A modo de conclusión

AutorJuan Calvo Vérgez
Cargo del AutorCatedrático de Derecho Financiero y Tributario. Universidad de Extremadura
Páginas167-183
X. A MODO DE CONCLUSIÓN
A lo largo de estos últimos años el aumento del gasto público en materia
sanitaria ha sido progresivo desde que se transfirieron a las Autonomías las
competencias de sanidad. Con carácter general las CC.AA. gastan más dinero
en sanidad que hace ocho años. Muchos de los ajustes que se aprobaron aún no
se han revertido. El aumento del coste de las prestaciones sanitarias, el enca-
recimiento de los fármacos y los mayores gastos estructurales siguen pesando
en las cuentas públicas que, poco a poco, van dejando atrás las secuelas de la
crisis. Dicha circunstancia ha terminado repercutiendo en el funcionamiento de
diversos hospitales públicos, que han experimentado situaciones insostenibles
debido a la carencia de inversiones, recursos y plantilla.
Durante el período comprendido entre los años 1995 y 2012 el gasto sanita-
rio creció, de media, un 6,1%, muy por encima del avance del PIB. Dicho creci-
miento resultó especialmente intenso hasta el año 2009. A partir de dicha fecha
el inicio de la crisis financiera condujo a la introducción de importantes recor-
tes, descendiendo un 13% entre dicho año y 2013. Tal y como se ha expuesto a
lo largo del presente trabajo entre los años 2009 y 2013 el Estado incrementó el
gasto en 0,6 puntos. En años anteriores esta tasa alcanzó los 3,4 puntos. El gasto
sanitario en 2016 se situó por debajo de la media de la OCDE, unos 2.800 euros
por habitante al año, casi 700 euros menos que el resto de países encuadrados en
el citado entorno, cuya media sobrepasó los 3.400 euros. Por otra parte el factor
demográfico, con un alto ritmo de envejecimiento de la población, disparó los
costes sanitarios. Los tratamientos por las nuevas tecnologías y avances médicos
y farmacéuticos son cada vez más caros. Además, los ciudadanos cada vez viven
más y hay más enfermedades crónicas que suponen mayor gasto.
La sanidad suponía en 2008 el 6,1% del PIB. En 2010 subió al 6,7%, bajan-
do posteriormente hasta el 6,26% en 2017. En cambio el gasto por habitante ha
variado menos en los años de la crisis) durante los que ha osciló entre los 1.410 y
los 1.577 euros de media) que entre Comunidades un mismo año.
El Programa de Estabilidad 2016-2019 que el Gobierno remitió a la
Comisión Europea incide en la necesidad de reducir gasto sanitario al recoger
una nueva reducción del peso económico del gasto sanitario público, que se re-
bajaría del 6,4% de 2014 hasta el 5,95% en 2016 y el 5,74% del PIB en 2019.
El gasto sanitario sumó en 2016 más de 100.000 millones de euros, de los cua-
les un 71% lo aportaron las Administraciones a través de los Presupuestos de las
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Comunidades Autónomas y el otro 29%, 29.300 millones de euros, el sector priva-
do. Entre 2009 y 2013 se llevó a cabo un recorte del gasto público en Sanidad por
importe de 8.958 millones de euros. Ello ha repercutido especialmente en el con-
junto de los ciudadanos, quienes han tenido que soportar una fuerte subida de las
listas de espera quirúrgica y diagnóstica. Y, por otro lado, se ha obligado con ello
a los pacientes a incurrir en un mayor gasto privado para cubrir sus necesidades
asistenciales, además de sufragar el incremento del copago farmacéutico aproba-
do en abril de 2012. En total, los hogares españoles han tenido que desembolsar
2.935 millones de euros más desde 2009 para costear su sanidad (Gráfico 32).
Gráfico 32
Fuente: Diario El Economista, Suplemento de Sanidad, 2 de febrero de 2017, núm. 70, pág. 23

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