Lo justo como don. Un relato personalista, hermenéutico y existencial en torno a la ética de la justicia

AutorMartín Rocha Espíndola
Páginas211-308
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1. Ética y hermenéutica de la mismidad
Resulta interesante procurar reconstruir el camino trazado
desde la autonomía del sí mismo hacia la solicitud del otro como
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da de la justicia puede amparar dicha proximidad.
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co, aboga por una certeza diferente a la del cogito cartesiano, e im-
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reconocimiento de sí331.
331 Vid. CONILL SANCHO, J. Ética hermenéutica. Tecnos Editorial, Madrid,
2010, pág. 217. También, RICOEUR, P. Caminos de Reconocimientos, Trot-
ta, Madrid, 2005. Finalmente, se destaca la aportación de ESCRIBAR, A.
«La hermenéutica como camino hacia la comprensión de sí», Revista de Fi-
CAPÍTULO III
Lo justo como don. Un relato
personalista, hermenéutico
y existencial en torno a
la ética de la justicia
LO JUSTO COMO DON EN LA FILOSOFÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XXI
HACIA UNA ÉTICA DEL DON EN CLAVE PERSONALISTA, HERMENÉUTICA Y EXISTENCIAL Martín Rocha Espíndola
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El «reconocimiento» de sí conduce al conocimiento de otros,
que también son sí mismos; pero que no se agotan en tal mismidad,
sino que se reconocen conociendo a los otros. Ahora bien, se hace
referencia a un «reconocimiento» en tal caso porque se ha conoci-
do la originalidad del yo y, al vivirla y pensarla en la cotidianeidad,
tal conocimiento perdura. En cambio, a los otros se les conoce, mas
no siempre surge la oportunidad de reconocerles.
Además, a partir de la hermenéutica del sí y de la identidad
narrativa, pueden considerarse las implicaciones éticas del relato, al
que se puede concebir como el primer laboratorio del juicio moral.
Estas implicaciones conducirán al estudio de la dimensión ética del
sí. Gracias al relato ético, se es capaz de explorar el reino del bien
y del mal, y ejercitarse, al menos virtualmente, en la tarea de juzgar
moralmente en situaciones concretas, es decir, en lo que podría de-
nominarse como «sabiduría práctica».
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identidad narrativa y la identidad moral. Esto es, explorar los lazos
entre la identidad personal y el mantenimiento de sí, lo que cons-
tituye la dimensión propiamente ética de la «ipseidad», que abre,
entre otras cosas, la posibilidad de comportarse la persona de modo
que sea responsable de sus acciones ante otra persona332.
CONILL pretende enlazar la ética y su fundamento con un
punto de partida, conceptual y experimental, que sostiene sólo pue-
de encontrarse en la noción de libertad. Pero la libertad únicamen-
te puede atestiguarse en obras. Por ello, sólo se puede partir de la
creencia de que se puede, y de que se es lo que se puede, y que se
puede lo que se es. Con lo cual, el único punto de partida posible
losofía, Universidad de Chile, volumen LXI, Santiago de Chile, 2005, págs.
43 a 59.
332 CONILL SANCHO, J. Ética hermenéutica. Cit., pág. 219.
CAPÍTULO III LO JUSTO COMO DON. UN RELATO PERSONALISTA, HERMENÉUTICO
Y EXISTENCIAL EN TORNO A LA ÉTICA DE LA JUSTICIA
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de la ética es la creencia de la libertad, que vendría a constituir un
testimonio íntimo, el del yo puedo, y que tendrá que atestiguarse a
través de un curso de realizaciones en la vida. Porque la libertad es
una tarea, la odisea de un yo puedo, que está en movimiento por un
deseo de hacer333.
Pero esta libertad conduce a la responsabilidad para con los
otros. Por consiguiente, el ámbito propio de la libertad no es tan
solo la individualidad, sino que, a su vez, se halla también en la
alteridad reconocida.
No se puede separar la experiencia moderna del otro de las
nuevas formas de interrelación, que introducen las exigencias vita-
les e institucionales. Cada vez se hace más compleja esa interrela-
ción, pues no se trata sólo de campos totalmente autónomos, sino
que se entrecruzan entre sí y, asimismo, procuran comprenderse334.
La comprensión es el proceso por el cual la vida se esclarece,
en su seno, acerca de sí misma. La persona se comprende a sí mis-
ma, y comprende a los otros, en cuanto traspone su vida, vivencia-
da en todo género de expresiones del propio y del ajeno vivir. La
comprensión es un volver a encontrarse el yo en el tú. El espíritu se
reencuentra en niveles de conexión cada vez más altos. Esta mismi-
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dad del espíritu y de la historia universal.
Cada uno se reconoce a sí mismo en los demás, y conoce a los
demás en sí mismo. El otro no es primordialmente el otro en cuanto
otro, sino la vida humana en su comunidad de sentido. Por consi-
333 CONILL SANCHO, J. Ética hermenéutica. Cit., pág. 219.
334 CONILL SANCHO, J. «Experiencia hermenéutica de la alteridad» en Cla-
ves del pensamiento, Vol. 2, Nº. 4, Madrid, año 2008, pág. 58.

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