La educación para el consumo en el nuevo sistema educativo en España

AutorDr. Rafael Martínez Martín
CargoDepartamento de Sociología -Universidad de Granada
Páginas298-308

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Es fácil confundir la calidad de vida, el bienestar y la felicidad con el consumo desenfrenado y acrítico por parte de la sociedad. La influencia de la publicidad, de los medios de comunicación y la propia interacción social, nos llevan a adquirir cada vez más bienes materiales. Saber elegir, conocer las consecuencias medioambientales que provoca, entender el papel que el consumo juega en el sistema económico y en el contexto social, deja de ser una tarea pendiente desde el momento en que el Sistema Educativo asume, por primera vez de forma sistemática, la responsabilidad de formar a los chicos y chicas en una educación para el consumo.

lt is easy to confuse the quality of life, the well-being and the happiness with and wild and direct consumption on the part of the society. The influence of the publicity, social interaction and mass media own, takes to us to acquire material goods more and more. To know how to choose, to know the consequences environmental that cause, to understand the paper that the consumption plays in the economic system and the social context, stops being a pending task since the educative system assumes, deforms systematics, the responsibility to form to the boys and girls in an education for the consumption for the first time.

1. Introducción

A continuación se analiza la Educación para el Consumo en el Sistema Educativo en España. Es necesario tener presente el contexto socioeconómico, para explicar las características y problemas que definen a la sociedad de consumo actual y analizar algunas de las circunstancias que la hacen necesaria. Se estudia la última reforma educativa llevada a cabo en España, donde la Educación del Consumidor aparece como enseñanza transversal y se reflexiona acerca de los fines que persigue, frente a otras realidades sociales.

Es conveniente dejar claros tres conceptos que se utilizan de forma sistemática: consumo, es el hecho objetivo de adquirir y utilizar bienes y servicios; consumismo, se refiere al hecho de consumir de manera pasiva e irracional, está connotado negativamente y valora más el tener que el ser (Álvarez, 1994: 391-2); y consumerismo, designa movimientos y doctrinas que tienden a la protección del consumidor y a su defensa, también se refiere a la sensibilización, información permanente y al esfuerzo de la educación para mejorar los procesos y las decisiones de consumo (Cidad, 1991: 57).

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2. El contexto de la sociedad de consumo de masas

Los países desarrollados viven dentro de la denominada sociedad de consumo, cuya característica principal es el acceso de la mayoría de la población a un conjunto de bienes y servicios que van más allá de cubrir las necesidades básicas. Como muestra la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares (Tabla 1), la distribución de los gastos de las familias en España ha evolucionado, al dedicar una proporción menor de dinero a la alimentación y una proporción superior a gastos diversos (esparcimiento, ocio, deportes, etc.) que engloban a los bienes y servicios más superfluos, siendo ésta una de las tendencias que definen a las sociedades de consumo de masas.

El acceso masivo de la sociedad a servicios y bienes duraderos es considerado por algunos autores, entre ellos Bocock (1995: 113 y ss.), como elementos legitimadores del sistema económico capitalista, capaz de fomentar el bienestar entre la población. El consumismo se ha llegado a confundir con la ideología del capitalismo, al mostrarse como un proceso social y cultural fundamental, fruto del desarrollo de la sociedad industrial, donde no se consume únicamente por el valor material de las cosas, sino también por el valor simbólico. Los deseos para consumir están siempre presentes, de forma independiente al dinero que se posea o al ciclo expansivo o recesivo de la economía.

TABLA 1. Evolución del gasto medio por persona y año, para el conjunto nacional. (En pesetas corrientes)

[ VEA LA TABLA EN EL PDF ADJUNTO ]

En un intento de sistematizar a la nueva sociedad de consumo emergente en los años sesenta, Katona (1968: 11) señala las tres características principales de estas sociedades: afluencia, no son unos pocos individuos los que pueden comprar, sino la mayoría de las familias; el poder del consumidor, las fluctuaciones cíclicas y el crecimiento de la economía, dependen en gran parte del consumo; y psicología del consumidor, hay una disposición del consumidor hacia la compra, siendo un reflejo de sus expectativas.

El consumo entendido como acto para cubrir necesidades, es tan antiguo como la humanidad. Sin embargo, en las sociedades industrializadas surgen una serie de problemas relacionados con la superproducción, cuyo ori-Page 300gen se encuentra en la segunda revolución industrial, donde los avances tecnológicos han propiciado que sea más fácil fabricar productos que venderlos.

No sólo es importante la producción, como afirmó J.B. Say en 1803 cuando anunciaba su Ley: La mercancía es por definición un bien de uso, por tanto toda producción crea de hecho su propia demanda, sino también el consumo masivo de los bienes que se fabrican, como establece Keynes en 1936 al concluir que el consumo es el motor de toda economía (Samuelson y Nordhaus, 1987: 171-192). Por tanto, se fomenta el consumo en la sociedad, creando necesidades y deseos continuos que cubrir, aunque la mayoría de estas necesidades sean prescindibles. Lo más importante desde el punto de vista económico es que el consumo vaya en aumento (Álvarez, 1994: 394-5)1.

La obsesión por el consumo está relacionada con los nuevos lazos que unen al individuo con la sociedad, creando actitudes, produciendo comportamientos y educando los gustos de los ciudadanos para fabricar consumidores.

El consumidor ha pasado a ser un actor fundamental dentro del sistema económico imperante; el nuevo rey, pero en muchas ocasiones deja de ser un sujeto libre, al estar sometido a los intereses de los productores, pasando a la condición de cliente a través de los recursos simbólicos y de los medios de comunicación que difunden significados que llegan a confundirlo (Cidad, 1991: 109-110).

Los actos de consumo están muy relacionados con proceso de socialización, interacción social, que percibimos desde pequeños en la familia, la escuela, el grupo d iguales y a través de los medios de comunicación de masas, entre otros.

Los jóvenes actuales han sido socializados para el consumo desde que nacen, su forma de divertirse, de...

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