Introducción

AutorTomás Alberich Nistal
Páginas15-20

Cada día hay más asociaciones inscritas en los registros correspondientes, cada vez más ciudadanos, vecinos y colectivos optan por la fórmula asociativa para llevar a cabo sus proyectos, constituirse en grupos de presión, o para defender derechos y propiciar actitudes ante la administración.

Las asociaciones trabajan en todos los ámbitos imaginables de la actividad humana, en la cooperación al desarrollo, la protección de la naturaleza, el desarrollo cultural, la preservación del patrimonio, la mejora de la enseñanza o la investigación social, la ayuda mutua, la defensa de los derechos humanos,... y su contribución al progreso y al bienestar de nuestra sociedad ha sido y continúa siendo fundamental. Al movimiento asociativo debe la sociedad el nacimiento de muchos servicios que hoy en día damos por descontados, como las actividades extraescolares, el reparto de ayuda de emergencia en caso de necesidad, o el fomento del espíritu de solidaridad con los menos favorecidos.

También las asociaciones han contribuido de manera indudable al avance político de nuestro país, fomentado la democracia y sirviendo de apuntalamiento para los sentimientos de ciudadanía y solidaridad, siendo la existencia de asociaciones fuertes en un municipio o región uno de los indicadores de la calidad de vida.

Pero muchas veces los proyectos que ponen en marcha las asociaciones se ven obstaculizados por la falta de conocimientos en la gestión de los mismos, en la manera de obtener y gestionar recursos materiales y humanos, por el desconocimiento de la manera especifica de entregar los documentos que justifiquen los recursos económicos obtenidos, o de la legislación aplicable a los ámbitos de actuación. Aunque otras veces, por el contrario, las asociaciones llevan a cabo actuaciones brillantes que no son suficientemente conocidas por la población a la que van dirigidas por la falta de una publicidad adecuada, o la inexistencia de notas o comunicados de prensa que den a conocer estas actividades.

También ocurre que determinadas administraciones públicas demandan de las asociaciones la prestación de servicios para losPage 16 que no están preparadas o, incluso, se les solicite su participación activa en tareas que debe de prestar la administración directamente, queriéndoles hacer partícipes de un cierto desmantelamiento del Estado de Bienestar.

Pretendemos que este libro sirva de guía a la hora de gestionar las asociaciones y sus proyectos, que sea consultado y que en él se...

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