La evolución y situación de las FFAA españolas en la acción exterior del Estado

AutorInmaculada C. Marrero Rocha
Páginas57-117

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Hasta hace apenas diecisiete años, las FFAA españolas contaban con una escasa o casi inexistente experiencia en el desarrollo de funciones más allá de las fronteras del Estado. La incorporación del ejército español al desarrollo de misiones militares de carácter internacional, especialmente en el marco de la gestión de crisis, ha sido más tardía que la de otros Estados europeos. Sin embargo, el cambio de las circunstancias políticas, económicas y sociales a nivel interno español, unido a la transformación que ha sufrido la sociedad internacional como consecuencia del final de la Guerra Fría, ha provocado, en un período de tiempo relativamente breve, que la participación en misiones internacionales sea la función que acapara en mayor medida la actividad del ejército español.

En este capítulo se abordan, en primer lugar, las razones de carácter histórico y político que explican la evolución que han sufrido las funciones de las FFAA y que han propiciado una incorporación más tardía al desarrollo de actividades de carácter internacional. En segundo lugar, se examina cómo los cambios políticos que se producen en España como consecuencia de la transición democrática vienen inevitablemente acompañados de una progresiva internacionalización de las actividades de las FFAA, que ya no pueden seguirPage 58 desempeñando las mismas funciones que tenían durante la dictadura franquista. Por último, este capítulo se ocupa de las repercusiones para las FFAA españolas derivadas de los cambios que ha sufrido la seguridad y la defensa internacionales después del final de la Guerra Fría. En este sentido, este último apartado analiza en qué medida la transformación del régimen internacional de seguridad, la ampliación de las actividades en materia de gestión de crisis de algunas organizaciones internacionales con competencias en el ámbito de seguridad y la defensa, en las que participa España, y las nuevas amenazas para la seguridad han contribuido a un incremento de la actividad de las FFAA en el extranjero, asumiendo tareas de gran diversidad funcional que, además, requieren una amplia cooperación con las agencias civiles.

1. Los condicionantes histórico-políticos de las funciones de las FFAA españolas

Existen una serie de factores que fundamentalmente se han ido gestando con la propia evolución de la historia política de España1 que, sin duda, han contribuido a delimitar el marco de funciones de las FFAA españolas. Esos factores les han otorgado unas características propias que marcan diferencias con las FFAA de otros Estados europeos, tanto por lo que se refiere al ejercicio de funciones dentro de las fronteras del Estado, como por la experiencia en el desarrollo de misiones de carácter internacional. El primero de esos factores condicionantes es el declive colonial español y las características del marco de relaciones que España estableció con los territorios coloniales que se constituyeron como Estados. El segundo consiste en la larga trayectoria intervencionista de las FFAAPage 59 en los asuntos políticos y civiles del Estado. Y, por último, el tercero es la situación en la que queda España después del final de la II Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría. La combinación de estos tres factores ha influenciado enormemente el diseño de las actividades que han desempeñado sus FFAA dentro y fuera del Estado.

1.1. El declive colonial español en el contexto internacional de transición

Las grandes potencias internacionales siempre han contado con unas capacidades militares y unas FFAA con gran proyección exterior, sobre todo, teniendo en cuenta que, históricamente, gran parte de los procesos internacionales se han desarrollado a través de enfrentamientos bélicos. En ese sentido, los ejércitos y el armamento han tenido un papel fundamental no sólo para proteger la integridad territorial y la independencia de los Estados, sino también para aumentar el territorio de los mismos, afianzar alianzas y hacer efectivos los grandes repartos territoriales. Evidentemente, el mantenimiento de los imperios coloniales requería un ejército amplio, bien preparado y con medios y recursos suficientes para desempeñar sus funciones, lo que repercutía en el volumen de funciones de las FFAA y en su importancia para el mantenimiento y la defensa de los intereses del Estado, garantizando posiciones estratégicas, suministros de recursos y, desde luego, influencia política. En términos generales, históricamente, la posesión de un imperio colonial otorgaba al ejército el manejo de un gran número de recursos, una considerable influencia en los asuntos políticos y, en definitiva, un protagonismo que lo convertía en un instrumento esencial para la defensa de los intereses del Estado. Como es lógico, la expansión territorial se manifestaba como un objetivo compartido y también, en la medida de lo posible, promovido por el ejército que, por esa vía, internacionalizaba sus tareas y se manifestaba como una pieza fundamental del poder del Estado2.

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En el caso español, las intermitentes crisis económicas y políticas internas redujeron los recursos necesarios para atender el mantenimiento del imperio, al tiempo que los movimientos independentistas y las insurrecciones de los habitantes de las colonias hacían necesarias mayores y constantes asignaciones de recursos3. A medida que se iban perdiendo territorios, el imperio colonial español se debilitaba, se hacía más evidente la escasez de medios y, sobre todo, se cuestionaba la preparación del ejército español para cumplir sus funciones, en particular, para contenener y sofocar los movimientos independentistas. Todo este proceso hizo mella en el ánimo de la institución militar, que en muchas ocasiones responsabilizaba a los gobiernos de dejadez o de mala gestión de los intereses coloniales españoles y del abandono de las necesidades militares del ejército español4. La influencia colonial española en América Latina desaparecía mientras que las FFAA españolas no podían controlar las insurrecciones en los territorios coloniales que querían independizarse. Este proceso culmina con la Guerra de Cuba de 1898, que puso broche final al imperio colonial español con la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas después de una corta contienda bélica con EE. UU., en la que la superioridad militar norteamericana contrasta con el lamentable estado del ejército español5. Después de la Guerra de Cuba, las actividades de las FFAA fuera del territorio español se concentraron fundamentalmente en el último reducto del imperio colonial español, el protectorado del norte de África, donde Francia y el Reino UnidoPage 61 manejaron con facilidad el reparto territorial y la presencia española conforme a sus intereses, aprovechando la debilidad militar de España, que en más de una ocasión tuvo que solicitar la ayuda francesa para hacer frente a las insurrecciones de la población6.

La progresiva pérdida del imperio colonial español llevó al sector militar denominado «africanista»7 a concentrarse en el protectorado español en el norte de África y, además, a defenderlo como una cuestión de honor. A la vez, muchos sectores políticos veían al Protectorado como el lugar más apropiado para que las FFAA gozaran de una cierta autonomía de gestión, mayores salarios que los de sus compañeros destinados en la península y un marco de privilegios y de promoción profesional muy útil para mantenerlos alejados de los asuntos internos. Autores como La Porte o Morales Lezcano han expuesto, con rigor, la forma en la que la colonización del actual Marruecos jugó un papel muy significativo en la marcha de los procesos políticos españoles a principios del siglo XX. Acontecimientos como la Restauración (1825-1923), la Semana Trágica de Barcelona (1909) o el Golpe de Estado del General Primo de Rivera (1923) estuvieron enormemente marcados por laPage 62 situación en el Norte de África y por las difíciles relaciones del poder civil y militar de la época8. En general, la clase política española nunca tuvo un esquema claro de cómo debía gestionarse el protectorado en el norte de África, que se convirtió en un feudo militar del grupo africanista del ejército, desde el que se planeó poner fin a la II República con el comienzo de la Guerra Civil española en 1936. Según La Porte: «El alzamiento de 1936 fue la consecuencia final de la inestable situación del Protectorado Español en Marruecos más una reacción del ejército ante el peligro de una revolución social en el territorio peninsular»9.

En definitiva, las FFAA no pudieron defender y conservar los reductos del imperio colonial español y tampoco estuvieron preparadas, como no lo estaban otras instituciones del Estado, ni tampoco la economía española, para asumir compromisos internacionales y menos aún si éstos conllevaban la participación en contiendas bélicas...

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