Jiménez Segado, Carmelo: «La responsabilidad penal de los abogados. La intervención del Derecho penal en la profesión». Dykinson. Madrid, 2017, 342 páginas
| Autor | Carlos García Valdés |
| Cargo | Catedrático de Derecho Penal. Universidad de Alcalá |
| Páginas | 597-599 |
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I
El magistrado Jiménez Segado ha publicado un libro magnífico y ciertamente original. Pocas monografías como la actual se ocupan del tema objeto de su correcta investigación. Su maestro, mi querido discípulo, el Prof. Esteban Mestre, sigue demostrando su impagable vocación universitaria dirigiendo trabajos excelentes que primero fueron tesis doctorales. De hecho, la presente obra tuvo ese académico origen, juzgada por un Tribunal de la Universidad de Alcalá, del que formé parte, presidido por mi maestro, el Prof. Gimbernat Ordeig y teniendo como vocal al presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Manuel Marchena. De ahí, de su enseñanza generosa, el brillante prólogo del Prof. Mestre Delgado (págs. 13 y sigs.), que ensalza la tarea del abogado digno y responsable del que el mismo es el mejor ejemplo, y critica al no recomendable, líneas llenas de acierto y satisfacción por el logro de la obra inédita y por la constancia en el trabajo de su discípulo.
En efecto, el nuevo doctor en Derecho por la Universidad de Alcalá no es un desconocido en la ciencia y ello se nota. Tiene una tesis anterior, de ciencia política, también publicada, sobre Carl Schmitt («Contrarrevolución o resistencia». Tecnos. Madrid, 2009) y, entre otros, un libro en la presente editorial, de Derecho punitivo, acerca de «La exclusión de la responsabilidad criminal». (Dykinson. Madrid, 2003); no es pues un advenedizo a la investigación. Su amplia cultura se vislumbra así de gran manera. Además, todo ello se percibe con la simple lectura del presente texto: buena y directa expresión confluyen en el mismo, llaneza meritoria en la exposición de los problemas y facilidad en su resolución, sin necesidad de enojosas e innecesarias recopilaciones previas. Tal vez, su más que respetable profesión le ha enseñado a ir directo a los temas sin sobrevolar ni perderse en asuntos periféricos. De nuevo surge aquí un profesional, no específico docente universitario, que trabaja en hacer mejor nuestro Derecho y que contribuye a dárnoslo a cono-
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cer desde otra óptica, esencialmente práctica. Y este método, clásico en un sentenciador del Derecho, enriquece nuestra vida social y jurídica.
II
El libro tiene cinco capítulos, a cada cual más interesante y válido, de muy correcta metodología. La escritura es más que destacable. Sencilla, accesible, rigurosa y convincente, el buen magistrado que hay en Carmelo Jiménez se manifiesta muy fácilmente. Y dar a conocer así...
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