Introducción
| Autor | David Carrizo Aguado |
| Cargo del Autor | Prof. Dr. de Derecho internacional privado Universidad de León |
| Páginas | 21-27 |
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El turismo es una actividad de gran trascendencia con un impacto muy positivo en el crecimiento económico y de empleo en Europa1. Constituye también un aspecto cada vez más significativo en la vida de los ciudadanos europeos teniendo en cuenta que, cada día se viaja constantemente tanto por motivos privados como profesionales2.
En el informe de la OMT «Tourism Towards 2030» se ofrece un pronóstico actualizado y una evaluación del desarrollo del turismo para las dos próximas décadas, de 2010 a 2030. Se trata de un proyecto de investigación de amplio espectro, que toma como punto de partida el trabajo realizado en el seno de la mencionada institución sobre las previsiones a largo plazo desde la década de 1990. El nuevo estudio sustituye al anterior «Turismo: Panorama 2020», que se ha convertido en referencia mundial para las previsiones sobre turismo internacional3.
De igual modo, en aquél se incluye un análisis de la relación existente entre los consumidores y las plataformas electrónicas prestadoras de servicios turísticos. En el ámbito de los viajes y del turismo, las calificaciones y las revisiones que insertan los propios usuarios en los portales digitales se han convertido en una parte central de los procesos de información, selección y decisión de los consumidores a la hora de elegir un destino turístico. Realmente existen controversias sobre la
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veracidad, puesto que los proveedores afirman haber sido objeto de calificaciones negativas infundadas con el objetivo de obtener reembolsos o reducciones en el precio pactado.
Desde la perspectiva socio-económica son muy reveladores los datos que conocemos tanto a nivel internacional como estatal. Las cifras ofrecidas por el último Barómetro de la OMT han afirmado que el gasto de los principales mercados emisores refleja un aumento de la demanda del turismo internacional en todo el mundo. Estados Unidos está a la cabeza del turismo emisor internacional, seguida por Rusia y Brasil. La demanda de viajes fue especialmente alta en Europa, donde las llegadas se incrementaron el pasado año en un 8%4. Por otra parte, en el ámbito interno, el Informe Coyuntur núm. 30, I Trimestre de 2018, realizado por TURESPAÑA5, organismo directamente dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, analiza la tendencia-ciclo de los principales indicadores del sector turístico. En el mismo, se estima que para el segundo trimestre del año 2018 continúe el crecimiento de la entrada de turistas internacionales y del gasto total asociado, y que se alcancen las cifras de 23 millones de llegadas y de 23,5 mil millones de gasto. En este contexto, la llegada de turistas internacionales cerró el año 2016 con la cifra récord de 75,6 millones, y mostrando a lo largo de todo el año una tendencia de crecimiento acelerada en relación a años anteriores. En el presente año, el gasto total realizado por los turistas internacionales que visitaron España en abril de 2018 alcanzó los 6.659 millones de euros6.
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Aunque el turismo tiene un fundamento jurídico propio7, desde diciembre de 2009, la UE no posee de una línea de financiación autónoma en las nuevas perspectivas financieras «2014-2020»8. En los artículos 6 d) y 195 TFUE se afirma que la UE dispone de competencia en materia de turismo con la meta de apoyar, coordinar o complementar la acción de los Estados miembros; además, la UE deberá basar su política turística en la cooperación entre Estados miembros y de modo particular mediante el intercambio de buenas prácticas9. En este sentido, hay autores que estiman que a pesar de varios intentos de incorporar una política común en turismo en la UE realmente no existe como tal, y que por el propio carácter transversal de la actividad, al turismo se le trata de forma complementaria e integrada en el resto de políticas comunitarias10.
Especial relevancia cobra la interacción del sector turístico y la protección del consumidor a través del «Centro Europeo del Consumidor»11. La Red de Centros
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Europeos de los Consumidores, desplegada en todos los Estados miembros de la UE, además de Islandia y Noruega, concede ayuda y asesoramiento de forma gratuita sobre los derechos que tienen los consumidores al comprar bienes o contratar servicios en establecimientos radicados en otro Estado miembro, Islandia o Noruega. Además, éstos intervendrán como mediadores en las quejas y reclamaciones transfronterizas12.
Por su parte, ya en España, el Centro Europeo del Consumidor arbitrará las peticiones que surjan cuando un consumidor español reclame por un mal servicio o producto defectuoso contra un establecimiento o empresa situado en otro Estado de la UE, o cuando un consumidor de otro Estado miembro quiera reclamar contra un establecimiento o empresa española13.
En resumen, los cuatro objetivos fundamentales sobre los que se sustenta la protección al consumidor en la UE son: garantizar que éstos sean informados de manera clara, exacta y coherente; darles vías rápidas y eficaces de solución de litigios con los comerciantes y asegurar que sus derechos sean respetados; además, se deben adaptar los derechos de los consumidores a los cambios económicos y sociales para así protegerlos de productos inseguros14.
Para superar ciertas complicaciones, la Comisión Europea ha establecido la «Estrategia para el Mercado Único Digital»15en la que se proponen un total de dieciséis acciones clave bajo tres pilares nítidamente diferenciados: el primero, basado en mejorar el acceso de los consumidores y las empresas a los bienes y servicios digitales en toda Europa; el segundo...
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