Evolución reciente del crédito al consumo y su repercusión en el endeudamiento de los hogares

AutorMarta de la Cuesta González
CargoLicenciada en Ciencias Económicas y Empresariales
Páginas36-46

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I Introducción

La Renta Bruta Disponible de un país, es decir, lo producido dentro de él más el conjunto de las rentas y transferencias corrientes netas del exterior, sé destina al consumo y al ahorro. Aunque la teoría keynesiana afirma que la propensión marginal al ahorro aumenta con el nivel de renta, este hecho no se ha producido en España durante los últimos años. El crecimiento económico experimentado en nuestro país a partir de 1986, con el consiguiente aumento de la Renta Nacional, ha supuesto mayores tasas de crecimiento del consumo que del ahorro. España ha dejado de ser un país ahorrador para convertirse en otro claramente consumista muy cercano al modelo social norteamericano. A este descenso del ahorro interno han contribuido todos los sectores económicos, especialmente el sector público con su creciente déficit y el de las economías domésticas con claro descenso en su habitual capacidad de financiación. Si tenemos en cuenta los datos sobre el crecimiento real del consumo privado y público previstos para 1992 (3,2% y 3,5%, respectivamente) y los comparamos con la tasa esperada de crecimiento del PIB para ese mismo año (2,5%), podemos comprobar como esta última es inferior en 0,7 y 1 punto, respectivamente, con lo que estamos consumiendo a mayor ritmo que producimos.

Así pues, el descenso en el ahorro nacional, por un lado, y el creciente aumento del consumo interno, por otro, dan como resultado un saldo exterior neto cada vez más deficitario, con lo que nos estamos endeudando para consumir. La mayor parte de este consumo privado ha correspondido al sector de las familias, quienes, en función de buenas expectativas de ingresos, aumentaron su demanda de crédito y, por tanto, su nivel de endeudamiento. De esto se ha beneficiado y a ello ha contribuido el sistema crediticio español favoreciendo dicha demanda mediante el desplazamiento de gran parte de su crédito hacia los hogares domésticos.

En los últimos años, el mercado del crédito familiar ha sufrido ciertas modificaciones. La recesión económica junto con normas institucionales que obligaron a restringir la oferta de crédito han provocado una considerable caída en su tasa de crecimiento especialmente en la financiación al consumo, empeorándose gravemente la liquidez de las familias. La consecuencia inmediata ha sido el aumento en el porcentaje de morosos, situación que ha llevado a las entidades de depósito a endurecer las condiciones de sus créditos exigiendo mayores garantías por ellos.

El propósito de este trabajo es reflejar el incremento en el endeudamiento de los hogares durante los últimos años y determinar las partidas de gastos que más han contribuido a elevar el consumo y, por tanto, elPage 37 endeudamiento. A partir de estos datos pasaremos, finalmente, a señalar el grado de sobreendeudamiento que soportan las familias y las consecuencias inmediatas que se derivan de ello.

II El endeudamiento de los hogares

En el cuadro 1 se recoge la financiación otorgada por el sistema crediticio al conjunto de las familias españolas durante el período 1980-1991. En él aparece el crédito a familias 1 concedido por cada una de las instituciones que conforman el sistema crediticio: sistema bancario 2, el crédito oficial 3, y las entida des de financiación 4. Se observa, por un lado, el mayor peso del sistema bancario en el total de créditos y, por otro, el fuerte creci miento de la financiación por ventas a plazo en estos diez años. El crédito oficial, por su parte, ha sufrido un fuerte descenso en la financia ción al consumo pasando de un 24 por 100 en 1985 a un 14 por 100 en 1991. Si descompo nemos el período 80-91 en los subperíodos 80-85 y 86-91, detectamos cómo en los seis últi mos años el crecimiento del crédito a familias ha sido mucho mayor en todas las instituciones excepto en las de crédito oficial (2,5 en el sis tema bancario frente al 1,6 del período 80-85). Ahora bien, si analizamos lo ocurrido en los dos últimos años podemos apreciar cómo la fi nanciación por ventas a plazos ha perdido po siciones ganándolas en su lugar el crédito ofi cial y el sistema bancario. A la luz de estos datos se deduce que la década de los ochenta ha sido un período de fuerte crecimiento en el crédito a familias, especialmente en los seis úl timos años, aunque el descenso comenzado en el 90 augura un cambio de tendencia para el futuro.

Si analizamos las causas que han motivado esa evolución del crédito a familias descubrimos, en primer lugar, que la caída en la participación del crédito oficial se debe al fuerte descenso del crédito a vivienda e hipotecario concedido por este sector durante el período 86-90. Del 34,7 por 100 que suponía en 1986 el crédito oficial a la vivienda respecto al total del sistema crediticio se ha pasado a un 23 por 100 en 1991 (Cuadro 3). Dentro del crédito oficial a las familias se incluye sólo el otorgado directamente por el BCH para la adquisición de viviendas en régimen libre o de protección oficial, puesto que el concedido por el resto de las entidades públicas va dirigido únicamente a la financiación de las actividades productivas (agrícolas, industriales o de exportación) y no de consumo.

El sector integrado por las entidades de financiación a plazos ha sido sin duda el que más ha impulsado el crecimiento del crédito al consumo compensando en parte la caída del crédito oficial. En general, el desarrollo experimentado por la ECAOL (Entidades de Crédito de Ámbito Operativo Limitado) desde 1986 ha provocadoPage 38 un aumento de su cuota de mercado en el total del sistema crediticio. Así pues, no sólo las financieras, sino también las Sociedades de Crédito Hipotecario o las de Arrendamiento Financiero han multiplicado por cinco su participación en el mercado del crédito a familias y a empresas no financieras.

Según datos reflejados en el cuadro 2, durante el período analizado la financiación por ventas a plazos se ha trasladado de los bienes de inversión a la de los vehículos. Sin duda alguna el bien que más ha contribuido a acelerar el consumo en España ha sido el automóvil. Por ello la financiación de bienes de inversión ha descendido 29 puntos porcentuales en cinco años, mientras que la financiación de vehículos los ha ganado, pasando de un 42 por 100 en 1986 a un 71,6 por 100 en 1991. El fuerte incremento experimentado por la financiación y compra de automóviles en estos cinco años ha sido debido sin duda a la elasticidad tan grande que posee este bien respecto a variaciones en la renta disponible. Los bienes de consumo duradero, dado el escaso volumen que representa su financiación, puede decirse que se pagan...

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