Mano negra o manitas de cerdo en el proceso de Rafael Vera

AutorManuel Cobo del Rosal
Páginas219-222

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Ha sido una constante en los más de cinco años que, sin pudor procesal alguno, se han invertido en el proceso penal, y la metódica y selectiva aparición o de una "mano negra o de manitas de cerdo" que no puedan decirse que sean del riquísimo plato español sino más bien de un cerdo sucio en el sentido mas amplio y peyorativamente del termino. En común, tienen todas esas cosas ya sea de los cerdos mas variopintos que es la de machacar, sin la menor justicia y de la manera más miserable a la persona de Rafael Vera, con mayor lujo con romos por no decir rústicos y burdos trucos procésales que no engañan, siquiera, a los estudiantes de primero de Derecho. Esa constante actitud, con todo detalle, técnicamente la desarrollo y crítico en mi libro llamado "Caso Marey". Pero, ahora en los prolegómenos, en la distracción seguramente interesada, quizás hasta económicamente, de la materialidad del documento que recogía la sentencia del 6 de enero del presente año, solo me ocupare de esa repugnante e insensata actuación judicial.

Por que puede pensarse ahora, todo y sospecharse todo de todos, menos de don Rafael Vera como es de sentido común; aunque en este caso el sentido común y sobre todo del Estado han brillado, groseramente, por su ausencia.

Los filtradores dicen ahora que la sentencia le fue "entregada" a varios ministros del Gobierno de España

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a primeros del pasado mes de diciembre; para aquellos que no están bien informados, ni tienen por que estarlo conviene recordarles que el gobierno español se ha constituido en la parte contraria, en algunas ocasiones con una zafia fiereza carente de todo sentido.

El Tribunal europeo de derechos humanos, siquiera sea por las sospechas que recaen sobre él, no ha sido "imparcial" y ni siquiera "independiente". Basta para afirmar lo anterior con la simple sospecha que razonada, y razonablemente, recae sobre el vocal perteneciente a dicho Tribunal que es ciudadano español, y tengo noticias que, poco a poco, ya he sido informado que dicho ciudadano fue nombrado "ad hoc" en sustitución del un tanto pusilámine Sr. López Guerra, que curiosamente no deja de ser un sarcasmo, se marchó para no contaminar a la Sala por una (¿) opinión suya un tanto favorable a Vera. Se quitó, sin más, de en medio y valga el símil taurino, materialmente le entregó los "trastos de matar" a quien, con muy escasa significación, nula procesalmente, parece que en noviembre asumió, con toda plenitud, su función...

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