La intolerancia en el pensamiento de Martín Lutero. El modelo teórico de la persecución religiosa en el Protestantismo Luterano

AutorDiego Blázquez Martin
Cargo del AutorUniversidad Carlos III de Madrid
Páginas59-88
II.- LA INTOLERANCIA EN EL PENSAMIENTO DE
MARTÍN LUTERO.
EL MODELO TEÓRICO DE LA PERSECUCIÓN
RELIGIOSA EN EL PROTESTANTISMO LUTERANO
1.- Introducción
Resulta muy difícil describir, y por lo tanto aun más difícil comprender,
cualquiera de los ámbitos del pensamiento de los que se ocupó Lutero, y no
sólo por la contradicción, una de sus más personales características y a la vez
elemento propio de su tiempo, sino por la enormidad de su obra: Atkinson cal-
culó que, como media, Lutero habría escrito un libro cada quince días a partir
de 15171, y la más completa edición de sus obras consta de un centenar de
tomos. Por otro lado, y como diría Lucien Febvre en 1927, “la bibliografía
sobre Lutero es un océano”. Tras casi un siglo, puedo hacer mías las palabras
con las que glosa Febvre este dato: “Desde entonces la marea ha subido formi-
dablemente. ¿Cómo no ahogarse?”2.
Frente a esto, en esta parte de Europa otro hecho de carácter histórico y
colectivo nos impide el adecuado conocimiento de la ingente obra luterana3:
éste es la secular ignorancia y desprecio al que se ha sometido el pensamiento
1Atkinson, J. Lutero y el nacimiento del protestantismo, op. cit., p. 205.
2En 1906 eran 2000 volúmenes, sin contar artículos o folletos. Vid. Febvre, Lucien.
Martín Lutero: un destino, 113 Breviarios, FCE, México, 1983. P. 275.
3Teófanes Egido, Las reformas protestantes, Síntesis, Madrid 1992. P. 10 y 11, pp.
40 y ss. Respecto al maniqueísmo del estudio de Lutero vid. Ricardo G.-Villoslada, S.I. “Jo-
sé Lortz y la historiografía católica sobre Lutero”, en Arbor, nº 222, Junio 1964. Pp. 125-
147.
HEREJÍA Y TRAICIÓN60
de Lutero en particular y de la Reforma protestante en general4. Baste como
ejemplo este dato: la primera edición en España de textos originales de Lutero
no se haría hasta 19685. Aunque no se trate de una obra de Lutero, sino de otro
de los grandes reformadores, Calvino, también constituye un ejemplo muy
revelador: la traducción al castellano de la Institución de la Religión Cristiana
que hizo en 1597 Cipriano de Valera, tuvo que ser publicada en Holanda. Y
cuando el siglo pasado, el cuáquero Luis de Usoz y Río pretende editar de
nuevo la traducción de Valera, tampoco podrá hacerlo en España6. La publica-
ción de estos textos de Lutero habría que entenderla como una ruptura de la
tendencia tradicional7, “una revolución copernicana” será calificada desde la
misma Iglesia Católica, fruto del ecumenismo propio del Concilio Vaticano II8,
y que en cierto modo culmina con el acuerdo teológico en torno a la redención
entre las Iglesias Católica y Luterana a finales de 1999. Momento que se vive
igual en el Protestantismo, como destaca el Rev. profesor Gordon Rupp, en el
Prefacio al libro de Atkinson9. Sin duda en un marco general este espíritu de
diálogo se fue construyendo poco a poco, que en España preconizarían Lain
4Fernando de los Ríos hace un interesante análisis de las causas y las consecuencias de
este fenómeno en Religión y Estado en la España del siglo XVI (Instituto de las Españas en los
Estados Unidos, Nueva York, 1927, p. 38, y una edición póstuma y que había sido ampliada por
el autor en FCE, México, 1954): “realizada la ruptura de la conciencia europea, España entrega
su alma a la causa del ideal religioso”, “España se entrega a la causa de la catolicidad y confía
al Estado la misión de la defensa de su empeño...” (Ibídem, p. 39) y, “...consumada la ruptura
de Europa en el s. XVI, España se encierra dentro de si misma; Estado y sociedad nacional se
funden para un empeño religioso, para salvar valores espirituales que España vio simbolizados
en la causa del Catolicismo” (Ibídem, p. 54). “... La lucha contra el movimiento protestante –
dirá De los Ríos- se había iniciado realmente en 1558, por medio de una Pragmática de 7 de Sep-
tiembre que había reforzado las competencia de la Inquisición, estableciendo la vigilancia de las
librerías y con la publicación del Índice de libros prohibidos en 1559. La Pragmática de 2 de
Noviembre de 1559, también vedaba a los estudiantes españoles estudiar en el extranjero, ex-
cepto en Nápoles, Roma, el Colegio de Bolonia y Coimbra”.
5Martín Lutero, Antología. (Ed. Giralt-Miracle, D., Grau Balcells. J, Gutiérrez Marín
M.), P.E.N., Barcelona, 1968.
6Gregorio Peces-Barba Martínez. “Ética Pública, Ética Privada”, Homenaje al Prof.
Fix Zamudio, San José de Costa Rica. 1998.
7En todo caso, habría que advertir contra los excesos de buena fe de estos esfuerzos ecu-
ménicos, pues aunque el fin no deja de ser encomiable, ello no debe impedir la relativa, pero en
todo caso honesta, objetividad con la que el estudioso de las ciencias sociales debe trabajar. En
concreto, por ejemplo, es criticable que en esa primera edición antológica en castellano de textos
de Lutero de 1968, en algunos lugares se suprimiesen párrafos, hojas enteras, sin advertirlo pre-
viamente, y que estas partes extirpadas sean las que, probablemente, más hirientes pudiesen re-
sultar para la sensibilidad católica.
8Vid. Enrique Miret Magdalena, Prólogo, Martín Lutero. Antología, op. cit., págs 7-10
9Rev. Profesor Gordon Rupp, Prefacio. James Atkinson. Lutero y el nacimiento del
protestantismo, op. cit., p. 9. El original fue publicado en 1968 bajo el titulo Martin Luther and
the birth of Protestantism, por Penguin Books.

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