La mediación intercultural

AutorEsther Souto Galván
Cargo del AutorCatedrática de Derecho. Universidad Nacional de Educación a Distancia
Páginas159-177

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Introducción

La inmigración como fenómeno social se ha convertido en los últimos años en el centro de atención de los medios de comunicación y en un reto social para representantes políticos, técnicos de áreas municipales, profesionales de servicios sociales, organizaciones no gubernamentales y para las propias comunidades inmigrantes implicadas en el proceso.

Entre los problemas más comunes se encuentran la escasa planificación de las intervenciones, la falta de métodos de trabajo adecuados, la difícil comunicación con usuarios de otras culturas, la maraña jurídica de la normativa vigente en la materia y la creciente problemática que aparece en las segundas generaciones. Por tanto, sería necesario diseñar metodologías de trabajo adaptadas para los profesionales (abogados, psicólogos, trabajadores sociales, voluntarios de las ONG'S) que trabajan en contacto con inmigrantes.

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Es frecuente que el inmigrante que llega a nuestro país se tenga que enfrentar a un triple tipo de barreras: las psicológicas (falta de confianza, falta de apoyo familiar, falta de experiencia positiva de formación, expectativas no cumplidas); las sociales (responsabilidades familiares con hijos pequeños, desconocimiento de los recursos existentes en su barrio y/o comunidad, percepción de las actividades de formación como un coste no como una inversión); y las culturales-reli-giosas (diverso rol de la mujer como en el caso de las musulmanas que no pueden compartir espacios públicos con hombres que no sean de su familia o tienen que pedir el permiso de sus padres o maridos).

Si partimos de las tendencias sociológicas europeas debemos prever que con el tiempo irá aumentando progresivamente el número de familias que provienen de otros países, de otras etnias o de otros contextos culturales y hay que preparase y formarse para trabajar dentro de un marco de políticas interculturales que faciliten la convivencia ciudadana. La mayoría de estas familias inmigrantes van a sufrir unas dificultades de adaptación, fruto de la exclusión social, lo que va a acabar derivando en culturas minoritarias discriminadas.

La mediación intercultural o mediación social puede ayudar a paliar en parte esta situación, si la entendemos como "una modalidad de intervención de terceras partes en y sobre situaciones sociales de multiculturalidad significativa orientada hacia la consecución del reconocimiento del otro y el acercamiento de las partes, la comunicación efectiva y la comprensión mutua, la regulación de conflictos y la adecuación institucional entre actores sociales e institucionales etnoculturalmente diferenciados"

La mediación es una disciplina joven y su uso es cada vez más extendido como una alternativa de otras profesiones para la resolución de conflictos. La mayoría de los especialistas están de acuerdo en que es una vía alternativa al sistema judicial, al arbitraje que puede contribuir a encontrar soluciones a problemas que por las vías tradicionales no pueden resolverse. En la actualidad existen distintos tipos de especialización en el área de la mediación: mediación familiar, sociolaboral, socioeducativa e intercultural, entre otras.

La mediación intercultural se ha definido en los últimos años en España a partir de una práctica especializada de atención e interven-

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ción con población inmigrante extranjera en las sociedades occidentales, lo que ha dado origen a la conocida nueva necesidad de mediadores interculturales en estos contextos sociales. La mediación es un nuevo modelo de resolución de conflictos basado en el diálogo, el diálogo puro. Los tres rasgos para caracterizar la mediación son: 1.- El mediador. No es un juez ni es un arbitro, es un conciliador sin poder de decisión. 2.- Las normas de una mediación. Las referencias de una mediación dependen de los valores e intereses de las partes, y no de una ley exterior al conflicto. La norma de referencia es la palabra de las partes. 3.- El proceso de mediación es informal, sin código y basado en la libre expresión de las partes.

1. El mediador intercultural: funciones

La figura del mediador intercultural se está generalizando por toda Europa, aunque con distintos matices y denominaciones: "linkworkers" o trabajadores de enlace, en Inglaterra o Suecia; "mediadores lingüístico -culturales", "mediadores culturales", en otros muchos lugares.

Estos mediadores interculturales tienen como principal objetivo resolver cuestiones de tipo socio-jurídico, socio-laboral, sanitario, educativo.

La mediación intercultural es una función cada vez más necesaria y presente en la atención dispensada por los servicios públicos y, en general, en el ámbito del trabajo social desarrolladas en situaciones de creciente multiculturalidad. Una de las demandas que con mayor insistencia se viene haciendo en los últimos años desde distintos ámbitos educativos es la necesidad de identificar una figura profesional como mediador intercultural que se encargue de resolver pequeños conflictos originados en las aulas, entre otras cuestiones, por el desconocimiento del idioma o por diferencias de cultura.

Los diversos grupos de familias sobre los cuales podría resultar conveniente actuar desde la mediación intercultural son los siguientes:

El primero es el de las parejas mixtas: es la pareja formada por personas de contextos diferentes en la que puede haber tanto dife-

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rendas culturales como regímenes legales diferentes (herencia, repudio) . Es frecuente que en este contexto aparezcan ciertas tensiones entre la pareja entre sí y entre la pareja y el entorno.

El segundo es el de las familias inmigradas de segunda generación: estas familias suelen tener dificultades en el proceso de socialización y culturización de los hijos, los cuales pueden encontrarse ante el dilema de vivir entre dos mundos, el de la familia y la casa y el del colegio y el barrio. Pueden surgir conflictos sobre la lengua que debe hablarse en casa, las pautas alimenticias y el vestido, la salud, la práctica religiosa, etc. La mediación entre las instituciones locales y estas familias ayudará a la adaptación mutua.

En tercer lugar, las experiencias de adopción internacional: los conflictos entre las familias que desean adoptar y las instituciones que gestionan tales adopciones suelen ser frecuentes. La mediación puede ayudar a solventar estos conflictos. Asimismo, no hay que olvidar que las dificultades no desaparecen cuando los adoptantes consiguen finalmente llevar el niño a su casa. A partir de ese momento surgen otras dificultades como la educación que hay que dar a ese niño, la ayuda para superar las dificultades en la aceptación de la propia raza así como resolver los problemas de relación con su entorno derivados de rasgos físicos diferenciados.

En cuarto lugar, las familias de inmigrantes de minorías autóctonas, como puedan ser los gitanos o ciertos grupos de indígenas: con estos grupos hay que intentar operar desde su concepción del conflicto hasta decidir la forma de intervenir sobre maneras concretas de ejercer la disciplina doméstica, el papel de las instituciones sociales, la ruptura familiar o el repudio, procesos de reagrupación familiar, rol de las mujeres, etc.

El mediador debe centrarse en ayudar a resolver los conflictos. Se trata de superar las visiones individuales y unilaterales del conflicto de forma que las partes puedan dar lugar a la configuración de una nueva salida a su problema, que ambas partes sientan como propia.

El papel del mediador es importante, y no porque sea una parte imparcial y neutral en el conflicto, sino porque su mera presencia altera el equilibrio de poder, que frecuentemente suele ser desigual entre las partes.

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Es necesario desarrollar programas que no sólo actúen sobre el conflicto, sino preventivamente, antes de que surjan los conflictos. El objetivo principal es el de prevenir la aparición de los conflictos o bien solucionar los conflictos que ya se hubieran producido en las relaciones que se establecen entre los inmigrantes que llegan a nuestro país y las comunidades autóctonas en las que comienzan su nueva vida.

2. Experiencias de la mediación intercultural: A) Europa: Holanda, Italia, Bélgica y Francia
A) Europa: Holanda, Italia, Bélgica y Francia

El análisis de la situación profesional de la figura del "mediador intercultural" en Europa entraña cierta dificultad, en primer lugar, por la diversidad de experiencias, funciones y figuras que se encuentran detrás de esta categoría profesional, en definitiva, la falta de consenso y de profesionalización de la misma en el contexto europeo; y en segundo lugar, por la difícil accesibilidad a una bibliografía dispersa y fragmentaria en cuanto a temáticas que...

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