Introducción a la orientación familiar. El orientador familiar

AutorFrancisco L. Hidalgo Mena
Cargo del AutorTerapeuta y Mediador Familiar
Páginas711-744
711
1. INTRODUCCIÓN
La iniciativa escolar, tanto con las escuelas de adultos como a través de las A.P.A.S.
de muchos centros escolares, así como otras entidades administrativas, han
desarrollado una vasta experiencia de talleres de formación de padres, formación de
adultos, intercambios y grupos de autoayuda, además de talleres sobre habilidades
domésticas y sociales. Estas experiencias dan muestra de la gran demanda suscitada
por los conflictos que muchos padres tienen con la educación de sus hijos o con el
manejo de las situaciones que les brinda la vida cotidiana.
Detrás de estas iniciativas se ha ido conformando un marco psico-pedagógico que sin
llegar a constituirse en una estructura normalizada, ha creado en cierto modo, un
movimiento de escuela de padres, que pretende dar respuesta a estas demandas
familiares. Las aportaciones de este tipo de experiencias ha dejado un rastro
importante donde han crecido nuevas formas de atender las situaciones conflictivas
que envuelven a las familias y sus funciones criadoras, educativas y socializadoras;
todo ello de la mano de una institución colaboradora con la familia, como es la
escuela.
En las últimas décadas se han sumado nuevas experiencias de la mano de otras
instituciones, también relacionadas con el apoyo social a las familias, como son los
servicios sociales, los centros de salud, planificación familiar, asociaciones sociales,
grupos de auto-ayuda y otros colectivos sociales, que, a través de talleres, seminarios
o cursillos específicos, diseñados para adquirir habilidades funcionales, han
contribuido a la creación de nuevos recursos familiares.
No han tenido aún igual respuesta social las demandas de ayuda o apoyo a familias,
cuando el objeto de la demanda se centra en otras problemáticas relacionadas con la
familia y no necesariamente con la educación de los hijos o la adquisición de
habilidades domésticas; atendiéndose éstas en otras instituciones con un carácter
asistencial, marcadas por la “sintomatología o la estigmación social de algún miembro
o de la familia”, como son los centros de salud o los servicios sociales.
712
El término orientación se da a muchas interpretaciones, que van desde indicar,
asesorar o informar, hasta aconsejar, dirigir o conducir. El diccionario de la Real
Academia Española acota dos acepciones, entre varias, que están en la base del uso
que vamos a hacer de esta expresión: Informar a uno de lo que ignora y desea saber,
del estado de un asunto o negocio, para que sepa mantenerse en él. Y otra acepción
es: Dirigir o encaminar una cosa hacia un fin determinado.
El tratamiento que vamos a dar en este tema a la Orientación Familiar nos invita a
acercarnos a la familia “llamando a su puerta y trabajar desde el comedor de casa”;
es decir, orientar se traducirá en devolver la información que la familia tiene sobre sí
misma para elaborarla con ella creando nuevos marcos definitorios de la problemática
que le trae a un servicio de orientación familiar.
La originalidad de este planteamiento, que lo diferencia de las experiencias
psicopedagógicas comentadas, es propiamente ése: parte de la concepción que la
familia tiene de sí misma para reconstituirse con nuevos parámetros en el contexto
que ha alterado la evolución que como ideal habían construido en familia.
2. LAS FUNCIONES FAMILIARES AYER Y HOY
Cada día más, la sociedad requiere a la familia un mayor nivel de ajuste emocional
entre sus miembros, a la vez que los libera de funciones que antaño fueron
exclusivas de ésta. La competencia social de la familia ya no se centra en la
satisfacción de las necesidades básicas de cobijo y alimentación, que en gran medida
han sido dadas a la comunidad; su principal función se centra en satisfacer las
expectativas personales, fomentar las motivaciones, los valores y la protección de los
individuos y el cultivo de las relaciones emocionales.
Al respecto de esto dicen G. Musitu y Pat Allat, (1.994): “ En los años treinta, se
polarizó la teoría de la despotenciación o pérdida de funciones de la familia en la
713
sociedad industrial. Su antigua función económica había sido asumida por fábricas y
empresas, la educativa por un complicado y especializado sistema de escolaridad, la
recreativa pasó a las salas de espectáculos y estadios, la sanitaria a hospitales y
asilos, la religiosa a las iglesias y sinagogas... (Pastor,1.988). Esas funciones
tradicionalmente atribuidas a la familia, como la productiva, protectiva, judicial,
educativa, económica, religiosa, reproductiva, afectiva, sexual, recreativa y de control,
ha cambiado, e incluso algunas hasta han desaparecido, como puede ser el caso, por
ejemplo, de las funciones productivas, judicial y recreativa.... Posiblemente las
funciones que más fuerza tienen en el mundo de hoy, incluso mayor que en el
pasado, sean la económica, la afectiva y la de apoyo, y para algunos la sexual.”
Es así que en la gran transformación operada en la cultura occidental ha llevado a
que las sociedades se jerarquicen a través de instituciones que se han ido creando
con la finalidad de potenciar el individualismo que hoy caracteriza nuestro entorno,
fruto de lo cual estas instituciones han incorporado en sus objetivos funciones que
antaño tenían encomendada la familia.
De esta manera, la transformación del marco familiar ha tenido una rectificación
profunda en nuestra sociedad a lo largo del siglo XX. Las libertades individuales
conseguidas en nuestro tiempo constituyen un fiel donde leer los ajustes que se han
operado en la organización familiar. Desde el movimiento de liberación feminista,
considerada como la gran revolución social del siglo pasado, pasando por los
sistemas de seguridad social que garantizan los mínimos económicos para cualquier
ciudadano, o las prestaciones sociales por jubilación que ha facilitado la autonomía
económica de los mayores respecto de sus hijos, así como el largo período de
escolarización y la universalización de la enseñanza, han elevado a la juventud, al
mayor rango y a la mujer a un estatus social de carácter singular que les han
convertido en figuras con prototipos propios, convirtiendo al nuevo uso, funciones y
valores sociales que con anterioridad se traducían con otros significados en la familia.
Como ya hemos tratado en temas anteriores, la cultura circunscentra la familia
generando nuevos significados sociales en ella. Cada cultura se expresa a través de

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR