Internet: ¿anarquía contemporánea u orden medieval?

AutorBruno Soria
CargoIngeniero de Telecomunicación
Páginas173-176

¿REALMENTE ESTÁ INTERNET SIN REGULAR?

Internet es un fenómeno peculiar en la historia de la regulación de las telecomunicaciones, y aun me atrevería a decir que de la regulación y el derecho en general: una red sin dueño, un foro de expresión que está ubicado en todo el mundo a la vez y en ningún Estado en concreto, una plaza de intercambio de mercancías sin normas fiscales definidas, una red y unos servicios de telecomunicaciones no contemplados por la regulación actual... Todo ello, funcionando día y noche, y creciendo a velocidades de vértigo sin sujeción aparente a ningún tipo de leyes o normativas.

Se dice que el secreto del éxito de Internet se encuentra precisamente en su carácter anárquico, que permite acomodar el cambio a gran velocidad, y en el debate que se ha entablado sobre su regulación hay muchos que defienden que Internet debe seguir sin regular.

En nuestra opinión, lo primero que debe decirse de esta opción es que no existe. En efecto, es ilusorio pensar que una organización de la complejidad de Internet, con millones de complejas redes de ordenadores y cientos de millones de personas como administradores y usuarios, pueda funcionar (y funcionar bien) y crecer (y hacerlo al ritmo actual) sin algún tipo de normativa. El hecho de que no esté sujeta a leyes escritas ni a ninguna jurisdicción conocida no quiere decir que no esté regulada, sino más bien que, en ausencia de ley escrita, y como no podía ser de otro modo, ha creado su propia jurisdicción basada en una serie de usos y costumbres.

Para entender esta situación, es útil remontarse a los orígenes de Internet, cuando era una red financiada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos y administrada por las Universidades que se habían adherido al programa. Quizás por la raigambre medieval de la institución universitaria, Internet se regía de una forma similar a una villa o ciudad de la Edad Media: había una concesión de unos activos (la financiación y las patentes en este caso, las tierras y la ciudad en el otro) por una autoridad (el Departamento de Defensa aquí, y el rey antiguamente) a una comunidad (los ciudadanos en un caso y las Universidades en otro), regida por un contrato poco detallado entre las partes (un contrato en Internet, y un fuero en la Edad Media). Dentro de los límites de su «fuero», la comunidad de los usuarios de Internet gozaba de gran autonomía para organizar su funcionamiento. Como resultado, aparte de unas pocas normas escritas (los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR