polos se deshielan de mane-Page 22las creer que la causa de la desigualdad se basaba, simplemente, en su propia naturaleza femenina; la utilización por parte del primer mundo de la mano de obra del tercero resulta escandaloso, inexplicable (esclavitud, niños, mujeres, condiciones precarias, inexistencia de medidas mínimamente humanas...); el aumento progresivo de la población hace que la Tierra sea insuficiente para alimentar a todos sus habitantes... Un panorama ciertamente desolador.

Y a todo esto se ha llegado gracias a la expansión descontrolada del modelo capitalista, de la sociedad del bienestar: unos pocos queremos vivir tremendamente cómodos con nuestros rápidos transportes, nuestros productos de consumo cada vez más inútiles, nuestra climatización...

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