A modo de conclusión

AutorLuis Gracia Martín
Cargo del AutorCatedrático de Derecho penal Universidad de Zaragoza
Páginas251-252

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En las últimas dos décadas, ha disminuido considerablemente el interés por la investigación sobre los fundamentos del sistema jurídico penal176, y hoy dominan nuestra disciplina el caos y la inseguridad177creados por un normativismo que,

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como ha dicho con razón Hirsch, es idealmente más cómodo que la investigación verdaderamente científica, y también más difícil de verificar científicamente178.

Pero como esta exposición ha tenido que poner de relieve, lo que sí parece verifi-cable es la falta de cientificidad del método puramente normativista, pues todo lo que de ese modo se puede construir remite a objetos completamente inventados porque carecen de existencia en la realidad fenoménica del mundo al que se dirige el Derecho penal. En particular, comparto sin ninguna reserva el, a mi juicio, irrebatible diagnóstico que formulara Georg Küpper, ya hace casi una década y media, sobre la doctrina de la imputación objetiva, en el sentido de que «hasta ahora, ni puede hablarse de una ‘opinión dominante’, ni se vislumbra la posibilidad de integrar en un concepto total los criterios de imputación, los cuales concurren unos junto a otros, de tal modo que en parte se complementan, en parte se interfieren y en parte se contradicen recíprocamente», una afirmación, ésta, que, sin duda, «agudiza ya la mirada a la pregunta acerca de si semejante inventario no deja traslucirse ya al elemento esencial del proceder normativo: su confusión»179.

Por todo ello, termino reproduciendo -porque quiero ahora reafirmarme en lo allí dicho- un fragmento del epílogo con que cerraba mis Prolegómenos para la lucha por la modernización y expansión del Derecho penal y para la crítica del discurso de resistencia, y concluyo expresando que «en el momento evolutivo actual en que se encuentra la Humanidad, y de acuerdo con los conocimientos disponibles por la misma gracias al saber acumulado durante algo más de dos mil quinientos años de ejercitar y de desarrollar los hombres sus facultades de raciocinio para aprehender los contenidos materiales de su misma existencia, solamente el programa y los métodos filosóficos, ético-políticos, y ético-jurídicos esbozados ya en sus aspectos y contenidos fundamentales en la insuperable obra de Welzel, a quien no dudo en calificar como el más grande entre todos los penalistas de todos los tiempos, merecen ser reconocidos como los instrumentos, de entre los conocidos hasta la fecha, más adecuados para la construcción y...

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