Introducción

AutorCristina Cano Ortega
Páginas21-73
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Introducción
I. EL PROBLEMA DE DIMENSIÓN DE LAS COOPERATIVAS
ESPAÑOLAS. EL SECTOR AGROALIMENTARIO COMO
PROTOTIPO DE ATOMIZACIÓN EMPRESARIAL Y MEDIDAS
LEGISLATIVAS PARA INCENTIVAR SU INTEGRACIÓN
1. Introducción
En las últimas décadas estamos viviendo un espectacular crecimien-
to de la competencia entre las empresas motivado por una extendida
globalización de los mercados, favorecida por la reducción de las barre-
ras comerciales y los avances tecnológicos en el transporte y las comu-
nicaciones. Con el objetivo de ganar competitividad las empresas han
mostrado un creciente interés por los procesos de concentración, ya sea
de mayor o menor grado, para poder crecer y alcanzar el tamaño óptimo
para competir 1. Actualmente, continuamos arrastrando la preocupación
que se inició hace décadas de la competencia con el resto de empresas
europeas 2.
1 En este sentido, N.
ARCAS LARIO
, «La Sociedad Cooperativa Europea como forma
de concentración empresarial», en R.
ALFONSO SÁNCHEZ
(dir.), La Sociedad Cooperativa Eu-
ropea Domiciliada en España, Cizur Menor (Navarra), Thomson Aranzadi, 2008, p. 57.
Como indica A.
MARTÍNEZ CHARTERINA
, Análisis de la Integración Cooperativa, Bilbao, Uni-
versidad de Deusto, 1990, p. 12, «la concentración, como tendencia al aumento de las
dimensiones medias de la empresa, era ya un fenómeno sensible a finales del siglo
XIX
».
2 Como señala R.
LARGO GIL
, La fusión de sociedades mercantiles. Fase preliminar, pro-
yecto de fusión e informes, Madrid, Civitas, 1992, p. 110, «la instauración del mercado úni-
co europeo [...] representaba un reto para los diferentes sectores empresariales en España.
Es preciso —se decía y aún se dice— que las empresas españolas alcancen la dimensión
adecuada para competir, dignamente al menos, con los concurrentes europeos. Esta cons-
tituía la premisa, todavía vigente. No importan, al parecer, los medios ni el partenaire. El
temor de los empresarios españoles a ser “barridos” por los comunitarios en el momento
de que se “rompan las fronteras” se vio —y todavía se ve— espoleado desde el Gobierno
al grito de “concentraos”. Sí, pero ¿cómo? y ¿con quién? Es evidente que un mínimo de
programación estratégica es precisa. Por otro lado, como se sabe, la concentración, en
CRISTINA CANO ORTEGA
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En este sentido, la Ley 27/1999, de 16 de julio, de Cooperativas (en
adelante, LCOOP) establece en su Exposición de Motivos que «la com-
petitividad se ha convertido en un valor consustancial a su naturaleza
cooperativa, pues en vano podría mantener sus valores sociales si falla-
sen la eficacia y rentabilidad propias de su carácter empresarial». Aun-
que parece no existir relación clara entre el tamaño y la rentabilidad,
este suele presentarse como un factor de competitividad y las empresas
españolas y, en particular, las cooperativas, suelen tener una reducida
dimensión empresarial, lo cual puede limitar su capacidad competitiva 3.
El tejido empresarial español se caracteriza por presentar una alta
fragmentación en el que predominan las micro y pequeñas empresas y
existe un número reducido de grandes empresas. Mientras que en 2010
en el sector privado no financiero de la economía española existían 2,7
millones de empresas que empleaban 12,1 millones de personas y con
solo 3.305 empresas grandes (más de 250 trabajadores); en ese mismo
año, en Alemania había 1,8 millones de empresas con un número de
21,2 millones de ocupados y con 8.995 grandes empresas. El elevado
número de microempresas y pymes en España podría deberse a dos ra-
zones: a que se trata de una economía dinámica en la que se van creando
muchos nuevos negocios o a la existencia de debilidades estructurales
que obstaculizan el crecimiento y consolidación de empresas jóvenes y
que permitan una producción más sostenida y una mayor proyección
exterior que contribuyan al desarrollo empresarial 4. Lamentablemente,
parece que nos encontramos en el segundo caso.
Para tratar de hacer frente a los problemas que puede conllevar el
reducido tamaño de las empresas, estas han tratado de ganar dimen-
sión de la forma más rápida posible: la concentración empresarial. Se
trata de un fenómeno que se ha dado en general en todo los sectores,
como el sector financiero o el energético, para lograr estructuras aún
más rentables, competitivas y más fuertes frente a los competidores.
Incluso algún autor se refiere a una «auténtica fiebre de fusiones» 5.
Este fenómeno ha tenido también una especial incidencia en el sector
general, y las fusiones, en particular, no son la panacea universal. La eficacia no está en
función de la talla. No obstante, se vive entre esos dos polos: el miedo o, mejor, la preven-
ción de nuestros empresarios frente a los competidores comunitarios y el estímulo desde
las instancias políticas a que aquellos aumenten su tamaño».
3 Así, L. A.
SÁNCHEZ PACHÓN
, «La integración y colaboración intercooperativas en el
marco del Derecho de defensa de la competencia», en
L. A. VELASCO SAN PEDRO, C. ALONSO
LEDESMA, J. A. ECHEBARRÍA SÁENZ, C. HERRERO SUÁREZ
y J.
GUTIÉRREZ GILSANZ
(dirs.), La apli-
cación privada del Derecho de la competencia, Valladolid, Lex nova, 2011, p. 938.
4 Son los datos y conclusiones ofrecidas por E.
HUERTA ARRIBAS
y V.
SALAS FUMÁS
, «Ta-
maño de las empresas y productividad de la economía española», en E.
BAAMONDE NOCHE
(coord.), El papel del cooperativismo agroalimentario en la economía mundial, vol. 24, Es-
paña, Cajamar, 2013, p. 167.
5 L. M.
ESTEBAN RAMOS
, Los Acreedores Sociales ante los Procesos de Fusión y Escisión
de Sociedades Anónimas: Instrumentos de Protección, Cizur Menor (Navarra), Thomson-
Aranzadi, 2007, p. 41.
INTRODUCCIÓN
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agroalimentario, aunque ha llegado más tarde y con menos fuerza que
en otros sectores 6.
Aunque las sociedades mercantiles de capital han sido las que más
se han involucrado en los procesos de concentración empresarial, las
cooperativas también han ido paulatinamente sumándose a esta ten-
dencia 7, como ha sucedido especialmente en el sector del crédito 8. La
motivación principal de las cooperativas para integrarse es aumentar su
tamaño, pues la mayoría de los sectores, como pasa por ejemplo en el
sector agroalimentario, adolecen de una marcada atomización. Al ganar
dimensión pretenden acceder a las economías de escala; incrementar el
acceso al capital para hacer más inversiones que permitan modernizar
sus estructuras productivas, comerciales o administrativas; aumentar su
poder de negociación; etcétera 9.
Gran parte de las cooperativas que han participado en procesos de
integración se han decantado por la forma genuina de integración de
las cooperativas, es decir, las cooperativas de segundo grado. No obstan-
te, las cooperativas tienen a su alcance otras formas de concentración
igualmente útiles, si bien ha de escogerse la más adecuada a las nece-
sidades y objetivos de la sociedad. Entre esas otras fórmulas destacan
la fusión, los grupos cooperativos, los acuerdos de colaboración, etc.
Además, la Sociedad Cooperativa Europea también sirve como forma de
integración de cooperativas de ámbito transfronterizo.
6 En este sentido, J. M.
DEL REAL SÁNCHEZ-FLOR
, «La dimensión como clave para la
mejora de la competitividad», en E.
BAAMONDE NOCHE
(coord.), El papel del cooperativismo
agroalimentario en la economía mundial, vol. 24, España, Cajamar, 2013, p. 324.
7 S.
PARRA DE MAS
, La integración de la Empresa Cooperativa (Evolución de los Prin-
cipios Cooperativos), Madrid, Derecho Financiero, 1974, p. 88, hace cuarenta años, ya
alertaba de que la «tendencia de los distintos movimientos cooperativos europeos se dirige
hacia una aceleración de la integración cooperativa, especialmente en el terreno de la coo-
peración de consumo y en la agraria».
8 Por la complejidad propia de este sector no se incluirá en este trabajo el estudio de
sus normas reguladoras específicas, sino que nos centraremos en dar un marco jurídico
general sobre los procesos de integración de las cooperativas y, en la medida de lo posible,
utilizaremos ejemplos de cooperativas del sector agroalimentario, mención especial que,
como veremos, está justificada.
Sobre los procesos de concentración en el sector de las cooperativas de crédito puede
verse C.
VARGAS VASSEROT
, «Las cooperativas de crédito y su posición dentro del modelo
cooperativo. Integración frente a diferenciación en el marco de la reforma del sistema
financiero», REVESCO. Revista de Estudios Cooperativos, núm. 117, 2015, pp. 63-66.
9 Sobre las ventajas del mayor tamaño empresarial puede verse N.
ARCAS LARIO
, «La
Sociedad Cooperativa Europea...», op. cit., pp. 60-61, quien aborda brevemente las distin-
tas teorías económicas al respecto. Un estudio más detallado sobre las ventajas e incon-
venientes de la «gran empresa» ya lo realizó
F. VICENT CHULIÁ
, Concentración y unión de
empresas ante el Derecho español, Madrid, Confederación Española de Cajas de Ahorros,
1971, pp. 87-94. Como indica este autor, la empresa que se encuentra por debajo del tama-
ño óptimo cuenta con cuatro posibilidades: a) su reestructuración; b) especialización en
una determinada producción; c) unirse con otras empresas para lograr la especialización,
o d) la concentración (pp. 111-113).

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