Algunas notas historicas de interés dogmático el siervo versus robot y la comparativa distópica con la IA fuerte/débil en la terminología utilizada en el lenguaje robótico
| Autor | Francisco Lledó Yagüe |
| Cargo del Autor | Catedrático de Derecho civil de la Universidad de Deusto y abogado |
| Páginas | 163-179 |
8.
ALGUNAS NOTAS HISTORICAS DE INTERÉS
DOGMÁTICO EL SIERVO VERSUS ROBOT
Y LA COMPARATIVA DISTÓPICA CON LA IA
FUERTE/DÉBIL EN LA TERMINOLOGÍA
UTILIZADA EN EL LENGUAJE ROBÓTICO
Comenta LACRUZ MANTECÓN (citando a SCHIAVONE) que en los
años de Augusto en el primer siglo AC, al menos el 35% de toda la población
de Italia estaba compuesta por esclavos (3 millones, según las estimaciones),
lo que supone una cantidad impresionante y una relación muy alta respecto
a la población libre, proporción mantenida durante más de un siglo. Por no
hablar de la incidencia del trabajo esclavo sobre la calidad y resultados del
tejido productivo. Sin la presencia de esclavos en la agricultura, la industria y
los servicios, la vida económica y administrativa del Imperio no habría alcan-
zado nunca el nivel de desarrollo que tuvo 311.
En Roma los daños causados por los “servus” respondía el doninus ejecu-
tándose la actio noxalis. En este punto conviene traer a colación un excelente
trabajo de ERCILLA GARCÍA, que elabora un esmerado paralelismo entre
el siervo romano y el robot inteligente. Y así dice lo siguiente:
En Roma había un estatus jurídico para los esclavos, dado que su dimen-
sión en la sociedad era grande, y de ella dependía su economía. En nuestro
futuro cercano, la economía dependerá en gran parte de ese trabajo que
desempeñe entes no biológicos capaces de adoptar decisiones autónomas,
por lo que la conveniencia de crear un estatus jurídico en torno a los mismos
se torna altamente justificada. Pero, es más, esta necesidad deriva del hecho
de que en un futuro los robots se erigirán como verdaderos adláteres de los
humanos, compañeros que actuarán para y por su dominus o usuario, en los
aspectos más generales e íntimos de la vida. En dicha propuesta se parte del
hecho de que el envejecimiento de la población generará nuevas necesida-
des asistenciales y de salud en una sociedad, como la europea, que, según
311 LACRUZ MANTECÓN, M.L. Op. cit. (Robots y personas), págs. 133 y 134.
164 Francisco Lledó Yagüe
sus estimaciones en un horizonte de 40 años, tendría una población cuyo
35% superará los 60 años, y ello determinará un aumento de las necesidades
asistenciales. En esta misma línea se encuentra la población de Japón, cuyo
Gobierno quiere aumentar la integración tecnológica en geriatría y en do-
micilios, para suplir la carencia de enfermeros y asistentes sociales 312.
Refiere LACRUZ MANTECÓN como los esclavos, en la antigüedad gre-
corromana, eran considerados máquinas humanas, siendo así definidos,
como “instrumentos animados”, en el libro primero de la Política de Aristó-
teles, yéndose más lejos en la ética a Nicómaco: “El esclavo es un instrumen-
to dotado de alma, y el instrumento es un esclavo inanimado” 313.
En definitiva, y volviendo al estatus del esclavo en la antigua Roma, ya no
se trata tanto de determinar hasta dónde llega la inteligencia artificial, ni
de hasta qué punto ésta es similar a la humana (y por tanto lo es el artefacto
que la posee). Se trata simplemente de dar un contenido especial a la sub-
jetividad robótica, exactamente como en Roma, de determinar qué puede
hacer y qué No el robot-esclavo, y de qué efectos jurídicos se puede dotar a
sus actuaciones. Y como ocurría con el esclavo romano, la incidencia de sus
actuaciones se destaca principalmente en los ámbitos de la producción de
312 ERCILLA GARCÍA, J. Normas de Derecho Civil y Robótica en Thomson Reuters, Aranzadi,
pág. 19. Y así estima que en un futuro los robots se erigirán en entes dotados de voluntad,
aprendizaje e inteligencia (artificial) resultado de lo cual cada ente electrónico estaría dota-
do de una individualización diferenciada de las demás, una vez programado y fabricado. Así
aquellos que fueron capaces de aprender del entorno a través de la inteligencia artificial y de
distinguirse de los demás de su misma versión “precisarían de un estatus jurídico distinto”.
(ver op. cit. pág. 18). También LACRUZ MANTECÓN. Op. cit. (Robots y personas), pág. 133,
recuerda que los esclavos en la antigüedad grecorromana eran considerados máquinas huma-
nas, siendo así definidos, como “instrumentos animados”, en el libro primero de la Política
de Aristóteles, yéndose más lejos en la ética a Nicómaco:”El esclavo es un instrumento dotado
de alma, y el instrumento es un esclavo inanimado”, mientras que Varrón recordaba que una
clasificación bastante habitual “… dividía los instrumentos en tres tipos: “vocali” (los esclavos);
“semi-vocali” (los bueyes) y “mute” (los carros). El autor referenciado, trae sin embargo, a
colación la afirmación de URSICINO ÁLVAREZ, estando el origen de la esclavitud en la cuati-
vidad de los prisioneros de guerra, esto produce una situación de absoluto sometimiento del
esclavo a su señor, que pudo haberle dado muerte al tomarlo como prisionero. “Pero tal situa-
ción de sometimiento presenta dos aspectos distintos: en uno de ellos, el esclavo se encuen-
tra equiparado a una cosa, a un res más de las comprendidas en el patrimonio de su señor;
en otro, su cualidad de hombre dotado de inteligencia y voluntad, y en su virtud persona,
hace que esta relación de sometimiento no se considere estrictamente como una relación
de propiedad, sino de potestas, semejante a la potestas del pater familias sobre los alieni iuris
a él sometidos (vide LACRUZ MANTECÓN, M. Op. cit., págs. 133 y 134 y en cita ALVAREZ
SUAREZ, U. Instituciones de Derecho romano –III. Personas jurídicas y colectivas en el derecho Romano.
EDERSA, Madrid, 1977, pags 29 y siguientes.
313 LACRUZ MANTECÓN. Op. cit. (Robots y personas), pág. 133. Y concluye que, utili-
zando los conceptos actuales en su significado más asentado, los esclavos eran considerados
seres humanos, eran personae, pero en cuanto a su capacidad no eran sujetos de derecho (per-
sona civilis) y carecían de personalidad.
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba