Método de la historia del derecho español VII-X
| Autor | Rafael Gibert y Sánchez de la Vega |
| Cargo | Catedrático de la Asignatura |
| Páginas | 197-295 |
Departamento
de
Derecho
Privado
1.
Historia
del
Derecho
y
de
las
Instituciones
MÉTODO
DE
LA
HISTORIA
DEL
DERECHO
ESPAÑOL
VlCX
por
D.
RAFAEL
GIBERT
Y
S~CHEZ
DE
LA
VEGA
Catedrático
de
la Asignatura
SUMARIO
ÚLTIMo
PRELIMINAR
(59) Penodiicación (1947).
(59 bis) Periodización (1 964).
m.
LA
DISTRIBUCI~N
DE
LA
MATERIA
(1 947).
(60) A) Fuentes.
(61)
B)
Instituciones. Derecho Político.
(62) (Esquemas sucesivos).
(63)
C)
Derecho Privado, Penal
y
Procesal.
(64) Relación entre ambas distribuciones.
W
(bis).
DISTRIBUCI~N
HIST~RICO-JURÍDICA
(1 964).
VIII.
MÉTODO
DE
ENSERANZA.
(65) A)
La
transmisión de conocimientos:
a)
Comunicación
a
ponencia;
b) Artículo o monografía; c) Tratado; d) Manual; e) Recensión
y
crítica;
f)
Divulgación.
R.
ENSE~ÑANZA
UNIVERSITARIA.
(66) A) El Derecho
en
la Universidad.
(67)
B)
Función
&
la
HD
en la formación del
jurista.
(68)
C)
Medios en
particular:
a)
El
examen:
b) Conjunto de medios
Q-
centes: a') Lecciones;
b')
Preguntas: Clases prácticas; c') Curso
monográfico; d') Relación
con
el alumno. Programas.
X.
~~fLoc0
(1949).
He deseado mucho terminar la publicación de esta Memoria
y
ahora
que
veo
elJn experimento la tristeza
de
separarme de ella, como algo que termina. Sig-
nifica el plan
y
el funhnto para una tarea
que
oficialmente
Iza
concluido. Es
el documento del compromiso de regentar la cdtedra "vitalicia"
que
se nos otor-
ga en gracia precisamente a ese Concepto, Método
y
Programa de la Asignatu-
ra, además de los otros ejercicios
que
constituían las Oposiciones, para
mí
un
buen recuerdo. Nuestro amigo
y
antes colega Manuel
J.
Peláez, en el justo
home-
naje
a
Ismael Sdnchez Bella (al que lamento no haber concurrido todaviá, rin-
diéndole el de poner un poco
de
orden en
mi
turnultuosa actividad)
ha
tenido el
acierto
de
investigar en el expediente de las Oposiciones
que
nos dieron el triun-
fo,
y
en las
que
participaron Joaquín Cerdá Ruiz-Funes,
que
nos dio la alegría de
ingresar en las siguientes, y José Moreno Casado,
que
mds
adelante tuvo un vo-
to
y
continud sirviendo dignamente en Granada. Me alegra coincidir en el inte-
rés
y
el aprecio por esa accidn académica decisiva
y
formativa, que otros, inclu-
so ilustres, prefieren olvidar como un incidente enojoso o banal de su carrera cien-
t@ca, al
que
yo
he
preferido volver, concretamente en ese capítulo del Segundo
Ejercicio.
Ya
lo hice en
1964,
reelaborando, con diferente objetivo, la redaccidn
de quince años
atrás.
Al preparar la presente entrega y Última,
me
dí cuenta de
que
la revisidn habúa quedado interrumpida hacia la mitad del capítulo ahora
nu-
mera&
VII
bis, "Distribucidn histdrico-jurídica" (nota
342).
Esto quiere decir
que
en adelante el texto conservado
y
ahora reproducido-perdido, como
he
dicho
otras veces, el definitivo y presentado en 1949 es el de 1947, cuyo objeto, el
Mé-
to&
de
Enseñanza, por haber ejercido el autor solamente el oficio
de
Ayudante
de Clases Prácticas,
que
tenfan vedado el tedrico
de
la Asignatura, apenas habla
sido
objeto
de
actuación,
y
a
primera vista resuttd 4s pobre
y
esquemático
que
todo lo anterior. Aparte el modelo de la siempre recordada Memoria del profesor
Maldonado,
yo
tenla la eweP.kerrt=ia como al
de
un espléPzdido cuadro de pro-
fesores
en
la hculiad, y especiglmnte, en Historia del Derecho, las lecciones de
don Galo Sdnchez, Torres Ldpz, Garcfa Callo y delpaternrrl Mddonado.
Pero también me
df
cuenta de
qw
era esta la seccidn de la Memoria en la
que el transcurso del tiempo habh enriquecido o td vez Sdlo ampliado
y
recar-
gado en los veinte años largos de Granada y los Veinte acortados en Madrid, la
patria en
San
Bernardo. El material acumulado desbordaba el espacio de las no-
tas. Comenzando por los Prog
s.
Farecia obligado reproducir el primero e
inicial, sancionado por el juicio del Tribunal que
me
otorgd la cátedra
y
contras-
tado por la crttica
de
los coopositores.
Inmediatamente, al aro
de
la libertad espaliola
de
cdtedra, que a dife-
rencia
de
la vecina Fran
rifa
programas oficiales únicos (como des-
pués en Espaiia para la Enseñanza Media, coincidiendo con su decadencia) per-
mitía al Catedrdtico alterar la estructura primitiva e incluso el contenido y has-
ta el concepto de la Asignatura
y
el consiguiente cambio
de
nombre. Esto habla
sucedido en los Cuarenta dos previstos, límite
de
un
reinado, lo
que
ya indica la
radical injusticia de la jubilacidn del Catedrdtico,
que
equivale siempre a la con-
frscacidn
de
una legítima propiedad, lo
que
ya fue advertido
y
elocuentemente im-
pugnado por los civilistas Felipe Sdnchez Romín en el Congreso y por Augusto
Comas en el Senado, el año
2900,
innovacicln de un novel ministro
de
Instruccidn
Púiilica, separada de Fomento por una operaciún política, comenzando
una
tra-
dicidn a su modo,
al
modo de los sucesivos titulares, de i@erir algrín daño o al
menos una ofensa a la Universidad, con
buena
intencidn a veces, tan peligrosas.
La famosa y reciente jubilación anticipada, seguidamente derogada, indicio de
su verdadera lndole yj?nalidad,
no
ha
sido sólo
una
anécdota, por eso muy im-
portante, con la favorable consecuencia de dar lugar a la nuevaflgura del
Emé-
rito, buena para la ciencia
y
para la Familia, pero cuya índole discrecional y10
arbitraria es característica
de
la época vulgar y antijurldica que atravesamos.
Reveladora
de
que
el tratamiento administrativo
y
burocrático del oficio acadé-
mico
no
era el adecuado. Decir
que
soy Noemérito de ninguna manera significa
desprecio o desestima de una honrosa condición que
he
deseado, solicitado y es-
perado, todo cada vez menos por la obvia razdn del transcurrir del tiempo
que
a
todo pone fin. Por mtivos
que
no voy ahora a analizar,
y
menos a juzgar, siendo
como soy parte, con interés legitimo pero sin estricto derecho, como
he
indicado,
ostento con orgullo ese tltulo. Precisamente en un momento
de
crisis econbmica
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