Leopoldo Salazar Viniegra y el reglamento federal de toxicomanías de 1940

AutorAraceli Manjón-Cabeza Olmeda
Páginas475-490
CAPÍTULO XXVII
475
Leopoldo Salazar Viniegra y el Reglamento
Federal de Toxicomanías de 1940
Araceli Manjón-Cabeza Olmeda
Catedrática de Derecho Penal
Universidad Complutense de Madrid
A Carlos Daza, amigo entrañable. Quedas imborrable en el recuerdo.
1. El Reglamento Federal de Toxicomanías de
1940. Leopoldo Salazar, Harry J. Anslinger y
marihuana
Corrían los años 30 del siglo pasado y se estudiaba en México una
respuesta para la drogadicción distinta de la represora. El médico Leopoldo
Salazar Viniegra, responsable desde 1938 de la Dirección de Toxicomanías y
del Hospital de Toxicómanos, buscaba una forma de acabar con el drama del
dependiente que acude al mercado negro para conseguir la dosis que necesita.
Expresaba su idea diciendo que para la sociedad lo peligroso no eran los vi-
ciosos, sino los tracantes y las autoridades cómplices. Lo decía hace 90 años
y hoy es una realidad a la que parece no se quiere hacer frente: mientras exista
la Prohibición, existirán tracantes dispuestos a comprar a las autoridades
y éstas se dejarán comprar, participando unos y otras del negocio fantástico
que es esa Prohibición. Por otro lado, Salazar insistía en la necesidad de tratar
medicamente al dependiente, por considerarle un enfermo, suministrándole
la sustancia que necesitaba.
CIENCIA PENAL Y GENEROSIDAD
DE LO MEXICANO A LO UNIVERSAL
M. Olmedo Cardenete | M.Á. Núñez Paz | N. Sanz Mulas | M. Polaino-Orts
DIRECTORES/EDITORES
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Leopoldo Salazar había estudiado Medicina en Madrid, en el Real
Colegio de Cirugía San Carlos, especializándose en Neuropsiquiatría en la
Sorbona. Al volver a México, compatibilizó la docencia con el ejercicio de
la Medicina en el manicomio de La Castañeda. Destacó por sus peculiares
prácticas docentes, por el rechazo a la evaluación de los estudiantes y por ser
acérrimo defensor de la libertad de cátedra. No se limitó al ejercicio de la
Medicina, sino que además, tuvo una relevante actividad en el desarrollo de
las políticas públicas de salud, tanto en el ámbito interno, como en el seno de
la Sociedad de Naciones.
La posición de Salazar en materia de drogadicción de tratar y no cas-
tigar, no era la única que se manejaba en México en los años 30; existía otra
línea que hablaba del delito de toxicomanía, al que se quería responder con
un tratamiento obligatorio, con el destierro o con la esterilización1. La tesis
de Salazar, al que acompañaban otros profesionales, triunfó; pero en muy
poco tiempo se impuso la contraria y el médico pasó a formar parte de la lista
de sujetos considerados muy peligrosos por el FBI.
La propuesta de Salazar quería evitar que los adictos se acercasen al
mercado negro y delinquiesen para comprar la droga; consideraba que debía
ser el Estado el que proporcionase la sustancia a precio de costo y de forma
controlada a los usuarios y, a la vez, tratarlos. En términos actuales, diríamos
que Salazar quería aplicar una política de reducción de daños mediante el
suministro médico controlado, sin plantearse que la única opción fuese la
abstinencia. Esta idea se llevó al Reglamento Federal de Toxicomanías del
Departamento de Salubridad Pública, de 17 de febrero de 1940, aprobado
1 «La toxicomanía fue ganando terreno en el ámbito de lo criminal y fue vista cada
vez más como «delito contra la salud». Estos delitos merecían consideraciones tan
radicales como las que hizo el Juez de Distrito en Materia Penal, Jorge Salazar
Hurtado, que en 1937 proponía su tratamiento con medidas como: «a) Los que
cometan por primera vez el delito de toxicomanía deberán ser internados, para su
tratamiento de deshabituación, en un Hospital de Toxicómanos; b) Los reinciden-
tes en el delito deberán ser relegados perpetuamente en islas deshabitadas; c) Los
toxicómanos declarados incurables, serán condenados a esterilización de sus órga-
nos genitales...» (Drogas y sociedad. Aproximaciones a una historia de las drogas
en México, 1840-1940, en Ibero. Revista de la Universidad Iberoamericana Drogas:
problemas y dilemas, 2013, Vol. 25, p. 14).

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