Introducción

AutorMireia Hernández Esteban
Páginas13-16
CAPÍTULO I
Introducción
Un hombre al edif‌icar una casa cavó profundamente
puso los cimientos sobre roca. Al sobrevenir una
inundación, rompió el torrente contra aquella casa,
pero no pudo destruirla
por estar bien edif‌icada. Lc 6,49
Del acervo cultural al que nos iremos ref‌iriendo constantemente, tomamos
la expresión: construir la casa sobre roca, porque sabemos que las tempes-
tades –de cualquier tipo–, derriban las construcciones endebles. Y por este
mismo acervo, nos viene a la mente el recuerdo infantil de la casa de paja,
de madera y de ladrillos de los tres cerditos.
Hagamos un paréntesis.
Si tomáramos este primer párrafo y lo cotejáramos con un programa detec-
tor de plagio, sin lugar a duda, de las 56 palabras, el software señalaría una
coincidencia textual de 17 palabras idénticas. Es decir, un 30,35%. Una cifra
que supera con creces lo lícito y, de entrada, el programa lo consideraría un
plagio.
En este punto, el lector, posiblemente, haga una mueca, beba un poco de
café y musite, «Pues sí que empezamos bien. Menuda sandez». Y tendrá ra-
zón; sin embargo, este tipo de casos se cuelan en las universidades al pasar
un trabajo científ‌ico por el f‌iltro del programa detector de plagio; éste puede
advertir una coincidencia altísima, porque efectivamente, se han detectado

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