Introducción

AutorManuel Valverde Villa
Cargo del AutorEspecializado en Financiación de la Vivienda en España y experto en Derecho Inmobiliario Registral
Páginas17-20
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INTRODUCCIÓN
En los Bancos de Crédito Territorial hay una conjugación entre una institución
de Derecho civil, como es la hipoteca y la propia institución bancaria. Hacen estos
Bancos de intermediarios entre la explotación de una economía agraria y la propiedad
urbana, que necesitan nanciación, y la empresa bancaria que facilita dinero. Para ello,
los Bancos de Crédito territorial se sirven de la movilización del valor de esas propie-
dades, emitiendo a cambio unos títulos valores, llamados al principio letras de garantía
y obligaciones hipotecarias y, después, cédulas hipotecarias, por un importe igual a los
préstamos concedidos y que representan el 50% como máximo del valor de los inmue-
bles rústicos y urbanos hipotecados.
En el origen de estas instituciones, los rendimientos de estas ncas rústicas y
urbanas debían ser sucientes para amortizar los préstamos hipotecarios que se les
concedían con hipoteca, a plazos de 50 años como máximo, y pago mediante módicas
anualidades, divisible por semestres, que se equiparaban a los rendimientos anuales de
esos inmuebles.
El nacimiento de estas instituciones de crédito hipotecario está primeramente
en Rusia, con Catalina II, quien a mediados del siglo XVIII organizó el primer Ban-
co hipotecario de aquel imperio, dependiendo del Estado, y luego, en Alemania, con
Federico II el Grande, concretamente en Prusia, en la región de Silesia, en 1770, con
asociaciones denominadas «Landschaften». Por tanto, surgen con bastante anterioridad
a las sociedades anónimas y se distinguen por la sencillez de medios, propia de estas
instituciones primitivas. Posteriormente aparecen las sociedades de capital, bien me-
diante capitalistas que invierten en la sociedad por acciones, bien amparadas por el
Estado, que autoriza su fundación con algún privilegio, como fueron el Crédit Foncier
en Francia, en 1852 o el Banco Hipotecario en España, en 1872.
Con todas estas instituciones de crédito territorial se ha ido desenvolviendo el
crédito hipotecario y provocado la mejora del campo y el desarrollo urbano de las ciu-

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