Introducción

AutorJosé M. Ruano De La Fuente/Jorge Crespo González/César Polo Villar
Páginas35-37
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En los últimos años, todas nuestras organizaciones públicas, aunque particu-
larmente la Administración General del Estado (AGE), están sometidas a fuer-
tes procesos de cambio, tanto en lo relativo a sus estructuras y funcionamiento
como en lo atinente a sus funciones y personal, para afrontar los nuevos retos y
desafíos del presente y del porvenir. Entre ellos, y en concreto para la AGE, no
son los menores la necesidad de asumir la prestación de servicios a ciudadanos,
organizaciones e instituciones cada vez más exigentes, en un marco relacional
complejo y en condiciones de eficacia y eficiencia satisfactorias.
La viabilidad de la implantación de esos requerimientos de nuestros días y
la deseable transformación de la AGE en el sentido y dirección adecuados de-
penden, hoy más que nunca, de lo que las personas al servicio de dicha Admi-
nistración sean capaces de hacer, pues los servidores públicos constituyen, tal
como explicita la literatura académica, el capital estratégico de la propia Admi-
nistración, las instituciones no son nada sin las personas que las permiten ac-
tuar. Siendo esto así, cobra sentido interrogarse sobre cómo se produce la ges-
tión del personal y con qué técnicas e instrumentos se cuenta para afrontarla.
Si bien la gestión de recursos humanos debe considerarse como un todo
compuesto por un conjunto de fases y funciones, debe reconocerse que una de
ellas, la selección, tiene una gran relevancia, toda vez que si se realiza de ma-
nera adecuada provee a la Administración del mejor capital humano posible, lo
que facilitará en gran medida el cumplimiento de sus fines y la proyección de
la organización hacia el futuro. En la Administración Pública, no siempre el
proceso de selección se ha asociado a una visión de gestión y, tradicionalmente,
se ha dado más importancia al cumplimiento formal del íter procedimental,
aspecto necesario pero no suficiente para la optimización de los resultados.
Concretamente, la selección de personal en las Administraciones Públicas
españolas se orienta fundamentalmente a través de dos elementos estructurales
de nuestro sistema de función pública y empleo público: el sistema de clasifica-
ción del personal y los puestos de trabajo.
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN

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