El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto

AutorAna Sagi Vela González
CargoDocente de lengua española en la Universidad Estatal de Milán Bicocca
Páginas146-157
EL MIXE ESCRITO Y EL ESPEJISMO DEL BUEN ALFABETO
Ana Sagi-Vela González*
Resumen
Una de las cuestiones prioritarias en el proceso de escrituración de las lenguas amerindias de tradición oral es
consensuar un alfabeto unicado que permita la estandarización de un sistema de escritura capaz de trasladar la lengua
a este soporte de la manera más ecaz posible. En el caso de la lengua mixe o ayuuk, hablada en el estado de Oaxaca
(México), algunos hablantes iniciaron esta labor a partir de los años setenta desde diferentes espacios institucionales e
indigenistas. Las discrepancias en la elección de las grafías a menudo han supuesto un obstáculo en la consecución de
este objetivo, lo que en cierta forma responde a razones ideológicas más que lingüísticas. La presente comunicación
examina la primera fase del proceso de sistematización de la lengua ayuuk en relación con los criterios elegidos en la
adopción del alfabeto.
Palabras clave: planicación lingüística; sistematización lengua; escrituración lenguas amerindias; lengua mixe.
WRITTEN MIXE AND THE MIRAGE OF THE GOOD ALPHABET
Abstract
One of the priorities in the process of annotation of the Amerind oral-tradition languages is to agree upon a unied
alphabet that will enable the standardisation of a writing system capable of rendering the language into a written format
as efciently as possible. In the case of the Mixe or ayuuk language, spoken in the state of Oaxaca, Mexico, a number
of speakers initiated this work in the 1960s, using different institutional and indigenous spaces. Discrepancies in the
choice of graphemes have frequently precluded the achievement of this objective, however, and the reasons for this are,
in a sense, ideological rather than linguistic. This article examines the rst phase of the process of systematisation of
the ayuuk language, with respect to the criteria chosen for the adoption of the alphabet.
Keywords: language planning; language systematisation; annotation Amerind languages; Mixe language.
* Ana Sagi-Vela González, docente de lengua española en la Universidad Estatal de Milán-Bicocca y doctoranda en Historia y
Arqueología en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid con un proyecto de tesis sobre las
implicaciones de la alfabetización en lengua ayuuk en las comunidades mixes de México.
Artículo recibido el 28.12.2018. Evaluaciones ciegas: 05.02.2019 y 26.02.2019. Fecha de aceptación de la versión nal: 21.03.2019.
Citación recomendada: Sagi-Vela González, Ana. (2019). El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto. Revista de Llengua i
Dret, Journal of Language and Law, 71, 146-157. https://doi.org/10.2436/rld.i71.2019.3256
Ana Sagi-Vela González
El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto
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Sumario
1 La constitución de un alfabeto unicado
2 El alfabeto a prueba
3 Un nuevo acuerdo sobre el alfabeto
4 ‘Petaka’ y ‘bodega’: dos posiciones irreconciliables
5 El buen alfabeto no es el mejor
Bibliografía
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El papel sobresaliente que ha adquirido la escritura en la planicación lingüística de los países que, como
México,1 cuentan con un importante número de hablantes de lenguas tradicionalmente orales requiere
estudios de caso que describan y analicen el proceso de apropiación de la escritura por las poblaciones
originarias con el n de evaluar su ecacia y alcance. Con demasiada frecuencia, como ya observaba Hamel
(1993: 15), el debate en torno a la selección del “buen alfabeto” supone un freno a la alfabetización en lengua
indígena y a la elaboración de textos.2 Este hecho se verica entre la población mixe del estado de Oaxaca,
por lo que describiré la primera fase del proceso de escrituración de la lengua ayuuk3 protagonizado por los
propios hablantes mixes centrándome en las discusiones en torno a la adopción de determinadas grafías en
la conformación del alfabeto.4 A través del discurso de algunos de los actores involucrados en el proceso
de sistematización de la lengua identicaré los diversos sectores implicados y expondré las razones que
explican tales diferencias, con la intención de mostrar cómo estas tienen que ver más con las relaciones de
poder entre los diversos grupos confrontados que con cuestiones lingüísticas.
La historia del proceso de apropiación de la escritura por los mixes, al igual que por parte de muchos
otros grupos hablantes de lenguas amerindias, se enmarca en el movimiento indigenista de la década de los
setenta que cuestiona, entre otras, las políticas educativas y lingüísticas nacionales aplicadas a la población
indígena en toda América Latina y propicia las condiciones necesarias en las que apoyar las demandas de
autodeterminación en relación con el territorio, la educación y la lengua.
Para entender la gestación de este movimiento en México es necesario retroceder a los años cincuenta,
cuando se forman los primeros maestros bilingües con el objetivo de castellanizar a los niños indígenas y
lograr la tan ansiada, desde el siglo anterior, homogeneización cultural que llevaría el progreso a las regiones
hasta entonces al margen de la sociedad nacional. Son estos indígenas alfabetizados quienes se convertirán
en los nuevos líderes de sus comunidades y serán los propulsores de las políticas de reivindicación étnica,
atribuyendo a la lengua nativa el valor negado.
Este es un dato relevante, pues muestra cómo la necesidad de un sistema de escritura de la lengua indígena
nace en un contexto no indígena —lo que, por otro lado, es lógico, si atendemos a la situación sociolingüística
de las comunidades indígenas, en la que la oralidad hasta el momento satisfacía plenamente las necesidades
comunicativas de sus hablantes— y, si bien, en parte, los promotores de este proceso son hablantes de
una lengua indígena, estos han sido formados en las instituciones educativas nacionales y reproducen los
discursos más progresistas de las elites ilustradas preocupadas por la “cuestión indígena”.
1 En la actualidad, en México, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), involucrado en la gestión de políticas lingüísticas
acordes a la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, “impulsa la institucionalización de las lenguas a través
de la emisión de normas de escritura”, https://www.gob.mx/inali/es/articulos/tlahkwiloltlanawatilli-normas-de-escritura?idiom=es
(consultado el 20/10/2018). De esta forma, la intervención en el corpus pretende cambiar el estatus de la lengua. Según Javier López
Sánchez, director general del INALI, “el desarrollo de la planeación y normalización de la escritura de lenguas indígenas se inscribe
en el marco de un proceso de planicación que busca impactar positivamente en las actitudes y usos lingüísticos de los hablantes de
las diversas lenguas en el país”, https://www.inali.gob.mx/comunicados/242-inali-presenta-normas-de-escritura-de-ocho-lenguas-
indigenas-.html (consultado el 20/10/2018).
2 La conformación de alfabetos para las lenguas amerindias y los debates que su denición suscitan ha originado numerosos estudios
que, en general, se focalizan en una lengua en particular: véase, por ejemplo, Howard (2007: 305-369) para el quechua, Brody (2004)
para el maya yucateco o Lagos y Espinoza (2013) para el mapuche. Pardo, en 1993, ofrecía un panorama del desarrollo de distintos
sistemas de escritura para las lenguas de Oaxaca. Se echa en falta, sin embargo, un análisis comparativo de las diferentes situaciones
que se generan y de los factores que inuyen en la ausencia o presencia de un consenso entre los actores sociales implicados en la
denición del sistema gráco.
3 La lengua mixe o ayuuk pertenece a la familia lingüística zoque-mixeana. En el estado de Oaxaca (México) el ayuuk ocupa el
cuarto lugar por número de hablantes, después del zapoteco, el mixteco y el mazateco. Es hablada por 133.632 personas en los
municipios comprendidos en el Distrito Mixe, en el noreste del estado —única entidad administrativa del país con la denominación
del grupo étnico—, y en el municipio de San Juan Guichicovi, en la zona del istmo de Tehuantepec. Esta distribución geográca de
los asentamientos mixes, que se extienden desde la parte oriental de la Sierra Norte de Oaxaca hasta la zona del istmo, determina
la clasicación de las comunidades en la parte alta, media y baja. El mixe es uno de los grupos étnicos con mayor grado de
monolingüismo; la tasa de monolingüismo de la población de 5 años y más hablante de mixe en 2010 era de 19,3; en 2015 había
descendido a 16,2 (INEGI Censo 2010, Encuesta Intercensal 2015).
4 Este estudio forma parte de una investigación más amplia sobre las transformaciones socioculturales de la sociedad mixe generadas
por la alfabetización en lengua indígena. El material que recojo en el presente artículo lo recopilé durante mis estancias de trabajo
de campo en comunidades mixes entre 1997 y 2003, cuando pude entrevistar a algunos de los protagonistas de esta etapa inicial del
trabajo y conocer el trabajo que estaban llevando a cabo. Asimismo, los materiales publicados por diferentes instituciones educativas
presentes en el medio indígena servirán para ilustrar la diversidad y evolución de las grafías empleadas en el curso del tiempo. En los
casos en que dichos materiales están disponibles en la red facilito el enlace.
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En el caso de la lengua ayuuk, Floriberto Díaz Gómez, antropólogo mixe de Santa María Tlahuitoltepec,
cofundador del Comité de Defensa de los Recursos Naturales, Culturales y Humanos de la región Mixe
(CODREMI) —transformado después en la Asamblea de Autoridades Mixes (ASAM), de la que derivó
más tarde Servicios del Pueblo Mixe A. C. (SER)—,5 tiene un papel clave como impulsor del proceso de
sistematización de la escritura. Desde los inicios de la organización, el desarrollo de un sistema de escritura
para la lengua mixe pasa a ser una prioridad en su trabajo por el fortalecimiento de la lengua como parte de
la política de revitalización étnica.6
1 La constitución de un alfabeto unicado
El primer paso será la denición de un alfabeto unicado que sustituya los diferentes alfabetos empleados
en las cartillas de lecto-escritura y en los diversos materiales en lengua mixe que circulaban por la región.
Muchos de estos materiales, editados por las varias instituciones educativas implicadas en la alfabetización
que contemplaban los programas de educación indígena, fueron elaborados por lingüistas del Instituto
Lingüístico de Verano (ILV),7 por lo que la tarea de confrontar y valorar los distintos sistemas de escritura
pasa también por la revisión de nuevos testamentos y otros textos religiosos extraños a la experiencia religiosa
de las comunidades mixes.
Por primera vez la unicación del alfabeto y la estandarización de la escritura mixe se consideran parte
de un proyecto educativo global de revalorización étnica, en el que los propios hablantes llevan a cabo la
investigación en el mismo contexto en que se usa la lengua. En 1981, a través del Equipo de Instrumentación
Básica Mixe instituido por el CODREMI, comienza el trabajo sistemático para la conformación de un
alfabeto mixe creado desde dentro del grupo. Con el asesoramiento de lingüistas no mixes se inicia un estudio
dialectológico, el cual se consideró prioritario dada la diversidad diatópica8 de la lengua ayuuk. Algunos
estudios previos de fonología realizados en algunas comunidades por el ILV sirvieron como punto de partida.
Los principales rasgos fonéticos identicados como variables en esta fase fueron tres: la palatización de las
consonantes al nal de la palabra, la sonorización de las consonantes entre vocales y la presencia de ocho o
nueve vocales fonéticas simples (Valiñas, 1983, 1991).
A principios de los ochenta se convocan diversos encuentros en los que participan todos los mixes interesados
en escribir su lengua, tanto integrantes de organizaciones indígenas como personas vinculadas a cualquier
institución activa en el ámbito de la educación indígena. En esta primera etapa, a pesar de haber consenso en
los lineamentos generales del proyecto —crear un alfabeto que sea simple y se adapte al contexto sociocultural
mixe utilizando las grafías latinas—, surgen ya divergencias entre los participantes. La discusión se centra
en la adopción o el rechazo de determinadas grafías, en concreto la ‘b’, la ‘d’ y la ‘g’, que representan los
alófonos sonoros de las oclusivas sordas (p, t, k) cuando aparecen en posición intervocálica, después de
vocal larga o rearticulada y después de fonemas consonánticos nasales (m, n). Por un lado, se encuentra la
propuesta de los miembros del CODREMI, en la que la elección de las letras que representen los sonidos de
la lengua ayuuk parece estar guiada por el criterio de autonomía: los hablantes son quienes deciden, por lo
que no van a aceptar un alfabeto denido desde fuera como había sucedido hasta entonces; la lengua mixe
nada tiene que ver con el español, por lo tanto, no se deben adoptar las grafías usadas en la lengua impuesta.
Por otro, se sitúan los trabajadores de instituciones educativas, que ven la inclusión de ciertas grafías como
5 La activa participación de Servicios del Pueblo Mixe A. C. en la defensa por los derechos de los pueblos indígenas ha rebasado
su alcance regional a través de algunos de sus líderes. En particular, Adelfo Regino Montes, quien fue coordinador general de la
organización, ha sido elegido por López Obrador como comisionado para los pueblos indígenas. Recuperado del artículo de prensa
“AMLO anuncia la creación de instituto para atender a indígenas en su lengua y cultura”, https://www.proceso.com.mx/546961/
amlo-anuncia-la-creacion-de-instituto-para-atender-a-indigenas-en-su-lengua-y-cultura (consultado el 6/9/2018).
6 En la Guía para la alfabetización mixe, redactada bajo la asesoría de Floriberto Díaz Gómez, se justica la necesidad de la escritura
como medio para aumentar las posibilidades de comunicación entre los hablantes, así como para reforzar la identidad como base de
la unidad (Cardoso y Robles, 2007: 263).
7 En el portal del Instituto Lingüístico de Verano se pueden consultar la mayor parte de las obras sobre la lengua mixe publicadas
por ellos o inéditas (cartillas de alfabetización, cuentos, estudios lingüísticos, notas de campo), http://www.mexico.sil.org/es/
publicaciones/buscar_publicaciones (consultado el 15/6/2018).
8 Søren Wichmann (1994) distingue cuatro variantes dentro del tronco proto-mixe de Oaxaca: mixe alta del norte, mixe alta del
sur, mixe media y mixe baja. En la mayor parte de los casos, la variante lingüística de cada comunidad se corresponde con la zona
geográca en la que se divide la región mixe (ver nota 3).
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recurso pedagógico para facilitar escribir el mixe a las personas ya alfabetizadas en español. De esta forma,
desde un primer momento los actores involucrados en el proceso de decisión se posicionan en uno de los
dos bandos: los defensores del sistema denominado “petaka”, que reduce la representación de estas seis
consonantes a las formas sordas, y los que se inclinan por emplear también los alófonos, sistema conocido
como “bodega”.
Tras diversos encuentros en los que se valoran ambas propuestas, en 1983, en el seminario que se bautiza
Semana de Vida y Lengua Mixe, se llega al acuerdo de emplear las grafías sugeridas por los primeros, con
el convencimiento de que “no hace falta que nos dirija gente de fuera y desde afuera para lograr lo que
queremos”,9 esto es, un alfabeto compuesto por once consonantes principales (p, t, k, j, m, n, ts, w, x, y, ’) —
más cuatro consonantes usadas en casos excepcionales (ch, l, s, r)— y de seis a nueve vocales dependiendo
de la variante de cada comunidad.10 Es un primer paso importante, teniendo en cuenta la diversidad de grafías
con las que hasta ese momento se había escrito la lengua. De este modo, van desapareciendo gradualmente
de los textos algunas consonantes del alfabeto del español que representaban fonemas mixes (b, c, d, g,
h, ñ, q, v), cuyo sonido se representa de forma ecaz con las grafías adoptadas, y desaparecen también
signos grácos de lo más dispares que representaban las distintas vocales y rasgos prosódicos en los textos
publicados.
Fortino Vázquez Gutiérrez, participante de las seis Semanas de Vida y Lengua Mixe organizadas por el
CODREMI entre 1983 y 1985, relata de este modo los inicios del trabajo conjunto, además de adelantar al
nal de su intervención la precariedad de los acuerdos alcanzados:
“En aquel tiempo, por el año 83, es cuando tratamos de trabajar conjuntamente, así de trabajar las grafías
que más o menos se estaba clasicando de cuál iba a funcionar bien […]. Entonces pues en ese tiempo es
cuando unicamos pues las ideas, cómo trabajar, y ya se acordó que nosotros este le llamamos “Semanas de
vida y lengua mixes”. […] Pues es ahí cuando se acuerda una sola grafía para poder trabajar y poder trabajar
conjuntamente y no cada quien a lo que se había empezado a trabajar así independiente de los demás. Pero
ya después se estuvo modicando, se estuvo viendo más cómo se debe ocupar este… la escritura.”11
2 El alfabeto a prueba
En el intervalo entre esta primera reunión regional y la siguiente, que tendrá lugar diez años después,
cada grupo sigue trabajando por su cuenta. Así, los mixes que trabajan en las diferentes dependencias de
instituciones educativas que actúan en el medio indígena, asesorados por un equipo interdisciplinar de
lingüistas, antropólogos, sociólogos y pedagogos, se dedican a la creación de materiales de alfabetización
que comienzan a emplear en las escuelas. Sin embargo, en los años sucesivos, con la práctica educativa
vuelve a cuestionarse el alfabeto acordado y por exigencias pedagógicas, en teoría, vuelven a adoptarse las
grafías desechadas. De modo que en las cartillas y materiales en lengua mixe elaborados por la Dirección
General de Educación Indígena (DGEI) y Culturas Populares aparecen estas consonantes.
Albino Pedro Jacinto, promotor cultural de la Dirección General de Culturas Populares en Guichicovi,
también participó en los primeros encuentros en los que se consensuó el alfabeto unicado con el que
comenzar a escribir la lengua. Recuerda que aunque ese primer acuerdo sobre el alfabeto no contemplaba el
empleo de las consonantes eliminadas, el trabajo de las personas que, como él, trabajaban en instituciones
fue cuestionado en la práctica educativa y se vieron “obligados”, siguiendo las directrices marcadas por las
instancias educativas, a incluir las grafías:
“Desde el noventa elaboramos métodos ya de alfabetización […]. Tuvimos dos, tres experiencias con la
gente. Con la gente adulta que no sabe leer y escribir. Pero también tuvimos experiencias con profesores,
con alumnos además que ya saben leer y escribir el español. Entonces hubo una necesidad, o la exigencia,
9 Conclusiones del primer Seminario “Vida y Lengua Mixe”, celebrado en Santa María Tlahuitoltepec (Oaxaca) del 21 al 26 de
febrero de 1983.
10 Las vocales funcionan como núcleo de la sílaba. Cada una de ellas puede sufrir modicaciones de duración, de glotalización o
de aspiración para producir un núcleo complejo. En cada comunidad se producen pequeñas variaciones en cuanto a los fonemas. El
mixe que se habla en Guichicovi, en la parte baja, tiene las cinco vocales del español (a, e, i, o, u), más una sexta vocal, la ë, que es
una vocal alta, central y no redondeada. En Totontepec, donde se habla la variante más compleja, se manejan nueve vocales.
11 F. Vázquez Gutiérrez (comunicación personal, Santa Ana, Sta. Mª Tlahuitoltepec, 21 de mayo de 1999).
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la crítica misma de la gente que lee que era necesario aplicar o utilizar la ‘b’, la ‘d’, la ‘g’, la ‘ds’ para ser
más prácticos, porque ellos conocían ya las letras del español, y que era mucho más sencillo y adecuado que
pudieran utilizarse todas las letras y escribir ya el mixe. Aunque teníamos nuestras razones del porqué no
escribir esos alófonos […]. Entonces, en ese momento tuvimos que aceptar la crítica de los maestros, poder
incorporar.”12
De forma que, tras un breve paréntesis entre el 85 y el 87 en el que parecían estar desapareciendo las
consonantes be, de, ge de las cartillas, vuelven a imprimirse y se convierten en el único punto de divergencia
entre los dos grupos por un tiempo. En general, la escritura con el sistema ‘petaka’ está más difundida en la
variante lingüística de la parte alta del sur y en la parte media, que es donde mayor inuencia ejerce SER,
mientras que en las demás variantes se emplea en mayor medida el sistema “bodega”.
Con la nalidad de guiar el trabajo y presentar los resultados obtenidos, los dos grupos implicados en el
proceso de sistematización de la escritura organizan periódicamente de forma paralela reuniones de trabajo.
Uno de los grupos lo conforman los participantes en las Reuniones Regionales de la Lengua Ayuuk, en las
que intervienen varios etnolingüistas mixes13 y maestros y promotores bilingües de la DGEI y de Culturas
Populares y, por consiguiente, su trabajo se desarrolla en un marco institucional. El otro grupo participa en
las Semanas de Vida y Lengua Mixe organizadas a partir de 1993 —tras un intervalo de diez años— por
Servicios del Pueblo Mixe (SER), en lo que se conoce como la segunda etapa.14 Cada uno de estos grupos, en
su labor de alfabetización en lengua mixe, pone en práctica su propuesta original de alfabeto.
En su estudio sobre el desarrollo de la escritura de las lenguas indígenas de Oaxaca, Pardo señalaba la
experiencia mixe como uno de los pocos casos en los que los diversos sectores no habían logrado un acuerdo
y lo achacaba a la lucha entre los grupos por lograr una hegemonía a través de la imposición de su alfabeto.
En consecuencia, a principios de los noventa existían diversas propuestas de alfabetos prácticos unicados y
el proyecto no había logrado el impacto regional que se había propuesto (Pardo, 1993: 121).
3 Un nuevo acuerdo sobre el alfabeto
En octubre de 1994 tiene lugar en Boca del Monte (Guichicovi) la segunda reunión de esta nueva etapa en
la que vuelven a confrontarse los dos grupos. Participan todos los que en esos momentos están escribiendo
el mixe, a título personal, como dependientes de las instituciones educativas o como miembros de
organizaciones. Durante dos días se exponen, valoran y discuten las diferentes propuestas hasta llegar a un
acuerdo. El maestro Erasto González es el autor de las cartillas de lecto-escritura publicadas por la DGEI
para la mixe baja. Su trabajo lo había ido desarrollando de manera aislada con la asesoría y la supervisión
de la instancia educativa a la que pertenece. En el periodo en el que estaba elaborando la segunda cartilla es
convocado a las reuniones de trabajo y por primera vez tiene conocimiento de los cambios acordados en la
primera etapa en relación con las vocales y a la eliminación de la letra eñe y el dígrafo ‘ch’. En su discurso15
se trasluce resignación al aceptar las modicaciones:
“Y ahí fue donde se conformó, donde se consensó que la ‘ë’ de aquí de Guichicovi tenía que ser con la letra
‘e’, con la vocal ‘e’, con sus diéresis16 […] se modicó la eñe, en vez de la eñe con su rayita, pues ya es ene,
ye (ny). Y la che que ahorita es la te, ese, ye (tsy), que tiene el mismo sonido. Pues esas son las que ha habido
modicaciones.”
12 A. Pedro Jacinto (comunicación personal, San Juan Guichicovi, 24 de marzo de 1999).
13 El grupo de etnolingüistas mixes crea en 1989 el centro de investigación Ayuujk Jujkyajtn Jinma’ny A. C. (que signica, ‘sabiduría
de la vida mixe’), conocido por sus siglas como CINAJUJI, y rma un convenio con el CIESAS para que este coordine el trabajo
de investigación lingüística y ofrezca asesoría académica. Al mismo tiempo se coordina con la Jefatura de Zonas de Supervisión del
Departamento de Educación Indígena de la DGEI para realizar sus actividades (Nahmad Sittón, 2003: 401).
14 La Semana de Vida y Lengua Mixe es un espacio para la escritura de la lengua ayuuk abierto a toda la población mixe que quiera
aprender a escribir y leer su lengua. En el mes de abril de 2018 se celebró su trigésimo tercera edición en la comunidad de Santa María
Yacochi (Tlahuitoltepec). Para un seguimiento de su actividad: https://www.facebook.com/sevilemmx/ (consultado el 17/6/2018).
15 E. González Antonio (comunicación personal, San Juan Guichicovi, 30 de marzo de 1999).
16 Hasta ese momento esta vocal se había representado con la letra ‘ø’, incluso aparece esta letra con diéresis, lo que evidencia la
confusión que existía al respecto.
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Además, su declaración es ambigua respecto a lo que nalmente se decidió sobre el empleo de las tres
consonantes problemáticas:
“Y la ‘d’, la ‘g’ y la ‘b’ pues que… que no se tenían que utilizar, pues se discutió mucho allá en Boca del
Monte, fueron dos días. Pues que era lo mismo pronunciar la ‘k’ que en vez de la ‘g’, que la ‘p’ en vez de ‘b’
y que la ‘t’ en vez de la ‘d’, que era lo mismo. Pero pues analizándolo bien no suena igual, entonces tuvo que
aceptar. Pero ya dijeron que pedagógicamente se aceptaban esas tres grafías, lo que es la ‘d’, la ‘g’ y la ‘b’.
Se aceptó, entonces por eso lo ocupamos también nosotros.”
Los sacerdotes salesianos Guillermo López Mota y Leopoldo Ballesteros participan desde el principio en
las reuniones sobre la escritura mixe. Ambos aprendieron la lengua mixe en las comunidades en las que
desempeñan su labor parroquial, Santiago Ixcuintepec y San Juan Mazatlán respectivamente. Fue Leopoldo
Ballesteros quien acuñó con ironía los términos de “bodegueros” y “petakeros” en Cacalotepec, cuando se
reinaugura la Semana de Vida y Lengua Mixe en su segunda etapa y la discusión sigue varada en las letras de
la discordia. Para López Mota, defensor del sistema “bodega”, la reunión de Boca del Monte marca un hito
en el proceso de aceptación de un alfabeto unicado:
“[…] expusieron todos los que escribían en ese entonces, de cualquier institución, vino hasta el INEA, y
vinieron no sé cuántas instituciones, ahí sí ya como instituciones, y otro a título personal y otros no, maestros,
como yo, etcétera. Y discutimos. Pero cada quien presentó su proyecto de alfabeto y de grafías, sus razones…
razones prácticas, razones metodológicas, razones lingüísticas y todo, de una escritura común. Todo el mundo
presentó. Y después lo discutimos. Y todos llegamos al acuerdo de una escritura común. Entonces, de octubre
del 94 hay una escritura común en la lengua mixe. Por acuerdo de todos, alta, media y baja.”17
De hecho, en la década de los noventa se producen diversos materiales que evidencian una mayor uniformidad
en la escritura respecto a lo publicado hasta entonces; por ejemplo, en el uso del apóstrofo o saltillo (’) para
marcar la oclusión glotal, el dígrafo ‘ny’ para representar el fonema /ɲ/, la ausencia de la consonante ‘c’ para
representar el fonema consonántico oclusivo velar sordo /k/.
A pesar de que para algunos sea un hecho irrefutable que desde 1994 existe un único alfabeto práctico para la
escritura del mixe, no faltan los cuestionamientos y resistencias por buena parte de la comunidad educativa.
Según los testimonios de los coordinadores de zona de educación indígena, responsables de la elaboración
y difusión de materiales de alfabetización, son los maestros quienes se han mostrado reticentes a usar el
alfabeto acordado. Mientras que la sustitución de la letra eñe para representar el fonema consonántico nasal
palatal parece ser bien aceptada, crea discrepancias, en particular, la representación del fonema consonántico
africado palatal sordo /tʃ/. Erasto González explica de este modo los motivos de tales modicaciones que
fueron expuestos en aquella reunión, describe la reacción que suscita su enseñanza en el contexto escolar y
parece dejar abierta la cuestión:
“Porque pues ellos [los de CODREMI] se adelantaron, dicen que en las computadoras que ya no iban a
existir la eñe ni la che, sino que pues ya nomás la ene sin la rayita y la che, este... no me acuerdo cuál fue el
motivo, pero también que se cambió […]. Pero, pues no tan fácil, aquí los maestros no aceptan. […] Porque
pues si a los niños le[s] enseñamos diferente en su lengua, cuando están escribiendo su lengua materna le[s]
enseñamos el sonido de che con tres letras (tsy), y cuando estamos en español estamos enseñando la ce y la
hache (ch), pues dicen que se puede uno confundir más a los niños. Ese es el argumento. Pero como todo
todavía está en análisis, en desarrollo, no hemos quedado en si… bueno, así va a quedar. Esos talleres, estos
encuentros siguen todavía.”
Aunque en principio parece que la modicación del alfabeto acordado respondía a exigencias pedagógicas,
de algunas entrevistas se desprende que la adopción de las grafías desechadas fue impuesta. Albino Pedro
Jacinto, quien en su práctica educativa como promotor cultural ha abrazado de forma intermitente una u
otra propuesta guiado por lo que se denía en los acuerdos regionales, expresa de esta manera tan poco
convincente el cambio de posición: “Entonces, nos fue indicando más a que era necesario exactamente
incorporar esas letras o grafías. En ese sentido, tuvimos que ir analizando hasta llegar a convencernos de
que era más práctico” (cursivas mías).
17 G. López Mota (comunicación personal, San Juan Ixcuintepec, 26 de julio de 1999).
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Es obvio que la falta de consenso retrasa la adquisición de esta herramienta al provocar inseguridad y
confusión entre sus usuarios, sobre todo entre aquellos en contacto directo con los alumnos. Pero ¿no es
posible llegar a un acuerdo?, nos preguntamos. En el siguiente apartado transcribo fragmentos de algunas
entrevistas realizadas a representantes de cada facción con la intención de ilustrar las bases en que asientan
sus posiciones y el carácter inamovible que parecen conferirles.
4 ‘Petaka’ y ‘bodega’: dos posiciones irreconciliables
Las Semanas de Vida y Lengua Mixe y las Reuniones Regionales de la Lengua Ayuuk son los dos espacios
en los que se desarrollan los trabajos coordinados sobre la escritura mixe. Al igual que en los inicios, en cada
uno de estos espacios se maneja el alfabeto que sus participantes consideran válido. Como hemos visto, las
diferencias se reducen a la adopción o rechazo de las letras be, de, ge. Los partidarios del sistema “bodega”
basan su propuesta en criterios de practicidad, anteponiendo en cualquier caso la alfabetización en español.
El padre López Mota, rme promotor de la inclusión de las tres grafías, en su labor evangelizadora contribuye
a la difusión de este alfabeto a través de la alfabetización de catequistas. Justica de este modo su postura:
“Lo que argüimos es que no es práctico, porque el sonido sí se da, el sonido sí se da de be, de, ge en el idioma
mixe, por la inuencia de la ene, eme y de las vocales. ¿Y cuándo vas a adivinar si lo pronuncias como be,
de, ge o con pe, te, ka? […] Y además, la gente, quieras que no, ya no le puedes quitar el español en lecto-
escritura. La mayoría de los mixes ya hablan español. Entonces no le puedes ahora hacer un proceso hacia
atrás […].”
Uno de los exponentes del sistema “petaka” es Juan Carlos Reyes Gómez, lingüista de Alotepec que asesora
desde la década de los noventa a los participantes y formadores de las Semanas. En 2005 publica un material
de apoyo para la enseñanza y el aprendizaje de la lengua ayuuk.18 Aunque en su intervención19 deja ver el
desinterés que existe por el trabajo del otro grupo, subraya la necesidad de alcanzar un acuerdo regional y la
importancia que supone haber alcanzado ciertos puntos de convergencia:
“Por nuestra parte asistimos dos veces a las reuniones de ellos, sentíamos que no nos entendíamos. Pero
después, después, fíjate, hubo la necesidad pues de platicar, de platicar, sí, porque, de hecho, una de las
grandes metas es llegar a la unicación, a la estandarización del mixe escrito y pues no lo íbamos a lograr
estando trabajando de manera distanciada, no. […] Fue bastante fructífera la reunión, las reuniones que
tuvimos, porque sí tuvimos logros importantes. Por ejemplo, logramos unicar la escritura de las vocales,
por ejemplo de algunas consonantes, excepto estas tres, que creo nunca pudimos convencerles de la be, de,
ge, no, para que aplicaran la pe, te, ka.” (cursivas mías)
La falta de acuerdo en la conformación del alfabeto ha llevado en alguna ocasión a la exclusión de uno
de los grupos de los proyectos subvencionados por el sistema educativo. Guillermo López Mota reere el
interés que mostró el grupo coordinado por Servicios del Pueblo Mixe en participar en uno de los proyectos
nanciados por el gobierno y la negativa por parte de las instituciones educativas en razón de la división que
existía:
“Hicimos diez asambleas de esas […] pero entonces ya eso despertó que los de CODRE…, los de SER, pues
ya como que se hicieran el reto como de grupo de choque en cuanto a los acuerdos de Boca del Monte. Y ellos
quisieron trabajar políticamente metiéndose como proyecto piloto en el gobierno en educación, en la división
indígena. Pero no los aceptaron. Porque no iban a aceptar dos proyectos, y el que estaba reconocido como
escritura común era el de acá. Y ellos decían, no, que porque no sé qué y… total que dijeron, ‘o se ponen de
acuerdo o ninguno de los dos’.”
Por su parte, Reyes Gómez lamenta precisamente el poco apoyo institucional que reciben las organizaciones
que, como SER, trabajan al margen del sistema educativo, algo “que nos pudiera hacer un lugar y que nos
permitiera trabajar más de cerca con los maestros”. El hecho de que las Semanas de Vida y Lengua Mixe se
desarrollen en un contexto no institucional y que los defensores del sistema “petaka” no hayan intervenido
en la difusión de su alfabeto con la producción de material escolar es muy signicativo. Lo es también la
ocupación simbólica del espacio escolar fuera del marco institucional durante la celebración de las Semanas,
18 Disponible en: http://publicaciones.isia.edu.mx/les/original/49624a9df62d7eeca8456d62ae84f9d4.pdf (consultado el 27/6/2018).
19 J. C. Reyes Gómez (comunicación personal, Santa María Alotepec, 28 de octubre de 1999).
Ana Sagi-Vela González
El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto
Revista de Llengua i Dret, Journal of Language and Law, núm. 71, 2019 154
siempre durante las vacaciones. Juan Clímaco Gutiérrez Díaz, lingüista de Tlahuitoltepec y activo promotor
de las Semanas, señala la vinculación a las instituciones educativas como una de las causas de adhesión a
la posición promovida por los participantes de las Reuniones Regionales. Al mismo tiempo, aclara que la
adopción del alfabeto en ningún caso signica la estandarización de la lengua por medio de la imposición de
una variante, lo que es visto con cierto recelo por algunos:
“Yo diría que no es división, no, sino más bien este… algunos porque tal vez tienen con quién trabajar, no.
Por eso la compañera M. pues es de una… es profesora, entonces también le tienen que… exigir ahí en el
departamento para que ella siga trabajando […]. Y además las variantes también es un poco que… que nos
dice, bueno, tú trabaja aquí, tú trabaja aquí, tú trabaja aquí, para que se empiece a escribir tu variante. Porque
de ninguna manera, parece que se entiende así, que tenemos que unicar las palabras, eso no es, no.”20
Cada uno de estos dos espacios, las Semanas y las Reuniones Regionales, sirve asimismo para difundir la
escritura entre la población mixe, por lo que cada edición tiene como sede una comunidad diferente. En este
sentido, el control del territorio a través de la difusión del propio sistema de escritura en la región representa
un juego de poder que, en ocasiones, queda reejado en los comentarios que se hacen sobre la confrontación
de los dos grupos. Guillermo López Mota lo entiende así:
“Ellos casi siempre van a donde fuimos […] como que... para borrar lo que hicimos o meter su idea. Si no
pueden ir al pueblo, van a uno cerca. Total, pues la gente... como es teórico, se interesan por la escritura pero
no ven la diferencia entre los dos grupos. La mayoría no entiende la diferencia entre los dos grupos […] y ahí
se quedó en eso, que ellos nunca van a ceder en nada, que cederán en todo, pero en eso no.” (cursivas mías)
En las entrevistas se alude constantemente a la imposibilidad de convencer al otro de la propia idea, quien
mantiene indiscutible su postura. Reyes Gómez hace referencia a la posibilidad de que las disputas se deban a
conictos políticos y luchas por el poder en los centros de decisión, lo que conrmaría el carácter ideológico
del enfrentamiento, “o que de algún modo los otros compañeros sienten que no les han dejado espacio y
que en algún momento fueron desplazados...”. De manera que ambos grupos consideran poco probable
la superación de sus diferencias y ven frustrados los intentos de acercamiento por una u otra parte. En la
siguiente armación, la metáfora empleada por López Mota sobre la defensa del alfabeto propuesto por SER
resulta reveladora del uso de la escritura como arma de combate contra la asimilación lingüística:
“Yo doy por un hecho que la escritura mixe está unicada. El caso de Tlahui no me quita el sueño, porque
yo sé que, aunque lo quieran, no va a funcionar, aunque ellos estén en su caballito de batalla y… sé que no
funciona. Para mí es, lo óptimo es que tanto ellos como nosotros estamos de acuerdo en todo lo demás. […]
Lo que falta, el reto está en la lecto-escritura, divulgarla a toda la región, eso es, para mí el reto está ahí, no
tanto con el grupo de Tlahui de convencer. Yo sé que nunca les voy a convencer.” (cursivas mías)
5 El buen alfabeto no es el mejor
Como evidencian los estudios sobre planicación lingüística, la adopción de un alfabeto normativo que
represente la variedad dialectal de la lengua no implica, desde el punto de vista técnico, un mayor problema.
Las dicultades tienen que ver con el uso social de dicho alfabeto, es decir, con la aceptación por parte de los
hablantes de un determinado sistema gráco con el que sientan que pueden representar su lengua de forma
escrita. Es entonces cuando surgen las dicultades, pues se trata de una cuestión de índole ideológica a la que
los lingüistas no pueden ofrecer soluciones.21
A diferencia de las instancias educativas dirigidas a la población infantil, el Instituto Nacional para la Educación
de los Adultos de México (INEA) emplea el alfabeto unicado desde los primeros materiales dedicados a la
alfabetización en lengua indígena.22 En 2014 publica un manual23 en el que la enseñanza de la lecto-escritura
20 J. C. Gutiérrez Díaz (comunicación personal, Santa María Tlahuitoltepec, 21 de mayo de 1999).
21 Un ejemplo de los intentos frustrados de lingüistas dirigidos a la estandarización de la ortografía mixe lo describe Suslak (2003)
en su trabajo en la comunidad de Totontepec.
22 En el siguiente enlace puede consultarse la reimpresión realizada en 2001 del Libro del alumno editado en 1997: http://www.cdi.
gob.mx/inea/mixe_9682934397x.pdf (consultado el 20/9/2018).
23 http://www.cursosinea.conevyt.org.mx/cursos/para_ser_alfabetizador_mib/contenidos/pdf/mibes7/01_mixe_baja_mibes7_libro.
pdf (consultado el 20/9/2018).
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El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto
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mixe se complementa con actividades que, a través de la lectura de textos y ejercicios de comprensión, invita
a la reexión sobre la lengua y la expresión oral y escrita. Las cuatro viñetas que aparecen en el cuarto
tema dedicado al alfabeto son ejemplares en relación con las cuestiones que se plantea gran parte de los
hablantes mixes que se enfrentan a la escritura de su lengua: ¿cuál es el buen alfabeto? En las ilustraciones
una mujer encuentra a la maestra por la calle (las dos vestidas con el traje tradicional mixe de Guichicovi) y
le pide consejo de esta forma: “Fíjese que quiero aprender a escribir en mixe, pero no sé dónde hacerlo. En la
asociación de mi compadre Filemón me dicen que ellos tienen el mejor alfabeto. Pero con mi comadre Lilia
me dicen que el de su cooperativa es el bueno porque sí escriben como suena. Y mi hijo, que se fue a estudiar
a México, dice que ninguno de los dos está bien porque usan la ‘c’ en lugar de la ‘k’. ¿Qué me recomienda?”
(INEA, 2014: 51). Para Ernesto Díaz-Couder, uno de los lingüistas que participó en el programa de formación
de los primeros etnolingüistas mixes, “el mejor alfabeto es el que la gente acepta”.24 El problema, sin embargo,
es que sea aceptado por todos, como queda patente en lo expuesto anteriormente.
En denitiva, la ausencia de un acuerdo sobre un alfabeto unicado, si no ha limitado la producción de textos
en lengua mixe, ha contribuido a la proliferación de alfabetos diversos y a escrituras dispares, la misma
situación que se pretendía remediar cuando los hablantes mixes decidieron tomar las riendas en el proceso
de escrituración de su lengua.
De igual modo, el papel protagonista que han asumido los propios hablantes en el desarrollo y uso de
la escritura de su lengua no impide que aún hoy, al igual que en el pasado, la escritura sea instrumento
de proselitismo religioso. En cierta forma, resulta desalentador que el primer resultado en la búsqueda
en internet del tema “alfabeto mixe” sea la página de la Unión Nacional de Traductores Indígenas A. C.
(UNTI),25 quienes en su labor de traducción de la Biblia a las lenguas indígenas promueven el uso de la
escritura en lengua mixe. Como es de esperar, se emplea el alfabeto más cercano al español, con un total de
veintiséis letras, incluidas la eñe y la che.
Asimismo, es necesario criticar la desidia de algunas instituciones educativas encargadas de la alfabetización
en lengua indígena, que continúan distribuyendo materiales escritos con grafías desechadas hace décadas
ignorando los puntos de acuerdo a los que han llegado los propios hablantes. En la portada de la décima
tercera reimpresión, editada en 2013, de la cartilla de primer grado elaborada por Erasto González en 1995,
Ja ayuuk mëdya’aky,26 aparece la vocal ‘ë’ representada, no ya con la ö’ de la edición original, sino con la
grafía ø con diéresis (ver nota 16), para más complicación.
En cuanto al nivel de socialización de la escritura mixe, parece ser el mayor desafío al que se enfrentan todas
las personas interesadas, con o sin alfabeto unicado, como reconoce Guillermo López Mota:
“Para mí el reto está en divulgar, en divulgar... hacer que la gente lo use, lo use, lo use, y se me hace que
ya es tarde. La gente está españolizando y perdiendo ya, ya, ya… Entonces, el reto que quedó por parte
de nosotros, yo digo nosotros, todos los demás, que no son ellos, porque ya nomás en Tlahui, es el grupo
de Tlahui, es demostrarlo con la práctica. Es el pueblo y el uso del idioma y el uso de la gente lo que va a
demostrar […] la batalla está en la práctica, ya no en el escritorio, en reuniones.” (cursivas mías)
Por supuesto, la percepción de la adhesión de la mayoría a cada uno de los grupos no es objetiva. Así, José
Guadalupe Díaz Gómez, lingüista mixe miembro de SER, a mi pregunta sobre la situación actual de la
controversia en relación con el buen alfabeto, no duda en armar: “los bodegueros se quedaron en el camino,
cada vez más somos petakeros”.27
En conclusión, las actitudes y las prácticas lingüísticas relacionadas con la escritura del mixe se denen
y evolucionan con el tiempo. Estas páginas describen la primera fase del proceso de estandarización de la
lengua ayuuk protagonizada a partir de los años ochenta por los propios hablantes. Por medio del testimonio
de las personas implicadas en la elección del sistema de grafías, he identicado los diferentes actores sociales
24 E. Díaz-Couder (comunicación personal, Madrid, 19 de junio de 2002).
25 Según la información proporcionada en su página de internet, se trata de “una organización indígena dedicada a la traducción de
las Sagradas Escrituras en las lenguas originarias”. Desde su página es posible descargar un alfabeto, el Nuevo Testamento según
San Mateo y cantos en mixe de Guichicovi, http://ayuuk.net/es/alfabeto-usado-para-la-escritura-mixe (consultado el 20/7/2018).
26 Es posible visionar la cartilla en este enlace: https://issuu.com/dgei_libros/docs/4665 (consultado el 20/9/2018).
27 J. G. Díaz Gómez (comunicación personal, correo electrónico, 15 de junio de 2018).
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El mixe escrito y el espejismo del buen alfabeto
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activos en el proceso de escrituración de la lengua, representantes de las diversas instituciones educativas y
religiosas presentes en la zona y de las organizaciones mixes. Las desavenencias entre los protagonistas los
han colocado en dos posiciones encontradas que no parecen converger, aquella abanderada por la organización
mixe de mayor calado en la difusión de la escritura ayuuk, Servicios del Pueblo Mixe, y la que sostienen
el grupo de etnolingüistas mixes y algunos maestros bilingües. Después de cuarenta años de andadura, la
denición de un alfabeto unicado con el que todos sus hablantes escriban el mixe y se identiquen todavía
no se ha logrado. Como apunto al inicio del texto, las razones que explican la ausencia de un acuerdo sobre
las grafías que los mixes quieren emplear son de índole política, no lingüística, y responden principalmente
a las relaciones de poder entre estos dos grupos confrontados. En este contexto, una posible solución para
tipicar el conjunto de símbolos que transera la lengua a la expresión escrita conlleva la voluntad de superar
tales diferencias. La necesidad de implicar a la comunidad de hablantes en toda planicación del corpus
de una lengua exige conocer las opiniones y voluntades de sus usuarios. La aceptación de la norma y la
consolidación de la escritura ayuuk, al n y al cabo, solo depende de los propios mixes.
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