Del Real Alcálá, J. Alberto, Nacionalismo e identidades colectivas: la disputa de los intelectuales (1762-1936), Instituto de Derechos Humanos «Bartolomé de las Casas» de la Universidad Carlos III de Madrid-Universidad de Jaén-Dykinson, Madrid, 2007, 455 pp.

AutorM.ª Isabel Garrido Gómez
CargoUniversidad de Alcalá
Páginas559-564

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Lo primero que hay que comenzar diciendo es que el libro del Profesor J. Alberto del Real, titulado Nacionalismo e identidades colectivas: la disputa de los intelectuales (1762-1936) , constituye una importantísima aportación al debate sobre la nación, el nacionalismo y las identidades colectivas que, en la actualidad, se prodiga. En este sentido, ya algunos filósofos del Derecho españoles han tratado con anterioridad el tema de los derechos colectivos desde un punto de vista global, como núcleo de algunas de sus investigaciones, o de forma secundaria, éste es el caso de los Profesores Ansuátegui, Añón Roig, García Amado, García Añón, García Inda, López Calera, De Lucas, Peces-Barba, Pérez Luño y Torbisco; o han estudiado el fenómeno del nacionalismo en especial, por ejemplo, los Profesores X. Bastida Freixedo, Calsamiglia, Contreras Peláez, Lacasta Zabalza, Llano Alonso, Peces-Barba y Rodríguez Abascal. Sin embargo, hacía falta una investigación pormenorizada que abordara en profundidad esta cuestión.

Igualmente, es preciso subrayar que la trascendencia de la materia elegida se pone de relieve en la medida en que uno de los puntos principales de la trayectoria de los derechos humanos es la especificación progresiva de sus titulares -la mujer, los niños, los jóvenes, los mayores, los discapacitados, los presos, los clientes, los consumidores, los pacientes, etc.-. Desde tales coordenadas, las minorías nacionales que requieren derechos de autogobierno de forma permanente conforman una de las modalidades de los derechos grupales, pero ésta no es una opinión pacífica, ni en la forma de esgrimir su existencia, como constata el Profesor Del Real, ni en el reconocimiento de titularidad a determinados grupos, básicamente porque pueden plantear dilemas al individualismo moral, como evidencian Donnelly, Fernández García, Laporta, Narveson o Nino. Además, otros argumentos en contra son que el reconocimiento de los derechos colectivos es redundante puesto que implícitamente se reconocen sólo los de los miembros de la colectividad, que son inútiles para alcanzar los fines que quieren conseguir, que los costes o consecuencias no son aceptables y que su reconocimiento acarrearía efectos perversos1. Pero el gran interrogante, a mi parecer, redunda en si es posible hablar de derechos humanos. Las posiciones que dan una respuesta negativa intentan demostrar que esa humanidad se expresa exclusivamente en el individuo, evaluándose, muy a menudo, los daños que se podrían producir a los derechos individuales; y los que suscriben su viabilidad subrayan que la interdependencia de sus componentes llega a hacer que el grupo tenga identidad propia.

Pues bien, esta discusión entre los autores más radicales y los más moderados se abre en el entorno de una gama muy variada de tesis integradas en diversos modelos. Para llevar a cabo la investigación, el Profesor Del Real Page 560 emplea los modelos de los intelectuales más representativos desde el siglo XVIII al primer tercio del XX, en concreto, desde 1762 hasta 1936, exponiendo sus postulados de forma clara y exhaustiva, a la vez que se establecen comparaciones entre los argumentos aducidos, llegando a conclusiones de gran valor al final de cada Capítulo. Con este objetivo, se intenta, y se consigue, superar el excesivo casuismo y reduccionismo que es típico de esta clase de reflexiones.

Primeramente, la idea que subyace a lo largo de todo el libro es la relevancia que adquiere cada una de las bases en las que se apoyan los modelos analizados, es decir, la relevancia de la Historia, la Sociedad civil y el Estado, las cuales se identifican con cada una de las épocas sirviendo para legitimar o invalidar las diferentes controversias. Y es, precisamente, esta distinción el criterio que estructura la obra, compuesta de cuatro Capítulos divididos en dos grandes partes: En la primera, se hace una introducción; y en la segunda, se efectúa una reconstrucción teórica de los modelos que se consideran más destacados. Por lo que se refiere a los Capítulos, el primero trata cuáles son los tres grandes debates intelectuales sobre el aspecto nacional durante el periodo citado y, a partir del segundo, se detallan los contenidos de los tipos denominados modelohistórico-narrativo (Capítulo segundo), modelosocietario (Capítulo tercero) y modeloestatal (Capítulo cuarto), en dependencia del elemento fundamentador que sea preponderante.

Por otro lado, tal estructura tiene que ver también con los periodos...

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