Juan Junquera González: vocación y virtud en el servicio público

AutorAlberto Moreno de Tejada Clemente de Diego
Páginas161-182

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1. Rasgos biográficos

Juan Junquera González nace en Oviedo en 1936. Su padre era médico odontólogo y abogado, y su madre licenciada en Ciencias Químicas. Es el segundo hijo de cuatro hermanos y el único varón. Ya casado y ejerciendo con éxito su profesión de odontólogo, el padre decidió estudiar Derecho, atraído por una cierta vocación hacia la política. Fue falangista y ejerció de gobernador civil durante once años en diferentes capitales de provincia. Hombre muy honesto y recto, acabó mal en la política al enfrentarse a personas que buscaban el cargo para servirse de él. «Mi padre salió de la política incluso enfrentado a Fernández-Cuesta, a quien consideraba un arribista que no tenía los principios éticos que se exigen» (entrevista con Junquera, 2009). Reconoce haber podido conservar de la experiencia de su padre una cierta animadversión hacia la política. Por el contrario, su abuelo materno, Jerónimo González, fue un prestigioso jurista totalmente apolítico. «Es conocido como el creador del Derecho hipotecario en España. Fue una persona de una gran ética personal, un hombre de un trabajo extraordinario, llegó a ser presidente de la Sala Civil del Tribunal Supremo en la época de Azaña» (Ibidem, 2009). Por esta razón, estuvo sujeto a un expediente de depuración del que fue rehabilitado al comprobarse su condición de jurista y su apoliticismo.

Su padre estuvo año y medio en un seminario. Se dio cuenta de que no tenía auténtica vocación y salió del seminario enfrentándose a todos. «Él contaba siempre que fue un trago dificilísimo salir del seminario» (Ibidem, 2009). Su paso por el seminario, junto a la influencia de su madre, la abuela de Junquera, que era una persona muy religiosa, le dejaron una formación y unas profundas creencias. Fue un católico muy practicante y de unos principios estrictos. «Mi padre me ha dado el ejemplo de que algunas veces, cuando llegaba enfadado y había criticado a alguien, que a veces ocurría, especialmente a políticos -porque ese es tal, ese es cual- por la tarde, cuando estaba yo estudiando, venía a mi cuarto y decía: “bueno, quiero restituir las opiniones, no me hagas caso porque

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estaba enfadado, esta es gente normal, sana y tal". Fíjate hasta qué extremo llegaba, cosa que muy pocos padres creo que hacen. Me decía “todo eso, olvídalo, no lo creas, estaba en un momento de enfado y decía cosas que no debía". Su ejemplo nos lo enseñaba con su práctica y su manera de ser; influyó mucho en toda la familia» (Ibidem, 2009). El carácter de su madre era distinto. «Mi madre tenía también creencias religiosas pero no era tan practicante, era otro tipo, otra forma de ser. Yo, como hijo único, era un poco el predilecto desde ese punto de vista. Yo a ella también la quería mucho y la apoyaba en todas sus cosas. Ejerció la docencia después de que murió mi padre y estuvo precisamente de catedrática en el Instituto donde había estudiado yo, en el Miguel de Cervantes» (Ibidem, 2009). Mantiene una buena relación con sus tres hermanas.

Estudió en los Escolapios, en las escuelas pías de Pamplona y luego de Zaragoza, donde estuvo destinado su padre como gobernador civil. Cuando vino a Madrid, estudió el último año en el Instituto de Enseñanza Media Miguel de Cervantes. Recuerda como especialmente buenos los profesores de Zaragoza y con uno de ellos, el padre Seoane, conservó una gran amistad hasta su muerte, acaecida hace tres años. Fue un estudiante normal. Donde mejores notas sacó fue en el instituto1. Agradeció el cambio. «Tenía catedráticos de primerísima fila. Estudiabas si querías, había un grado de libertad grande» (Ibidem, 2009). Decidió estudiar Derecho un poco por influencia de su padre y de su abuelo. Aprobó la carrera con notas normales, sin esforzarse demasiado. Durante su último año de bachillerato y la carrera desarrolló una gran afición por la lectura. «Mi padre no era aficionado a leer, pero me vigilaba a ver qué leía, este libro, ojo, que este libro está en el índice me decía. Me indemnizaba por eliminar el libro, con lo cual yo compraba otro» (Ibidem, 2009). También se aficionó mucho al teatro y a la música. «Cuando terminé la carrera y se murió mi padre, entonces me dije ¡ay amigo!, ahora hay que estudiar y entonces sí, preparé las oposiciones en poco tiempo, pero estudiando todas las horas del día» (Ibidem, 2009). Preparó la oposición con el objeto de tener algo seguro, para toda la vida, intentando sacarla en el menor tiempo posible. Gracias a sus lecturas traducía bien el francés, lo que le supuso sacar una buena nota en el primer ejercicio. Aprobó en 1964, sacando el número uno de su promoción.

A su mujer la conoció cuando preparaba la oposición. Era muy amiga de sus hermanas, compañeras de estudios en la carrera de Farmacia. Se casaron al año y medio de sacar la oposición. Se licenció en Farmacia. «El papel que ha jugado en mi vida es extraordinario. Ha sido fundamental en la formación de mis hijos» (Ibidem, 2009). Es mucho más religiosa que él. Ha tenido un gran ascendiente con los hijos. Mantiene muy buena relación con sus hijos.

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El primer destino de Juan Junquera, tras un breve paso por el Ministerio de Industria, fue la Escuela Nacional de Administración Pública, en la que permaneció cuatro años. En 1973 fue nombrado subdirector general de la Función Pública y en 1976 secretario general de la Comisión Superior de Personal. Después, pasó a ser subdirector general de Informes y Coordinación (1979-1980). Fue nombrado secretario general del Consejo Superior de Deportes en 1980. Cargo que dejó para ocupar la Secretaría General Técnica del Ministerio de Administración Territorial con Rodolfo Martín Villa, que le llevó después como secretario general del vicepresidente primero del Gobierno con rango de subsecretario. Ejerció como inspector de los Servicios-jefe del Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones (1983-1986). En 1987 fue nombrado director general de Servicios del Ministerio de Defensa, puesto que ocupó hasta 1996. De 1996 a 2000 fue subsecretario del Ministerio de la Presidencia. Posteriormente, ocupó la Secretaría General de Política Científica hasta que en el año 2002 le nombraron consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El cinco de noviembre de 2001 sufrió un atentado terrorista de ETA del que salió ileso. Fue miembro del grupo de expertos para la reforma de las Administraciones Públicas (2003). Permaneció como consejero de la CNMV hasta el año 2006.

2. Política y administración en España (1996-2004)

El 3 de marzo de 1996 el PP ganaba las elecciones generales con un 38,9% de los votos y obtenía 156 diputados. El PSOE alcanzaba el 37,5% y 141 diputados; IU 10,6% y 21 diputados; CiU el 4,6% y 16 diputados; PNV 1,3% y 5 diputados; CC 0,9% y 4 diputados; Otros 6,2% y 7 diputados. El PP firmó un pacto de legislatura con CiU y CC. José María Aznar fue investido presidente del Gobierno con los votos de PP, CiU, PNV y CC. El primer Gobierno PP está compuesto por dos vicepresidencias, primera y ministro de la Presidencia Francisco Álvarez-Cascos, y segunda y ministro de Economía y Hacienda Rodrigo Rato y doce ministros más. En total, catorce Ministerios, dos menos que el último Gobierno socialista cumpliendo, así, con lo previsto en su programa electoral. Se crean los Ministerios de Medio Ambiente y Fomento; se refunde el de Educación, Cultura y Deportes; se separan Justicia e Interior. Se establece, por primera vez, un diseño predeterminado del organigrama de cada uno de los Ministerios. La reforma de la Administración se centra en la reducción de órganos, cargos y entes públicos y en la aprobación de un importante número de leyes: Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado (abril de 1997), Ley del Gobierno (noviembre de 1997) y Ley de Revisión de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (enero de 1999) (Crespo Montes, 2003). Con estas normas se establece un marco jurídico de referencia para el Gobierno y la Administración y un desarrollo de sus principios de organización y funcionamiento y el de servicio al ciudadano. En la exposición de motivos de la LOFA-

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GE se dice: «El servicio a los ciudadanos exige, además, que la estructura y la planta de la Administración General del Estado se ajusten a la realidad social y, por ello, debe reordenarse en función de los mismos, puesto que tienen el legítimo derecho a saber cuáles son las competencias de cada Administración y a recibir servicios públicos de calidad». La ley suprimió los Gobiernos civiles y creó las Subdelegaciones del Gobierno con rango de Subdirección General. Así mismo, se introduce en la ley el objetivo de la Administración Única.

El Gobierno se propuso como objetivo prioritario la incorporación de España como miembro fundador de la Unión Monetaria prevista para el 1 de enero de 1999, para lo cual era necesario cumplir las cinco condiciones de Maastricht. En 1996 se creó una Oficina Presupuestaria adscrita a la presidencia y dirigida por un técnico con rango de secretario de Estado, cuyos objetivos básicos fueron el control del gasto público y la reducción del déficit. En mayo de 1998, España, junto a otros diez países, fue admitida como miembro fundador de la Unión Monetaria europea. En abril de 1999 se llevaron a cabo las reformas de cinco leyes orgánicas y de la ley de las Bases...

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