La movilidad académica de estudiantes y la igualdad de oportunidades: propuestas para una universidad inclusiva

AutorMaría Fernández Agu?ero
Páginas181-205
LA MOVILIDAD ACADÉMICA DE ESTUDIANTES
Y LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES:
PROPUESTAS PARA UNA UNIVERSIDAD
INCLUSIVA
maría Fernández agüero
Este capítulo se centra en analizar la dimensión social de la movilidad aca-
démica de estudiantes de educación superior, con el doble objetivo de contribuir
al desarrollo de buenas prácticas inclusivas y promover la movilidad entre los
grupos de estudiantes en desventaja. En el ámbito de la internacionalización de
las instituciones de educación superior, la movilidad plantea ciertos obstáculos
personales, sociales y en concreto, una serie de retos para la inclusión. Para
entenderlos, primero describiremos el contexto que nos ocupa, que es el de la
movilidad en la educación superior en España, y analizaremos el papel de la
movilidad en los procesos de aprendizaje y las ventajas que aporta. Seguida-
mente, presentaremos datos sobre las motivaciones que tienen los estudiantes
para participar en una movilidad y la representación de los colectivos más vul-
nerables. Por último, en función de esos datos, se proponen una serie de estra-
tegias para favorecer la movilidad de estos colectivos, organizadas en tres blo-
ques: (1) cómo incentivar la participación; (2) cómo facilitar la experiencia y (3)
cómo sacar provecho de la experiencia.
1. LA MOVILIDAD ACADÉMICA COMO RETO PARA LA ATENCIÓN A LA
DIVERSIDAD
La movilidad académica es el desplazamiento temporal de los miembros de
una comunidad académica a otra con un propósito especíco de tipo docente,
investigador, administrativo o de formación; al participar en una movilidad, los
estudiantes se benecian de la provisión de servicios de educación superior en
otras instituciones del extranjero o de su país. Esto se produce con mucha fre-
cuencia –pero no únicamente– hacia instituciones con las que la institución de
Educación Superior (IES) del estudiante mantiene un acuerdo bilateral, normal-
mente a través de programas de intercambio. La movilidad tiene importantes
benecios en términos de oportunidades profesionales, aprendizaje lingüístico y
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desarrollo personal, a los que todos deberíamos poder optar. Como veremos
más adelante, hay abundantes ejemplos en la literatura cientíca de cómo una
movilidad incrementa las posibilidades de encontrar trabajo, en el país propio y
fuera de él, y cómo contribuye a desarrollar una competencia intercultural y plu-
rilingüe, que permite desenvolverse en contextos internacionales –y locales– con
más ecacia.
Sin embargo, las sucesivas evaluaciones del proceso de Bolonia para la
conguración del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) recogen cla-
ramente que en la educación superior europea hay determinados grupos menos
representados: alumnos de contextos socioeconómicos bajos, inmigrantes con
menos formación académica y minorías culturales, estudiantes con discapacidad
(sensorial, física, de aprendizaje o de comunicación), estudiantes no tradiciona-
les (que suelen acceder a la universidad por vías no convencionales, como es-
tudiantes de mayor edad –de 30 años o más–, con cargas familiares y laborales,
estudiantes con cualicaciones extranjeras), y los hombres y mujeres según la
titulación y el ciclo educativo (Proceso de Bolonia, 2009a). Este capítulo está
dedicado a analizar cómo acceden estos grupos más vulnerables de estudiantes
a las opciones de movilidad que ofrecen las universidades, y a plantear cómo
pueden acceder a ellas más fácilmente.
Antes de empezar, debemos hacer ciertas aclaraciones terminológicas y
acotar el alcance de este capítulo. Principalmente existen dos tipos de movilidad:
por titulaciones completas y por periodos de estudio o temporal, conocidas de
forma general como “movilidad por titulación” y “movilidad por créditos”. En la
primera, el estudiante cursa toda la titulación en la institución extranjera, muchas
veces motivado por la búsqueda de una mejor calidad académica por encima de
otras consideraciones y, en ocasiones, solicitando el acceso directamente a la
universidad de destino, haciendo lo que se llama “movilidad de aprendizaje in-
dependiente”. La segunda tiende a producirse buscando un aprendizaje de tipo
lingüístico o cultural, y tiene lugar con frecuencia entre países académica y
económicamente fuertes. Las movilidades de este tipo casi siempre se basan en
acuerdos bilaterales entre IES, y conducen al reconocimiento de una serie de
créditos mediante un acuerdo de estudios en la universidad de origen, que es
donde titula (y normalmente paga la matrícula) el estudiante. Desde el punto de
vista económico, esta movilidad no es especialmente atractiva para las IES, que
consiguen un mayor retorno económico a través de las tasas de matrícula de los
estudiantes de movilidad por titulación. Además, la movilidad temporal puede
contemplar otras casuísticas aparte de la de cursar una serie de créditos en
asignaturas en otra universidad. Las prácticas curriculares o extra-curriculares
en empresas, los cursos de lenguas, las estancias de investigación y las escue-
las de verano se pueden considerar movilidad temporal de estudiantes, aunque
no conlleven el reconocimiento de créditos (DZHW, 2018). Por otro lado, la mo-
vilidad se puede clasicar en saliente o entrante (o en inglés, outgoing e incoming

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