Martín Mateo, R.: Derecho ambiental. Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1977
| Autor | José María Chico y Ortiz |
| Páginas | 904-906 |
MARTÍN MATEO, R.: Derecho ambiental. Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1977.
Muy pocas veces, desde el ángulo jurídico, he traído al campo de las recensiones trabajos u obras que aborden la materia que esta monografía ofrece. Solamente recuerdo el famoso discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua de Miguel Delibes, que me llamó poderosamente la atención y puso en mi ánimo los temblores que el estudio de los problemas ecológicos suponen. Lo que, sin embargo, no llegó a percibir mi sensibilidad es la gran posibilidad que esa problemática ofrece en el campo del Derecho y que sobre ella se haya podido escribir un estudio monográfico que supera las setecientas y pico de páginas.
Martín Mateo centra la esencia de su aportación con estas palabras: «La presente monografía pretende, por tanto, realizar un aporte adicional al estudio de las reglas de Derecho que la defensa del medio requiere, dado que, a la postre, sólo por cauces normativos podrán conformarse las actitudes que la disciplina ambiental precisa, trasladándose así a la realidad social las correcciones sugeridas por los expertos en las disciplinas técnico-científicas implicadas.» Con ello, realmente, el autor da un gran paso en esta parcela del Derecho, donde apenas si existen estudios que puedan mentalizar a los juristas para trabajar a fondo en materia tan importante.
Lo que ya no me ha extrañado es que el autor escriba sobre este punto. El es un hombre inquieto-internamente-, jurista puntero que no se conforma con militar en esa rama del Derecho de la que es catedrático, y de vez en cuando se le ve participar en materias con ciertas afinidades a la que domina, pero con autonomía suficiente para demostrarnos que por encima de todo él domina los principios fundamentales del Derecho. Aparte de esta justificación jurídica de su salida, hay otra «ambiental» que no debe olvidarse. El vive y ejerce en Bilbao, el «bocho» como cariñosamente llaman los bilbaínos a su ciudad, metida prácticamente en un agujero. Allí, entre las humedades propias del continuo «sirimiri», los gases de ese parque automovilístico cada vez más numeroso que pone lentitudes circulato-Page 905rías y los humos de sus fábricas, resulta hasta lógico que un espíritu sensible-como el de Martín Mateo-se decida a escribir para que desde el campo del Derecho se intente algo que ponga remedio antes que ocurra lo inevitable.
A esa especial «ecología bilbaína» hay que añadir en los momentos presentes esa profusión de pintadas (hechas en base de una inusitada explosión libertaria de expresión, pero con un auténtico atentado a la propiedad privada y una carencia absoluta de educación), esa violación de la prohibición de fijar carteles y ese alarde neurótico de la «ikurriña» puesto...
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