Manuel Ballbé, abogado y jurista (1920-1961): un retrato «polifónico»

AutorXavier Ballbé Mallol
Páginas967-1008

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I El porqué de un "retrato polifónico"

Con motivo de la publicación de este libro de homenaje a Manuel Ballbé Prunés, me parecía ineludible hacer una recopilación bibliográfica y una búsqueda documental sobre los principales trabajos que desarrolló a lo largo de su vida; ha sido, pues, la oportunidad idónea para revisar parte de la documentación que se conserva de su archivo, tarea siempre postergada.

Con todos los materiales localizados se intenta trazar a continuación un relato documentado y divulgativo, que presenta sus diferentes facetas profesionales y explica cómo se desarrollaron a lo largo del tiempo. Al no poder hablar desde la vivencia propia2, he tenido que recurrir a las voces de diferentes personas que lo trataron en su vida profesional y que, en algún momento, escribieron sobre él; y también de otras que, sin conocerlo, han valorado su obra jurídica. De ahí parte la idea de este "retrato polifónico", que no es más que la suma de diversas miradas personales, reuniendo un poco de lo mucho que se ha escrito sobre su persona y su obra.

Se pretende con ello facilitar el conocimiento de su figura a través de un relato ordenado y desde una perspectiva actual, pensando también en los más jóvenes e incluso en personas ajenas a las profesiones relacionadas con el Derecho, como es mi propio caso. De ahí la vocación divulgativa de este texto, escrito desde la perspectiva de alguien más abocado a la arqueología y a la

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gestión del patrimonio cultural; por ello, las referencias que se hacen al mundo del Derecho deben ser tomadas con la distancia y las reservas oportunas.

Pero este texto quiere ser, sobre todo, una muestra de agradecimiento a los promotores y colaboradores de este libro de homenaje, por su iniciativa y por su esfuerzo para hacerlo realidad; y también a todas aquellas personas y entidades que han contribuido durante los últimos 55 años a mantener viva la memoria de Manuel Ballbé Prunés, destacando el legado de su obra jurídica. Lo cierto es que a sus familiares siempre nos ha encantado leer escritos que pusiesen en valor su obra y conocer informaciones o anécdotas sobre él provenientes de su entorno personal y profesional.

El profesor de Historia del Derecho y catedrático de Economía Fabián Estapé escribió: "Manuel Ballbé hizo muchas cosas. En todas ellas puso pasión, genio y cordialidad"3. Estas "muchas cosas", y estas maneras de hacer son las que se quieren transmitir a continuación, pero esta frase las resume ya magníficamente.

II La ilusión por una gran familia

Manuel Ballbé Prunés nació en Barcelona el 22 de abril de 1920. Su padre, Luís Ballbé de Gallart, falleció cuando él y su único hermano eran todavía unos niños, por lo que fue su madre, Mercedes Prunés Alsina, la que se encargó de su cuidado y formación, trabajando desde 1930 -y hasta su jubilación- como secretaria de dirección en el Banco Vitalicio.

El hermano pequeño de Manuel, Luis, que siempre había estado delicado de salud, murió con poco más de veinte años. Es en ese momento, hacia 1942, cuando Manuel se reencontraría en Sitges con una amiga de juventud, Enriqueta Mallol Baró, con quien se casaría en 1947.

Tuvieron once hijos/as, lo que no fue un problema gracias a la ilusión compartida por ambos y a la "sistemática" organización y dedicación de mi madre. Ella se desvivió encantada por su cuidado, asegurándose, eso sí, de que no molestasen a mi padre cuando este trabajaba en casa por las noches o en días festivos. Pero ya se encargaba él mismo de romper discretamente aquellas normas domésticas; jugaba y hacía todo tipo de travesuras, como recuerdan mis hermanos y hermanas mayores, que guardan el mejor de los recuerdos de un padre cariñoso, tranquilo y divertido. Los sábados por la tarde se los llevaba él de paseo por Barcelona; y los domingos lo esperaban jugando en los jardines de la Facultad de Derecho, mientras él apuraba el tiempo para seguir trabajando.

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También se aseguraba de "cargar" a los hijos que podían acompañarlo en el coche familiar para participar en congresos, reuniones y cursos por España4 y también por Europa, atravesando en más de una ocasión los Pirineos y los Alpes; todos se portaban magníficamente, ante la sutil amenaza materna de dejar en Barcelona, en el siguiente viaje, a quien no se comportase. ¡Ninguno se quería arriesgar a perderse aquellos viajes!

Falleció inesperadamente a los 41 años de edad, el 25 de julio de 1961, en pleno apogeo de su vida profesional. Se había desplazado dos días a la Costa Brava por reuniones de trabajo. En un momento de descanso, mientras disfrutaba nadando y observando el fondo del mar, frente a las ruinas de las ciudades griega y romana de Empúries, algo falló -en su cuerpo o en el tubo a través del que tomaba aire- y ya no consiguieron reanimarlo.

A pesar de una muerte tan prematura, las ilusiones y los esfuerzos de su breve pero intensa vida profesional seguirían proyectándose hasta la actualidad, como muestra este libro y como intentamos explicar a continuación. También su familia seguiría creciendo y lo ha continuado haciendo hasta los actuales 24 nietos/as y 11 bisnietos/as; sin duda alguna, su máxima ilusión.

III Ansias de saber

Manuel Ballbé se licenció en Derecho en septiembre de 1941, tras cursar la carrera en los cursos intensivos5 que se impartieron en la Universidad de Barcelona, después de los tres años de cierre de actividades por la Guerra Civil. Obtuvo una calificación de sobresaliente y fue Premio Extraordinario de su promoción, en la que se licenciaron un total de 53 personas -de las que solo tres eran mujeres-.

Su profesor de Derecho Administrativo en aquella época, Josep M.ª Pi Su-ñer, lo recordaba así: "Cuando fue alumno mío, hace ya años, poco después de nuestra guerra, me llamó la atención su formidable preparación clásico-priva-tística. Sabía mucho Derecho Romano, conocía bien el latín y podía perfectamente situar todo problema de su especialidad sobre una infraestructura soli-

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dísima. Para un hombre que se dedique al Derecho Administrativo, esto no tiene precio"6.

Para entender mejor de dónde provenía esta "solidísima" base formativa, hay que tener en cuenta que desde los quince años estuvo trabajando como auxiliar administrativo en la Secretaría del Tribunal de Cassació de Catalunya7, de la que era titular Josep Barba8, y en la que se incorporaría más adelante Jo-sep Vilardaga9, destacado abogado civilista con quien acabaría compartiendo despacho toda su vida profesional. Vilardaga, que se había incorporado al Tribunal en septiembre de 1937, escribió del joven Manuel Ballbé: "a pesar de la modesta categoría de auxiliar segundo con la que figuraba en nómina, era en realidad el alma de la oficina"10.

Otros destacados juristas de aquel Tribunal le orientarían en sus estudios, pero el resto de horas de aquellos años se dedicó a estudiar por su cuenta la carrera de Derecho, de forma "sistemática", organizando en miles de fichas en papel, perfectamente clasificadas -como seguiría haciendo toda su vida-, los temas, sentencias y bibliografía de las diferentes materias. Se matriculó cuando la Universidad reemprendió las actividades tres años después, pero ya entonces se incorporó también al despacho en el que trabajaba Vilardaga, "interesándose por la práctica de la vida profesional", en palabras de este último.

Un año después de licenciarse, remitió su tesis al entonces catedrático de Derecho Municipal de la Universidad Central de Madrid Luis Jordana de Pozas, uno de "los tres catedráticos ilustres desde antes de la guerra y representantes del modo tradicional de tratar el Derecho Administrativo"11.

Jordana de Pozas le contestó por carta unos meses después, mostrándose algo escéptico por la nueva perspectiva que aportaba en su tesis: "Desde luego

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la encuentro merecedora de ser examinada, porque constituye un estudio completo, claro y sistemático del tema elegido, tema que, además, reúne características muy adecuadas para esta clase de producciones. Hay en ella un esfuerzo de creación original digno de alabanza y que fundamentalmente me parece acertado. [.]

Tal vez sería, sin embargo, oportuno que reflexionara usted sobre el hecho de que la publicación de la jurisprudencia, tanto del Supremo como del Consejo de Estado, se halla interrumpida, lo que no parece concordar con el renacer de su importancia como fuente de...

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