Nota del Editor: Covid-19 y bioética
| Autor | Luis Miguel Pastor |
| Cargo | Departamento de Biología Celular e Histología. Facultad de Medicina, IMIB-Arrixaca, Regional Campus of International Excellence Campus Mare Nostrum, Universidad de Murcia, Murcia, Spain |
| Páginas | 131-138 |
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NOTA DEL EDITOR: COVID19 Y BIOÉTICA
EDITOR’S NOTE: COVID19 AND BIOETHICS
LUIS MIGUEL PASTOR
Departamento de Biología Celular e Histología.
Facultad de Medicina, IMIB-Arrixaca,
Regional Campus of International Excellence
Campus Mare Nostrum,
Universidad de Murcia, Murcia, Spain.
bioetica@um.es
Cuadernos de Bioética. 2020; 31(102): 131-138
DOI: 10.30444/CB.57
Copyright Cuadernos de Bioética
Este trabajo se publica bajo una licencia de
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1. Introducción
Escribo estas páginas después de que hayamos pade-
cido una situación que en un principio se pensó que era
como una epidemia limitada que podría parecerse a una
gripe y luego la hemos vivido como una situación crítica
de emergencia, cercana al colapso sanitario y con una
alta mortalidad1. Lo hago en estos momentos en los que
lo que se consideraba como una ola se ha convertido en
una situación de continuos rebrotes y nos encontramos
con que tenemos una nueva enfermedad infecciosa res-
piratoria instalada en nuestro entorno con la cual hay
que aprender a convivir. Además, no sabemos bien cuál
es el siguiente capítulo que nos deparará esta pandemia
que podemos calificar de histórica y universal. Por lo
menos, parece que en la medida que la experimentamos
vamos aprendiendo a afrontarla, adaptando nuestras
decisiones para minimizar su impacto en la salud de las
personas, en su actividad profesional y social. Es cierto
que el virus Covid-19 ha afectado de diversa forma a los
continentes y países como también que tal afectación
en la salud, la economía o las relaciones sociales pue-
de ser aparentemente desigual debido a que carecemos
1 Durante la fase crítica de la pandemia en España he podido
expresar mi opinión como presidente de AEBI en varias publicacio-
nes periódicas en las que como portavoz de la asociación he plan-
teado diversas preocupaciones éticas surgidas al hilo de los aconteci-
mientos. Ver: https://www.nobbot.com/personas/luis-miguel-pastor/
y https://www.elindependiente.com/vida-sana/2020/04/04/todos-te-
nemos-igual-dignidad-no-se-puede-discriminar-a-pacientes-por-la-
edad/
todavía de una información homogénea. Aún así, para
todos los países este virus, en mayor o menor medida se
ha convertido en un agente desestabilizador de la vida
cotidiana, siendo hoy en día, una fuente permanente de
riesgo para la salud y la economía mundial. Tal riesgo
supone una constante incertidumbre, que hace que nu-
merosos proyectos de la vida social, familiar o personal
estén sometidos a la impredecibilidad de su realización,
lo cual no sólo frena la puesta en marcha de ellos o que
éstos se instalen si son llevados a cabo, en una dinámica
de acomodación permanente —provisionalidad—, sino
que además puede generar un incremento de la insegu-
ridad social que termine desgastando el tejido social y
las personas que forman parte esencial de él.
2. La naturaleza del problema
Parecidos hechos han existido en siglos pasados. La
presencia de enfermedades infecciosas, ha acompañado
la historia de la humanidad las cuales, con sus caracte-
rísticas específicas, generaron crisis en cortos periodos
de tiempo, provocando importantes pérdidas de seres
humanos, así como también periodos de depresión de
la actividad humana, caracterizados por hambrunas o
incremento de la pobreza. Es más, en nuestro mundo ac-
tual, hay territorios concretos que de forma permanente
están condicionados por enfermedades infecciosas que
alteran la actividad humana. Pero gracias a la higiene,
las vacunas, el desarrollo de los servicios sanitarios y las
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