Metodologías activas para la formación en competencias
| Autor | María del Pilar Pérez Álvarez |
| Páginas | 57-127 |
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La sociedad actual requiere titulados universitarios responsables con capacidades que van más allá del mero conocimiento. Esto supone desarrollar su capacidad de aprender y emprender a través de métodos que buscan una mayor participación del estudiante en su aprendizaje. De este modo, nuestros discentes adquieren un mayor protagonismo y se sitúan en el centro de atención del proceso de enseñanza-aprendizaje frente al profesor y la materia, actores principales de la enseñanza tradicional. Por su parte, el profesor incrementa su papel de educador en el sentido de apoyar y orientar al estudiante hacia el desarrollo de sus propias capacidades.
Adaptarse a un paradigma educativo centrado en el estudiante y en su proceso de aprendizaje, comporta programar nuestras materias de forma que el trabajo autónomo del alumno ocupe un lugar importante. Desde esta nueva perspectiva, junto al sistema tradicional de transmisión de conocimientos, adquieren una mayor relevancia otras técnicas y actividades más interactivas dirigidas a activar el esfuerzo intelectual y de comprensión del estudiante81.
Es necesario comprender la necesidad de incrementar estas actividades y no sólo por la demanda social de nuevas capacidades en los titulados sino porque algunos estudios82demuestran que la retención de la información por
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parte de los discentes depende, también del método elegido. De forma que estas nuevas metodologías no sólo favorecen el desarrollo de las habilidades y aptitudes descritas en el apartado anterior, sino que también facilitan la adquisición de conocimientos. Un estudio realizado por la Universidad de Twente, Holanda (Damten, 1990)83determinó que, en general, los oyentes no recuerdan más de 5% del contenido de una exposición, aunque en algunos casos puede llegar al 15%. Sin embargo, el nivel mejora sensiblemente si al finalizar la explicación el profesor dedica unos minutos a la recapitulación o los estudiantes tienen la posibilidad de aplicar lo aprendido. Se puede afirmar que los métodos de enseñanza-aprendizaje, en que hay una mayor participación de los estudiantes, son más formativos (no meramente informativos) y generan aprendizajes más profundos y duraderos.
Gráfica 3.
Nivel de retención de la información según el método docente
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Fuente: LANG, H. and MCBEATH, A: Fundamental principles and practices of teaching: A practical theory-based approach to planning and instruction. Fort Worth: HBJ-Holt. http://www.education. gov.sk.ca/adx/aspx/adxGetMedia.aspx?DocID=1348 (p. 15). Fecha de consulta, marzo 2010.
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En la elección de un método concreto, entendido como el camino84más idóneo en relación con las metas fijadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ha de tenerse en cuenta tanto los objetivos que el profesor pretenda alcanzar con sus estudiantes, como otra serie de variables tales como el número y características de los estudiantes, la materia, los recursos técnicos y materiales, etc... De modo que no puede hablarse de un método concreto como el mejor porque el método más adecuado dependerá, en cada caso, de la situación. Así, la metodología variará según los objetivos sean la adquisición y la comprensión de información o el desarrollo del pensamiento crítico y aprendizaje autónomo del estudiante. En este segundo caso, los métodos centrados en el estudiante son más adecuados y eficaces85. Esta eficacia se atribuye más a la calidad y cantidad de trabajo personal que exigen, que al método per se86.
Sin embargo, considero que los métodos que promueve Bolonia no son tan novedosos como a primera vista pudiera parecer. Los profesores de Derecho utilizamos, desde el comienzo de nuestra actividad docente, el método del caso, las lecturas dirigidas, los comentario de textos y de sentencias, etc..., lo que ocurre es que el nuevo sistema enfatiza estas nuevas técnicas de enseñanzaaprendizaje por encima de los métodos tradicionales, tratando de favorecer el trabajo autónomo de nuestros estudiantes a través del incremento de las horas destinadas a ejercicios de aprendizaje activo. De modo que, en el momento de diseñar nuestra guía docente, debemos tener esto en cuenta.
En mi opinión, el mejor camino pasa por combinar adecuadamente los diferentes métodos docentes, diseñando y planificando el proceso de aprendizaje de forma sistemática y eficaz. El éxito del proceso estará en lograr un equilibrio entre la enseñanza sistemática y ordenada en la clase teórica o lección magistral y los métodos de aplicación y puesta en práctica de los conocimientos adquiridos.
Otra cuestión que inevitablemente infiuirá en el modo de planificar el proceso de enseñanza aprendizaje es la propia ordenación docente prevista
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en la Facultad de Derecho donde vengo prestando mis servicios. Las Normas sobre ordenación académica de los Estudios de Grado y de Licenciatura de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, aprobadas por la Junta de Facultad el 2 de abril de 2009, con modificaciones aprobadas en Junta de Facultad de 5 de junio de 2009, establecen -siguiendo lo recogido en el Acuerdo del Consejo de Gobierno de la UAM, de 18 de abril de 2008, por el que se aprueban los Criterios relacionados con la estructura y el desarrollo de las nuevas enseñanzas de Grado- que cada crédito ECTS supondrá 25 horas de trabajo para el estudiante, de las cuales, al menos, un tercio (8 horas y 20 minutos) han de llevarse a cabo en actividades presenciales (magistrales, seminarios y tutorías). De acuerdo con la distribución de la carga lectiva por materias o asignaturas se ajustará, en la medida de lo posible, a los siguientes criterios:
Tabla 1.
| Magistrales | Seminarios | Tutorías obligatorias | |
| Clases por semana (15 semanas) | (Total por semestre) | (Total por semestre + Pruebas evaluación) | |
| Asignatura 3 ECTS | 1 clase de 45 ms. | 8 seminarios de 1h.30 mns. | 1 tutoría de 1 h. en grupos de 10 estudiantes |
| Asignatura 6 ECTS | 1 clase de 1h. 30 mns. | 15 seminarios de 1h.30 mns. | 2 tutorías de 1 h. en grupos de 10 estudiantes |
| Asignatura 9 ECTS | 2 clases de 1h. 30 mns. | 15 seminarios de 1h.30 mns. | 2 tutorías de 1 h. en grupos de 10 estudiantes |
Según se establece en las Normas de ordenación docente de la Facultad de Derecho, las clases magistrales tienen por objeto la exposición sistemática por el profesor de los contenidos básicos de la asignatura o materia. Serán impartidas por profesores con amplia experiencia docente.
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La exposición o lección magistral es un método que consiste en la presentación de la información de forma organizada constituyendo un instrumento insustituible en la transmisión de conocimientos87en cuanto sirve de fundamento, de andamiaje, para el aprendizaje.
En la exposición oral debe combinarse el rigor y la claridad, (de modo que resulte posible examinar los diversos problemas jurídicos sin incurrir en excesos doctrinales o en disquisiciones innecesarias), con el dinamismo, estimulando la participación de los estudiantes con el uso de preguntas, actividades y materiales de lectura previa. Es importante no presentar los problemas jurídicos como cuestiones cerradas que puedan fomentar actitudes de recepción pasiva y acrítica y esforzarse por promover la refiexión y la inquietud intelectual, enseñando al estudiante a "pensar", a razonar jurídicamente, y a observar la realidad estimulando la capacidad crítica y analítica. Durante la exposición es útil apoyarse en casos y ejemplos prácticos que faciliten la comprensión y hagan más interesante y atractiva la explicación. En este sentido, Latorre88se pregunta ¿para qué sirve la exposición oral de lo que el estudiante puede leer en un buen libro o en otras formas de reproducción mecánica? Evidentemente si la lección oral se redujese a repetir en sustancia lo que está escrito, sería una tarea superfiua. Pero la misión principal del profesor no es exponer una materia como algo cerrado y acabado. Es presentarla como un conjunto de problemas, como algo abierto a la discusión y a la duda. Es, en último término, incitar a pensar, porque en ello, en enseñar a pensar consiste o debe consistir la finalidad primordial de la enseñanza universitaria, y para lograrla es indispensable la labor del profesor, a la que pueden ayudar, pero no sustituir la lectura de los libros.
La lección magistral es el método que se utiliza también en las conferencias. Su organización presenta -sin duda- un alto interés para la formación
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de nuestros estudiantes por el grado de especialización del invitado, ya sea profesor o profesional del mundo del derecho, en el tema a exponer.
La cuestión que se puede plantear -en base a la nueva ordenación docente que se propone- es qué podrá explicar el profesor en la clase teórica de apenas hora y media semanal. En estos casos, la exposición puede y debe venir apoyada por el uso de medios audiovisuales o informáticos, así como por otros materiales docentes.
De acuerdo con las normas sobre ordenación académica de los Estudios de Grado y de Licenciatura de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, aprobadas por la Junta de...
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