Introducción

AutorMaría Alvarado Riquelme
Páginas9-10
INFLUENCIA DEL TERCER SECTOR EN EL DESEMPEÑO EMPRESARIAL ...
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CAPÍTULO 2
INTRODUCCIÓN
En las últimas tres décadas se ha producido una fuerte expansión de la economía social, un
sector situado entre el sector público y el privado que ha recibido otras denominaciones como
tercer sector (Chaves, 2007; Argudo, 2002; Sajardo y Chaves, 1999; Tomas, 1997), non-proit
sector o sector no lucrativo (Hwang and Powell, 2009; Sinitsyn y Weisbrod, 2008; Hans-
mann, 1980; Argudo, 2002; Chaves, 2007), economía solidaria (CIRIEC-International,
2011; Chaves 2007), sector cooperativo (Chaves, 2007), sector de organizaciones voluntarias
(Kramer, 1981; Chaves, 2007) y sector emergente (Argudo, 2002).
El término «economía social» empezó a usarse en el siglo  para referirse al estudio de
una forma especíca de organizar el uso de factores de producción, esto es las cooperativas
de producción, y, en un sentido más amplio, a sus implicaciones sociales. A nales del , la
economía social giró hacia el estudio de modelos híbridos de empresas y su contribución a
un crecimiento económico más inclusivo, como las empresas sociales y las corporaciones de
benecio público.
La importancia del estudio de la economía social, y en concreto de las empresas sociales,
radica en el hecho de que en Europa se emplea hoy en día a más de 14 millones de personas
(Monzón y Chaves, 2012). La economía social en España está constituida por casi 43.000
empresas, que generan 2,2 millones de empleos y una facturación que ronda los 115.000 mi-
llones de euros (el 10% del PIB español). Estos datos la convierten en una realidad económica
signicativa y, por tanto, indiscutible.
Además, algunos de sus elementos identitarios se han traducido en claros argumentos
económicos y sociales a favor de este tipo de realidad empresarial. Las empresas sociales son
competitivas, generan empleo, y resuelven crisis sectoriales o territoriales gracias a su capaci-
dad colectiva de reacción frente a los problemas sociales. Estas empresas se crean en el terri-
torio, en función de los problemas surgidos en él, y ofrecen soluciones positivas. Potencian el
espíritu emprendedor de las personas, y su participación en la gestión. Asimismo, ayudan a
construir una sociedad más equitativa y a integrar a personas con discapacidad o en riesgo de
exclusión social. Por último, fomentan los valores democráticos y la riqueza colectiva.

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