Inteligencia proactiva

AutorJordi Serra del Pino, GRISC
Páginas56-74

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1. Introducción

El nuevo milenio no ha sido muy gentil con los Servicios de Inteligencia (SI). Prácticamente sin solución de continuidad, la Comunidad de Inteligencia (CI) ha visto como viejos equilibrios y reglas de juego desaparecían, sin tener una idea clara de que iba a sustituirlos; es más, antes de poder digerir en nuevo status quo, nuevos actores con nuevas reglas han cambiado totalmente el decorado. Así, los SI se ven abocados a tener que hacer frente a nuevos riesgos y a nuevas amenazas, sin poder acabar de considerar en profundidad la trascendencia de todos estos cambios. Pero no hay tiempo para detenerse a pensar, más que nunca los SI tienen que mantenerse vigilantes y en tensión. La naturaleza de los nuevos riesgos, los costes de las nuevas amenazas, (pero también la miopía de muchos gobiernos) colocan a la CI en un situación en la que, como en la proverbial bicicleta, hay que mantener el pedaleo para no caer.

En todo caso, es evidente que los SI deben someterse a un profundo proceso de análisis y revisión para poder hacer frente a los nuevos desafíos. Esta ponencia, es un avance de investigación de una de las líneas de trabajo del GRIUB1. Específicamente, esta línea de investigación se enfoca a establecer como podemos conseguir mejorar la capacidad de anticipación de los SI.

2. La evolución de la inteligencia

En este artículo se partirá de la definición de las tareas de inteligencia, el ciclo de inteligencia, tal y como ha sido definidas por autores como Rosales, Jiménez y Berkowitz y Goodman con un planteamiento cuádruple y que contempla los siguientes pasos:

  1. Determinación de las necesidades de inteligencia

  2. Obtención de información

  3. Elaboración de inteligencia

  4. Difusión

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Estas cuatro funciones integradas en un ciclo que se realimenta definen con precisión el trabajo que los SI o, al menos, lo han hecho hasta la fecha. Llegados a este punto, la pregunta a formular es: ¿qué ha cambiado?

La respuesta fácil sería: el mundo. Pero veamos en que ha cambiado la situación y función de la inteligencia en los últimos 20 años.

2.1. La inteligencia clásica

La inteligencia tal y como la conocemos hoy día es una función de ejércitos y gobiernos que fue evolucionando hasta alcanzar su máxima expresión en la Guerra fría, es lo que en esta ponencia hemos denominado Inteligencia clásica (IC)2. La IC tienen unos rasgos muy definidos, a saber:

  1. La existencia de un oponente antagónico, el adversario, cuyo propósito entraña, en mayor o menor medida, un perjuicio para nosotros. A un nivel más profundo implica que todo el proceso de razonamiento de la IC se basa en la dicotomía clara entre el nosotros y el ellos.

  2. Este adversario opera según una pauta de comportamiento simétrica respecto a la nuestra. Es decir, su sistema de valores replica el nuestro; es más, el adversario opera dentro de un contexto o circunstancias que son similares o proporcionales a las nuestras. Por lo tanto, el cálculo de pérdidas y ganancias que puede tolerar el oponente será muy parecido al propio. Esta es una característica fundamental que explica por qué la lógica de la Guerra fría comportaba, casi necesariamente, un estado de empate ya que los peligros derivaban de situaciones en la unos de los adversarios conseguía una ventaja sobre el

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    otro; el ejemplo máximo de esto sería la doctrina MAD3. Por esto, no debería sorprender que los SI hayan dedicado tanto tiempo a replicar sus contrapartidas; aún así, debe quedar muy claro que esto solo fue posible porqué todas las partes funcionaban sobre una base compartida de los límites de sus acciones.

  3. Este adversario puede identificarse nítidamente y, mucho más importante puede llegar a ser conocido y entendido. Así, las motivaciones que le empujan y los objetivos que le impulsan nos son comprensibles. Aunque, claro, esto también es posible gracias al patrón de comportamiento simétrico.

  4. El adversario es exterior. Aunque este rasgo entraña un cierto grado de arbitrariedad, lo cierto es que para la IC este era un principio fundamental: los SI se ocupan de las amenazas exteriores; las amenazas internas son competencia de los cuerpos de seguridad. No hay que ahondar mucho para entender que este rasgo contiene una valoración jerárquica: los asuntos realmente importantes ocurren en el ámbito internacional; por esta razón cuando las fuerzas de seguridad han desarrollado funciones de inteligencia se ha tendido a considerarlos como de segunda clase.

  5. La topología de conflictos se limita a situaciones prebélicas, parabéli-cas o abiertamente bélicas. Por el mismo hecho de operar según un patrón simétrico de comportamiento (con riesgos y oportunidades equivalentes) la lógica de cualquier tipo de confrontación comporta una escalada que solo puede acabar en guerra, el truco es ver en qué punto se para esta escalada. Así, las circunstancias o factores que pueden provocar un conflicto son incontables, pero la gama de conflictos resultantes es bastante reducida. De hecho, se puede cuestionar hasta qué punto este comportamiento es resultado o causa del patrón de comportamiento simétrico, lo cierto es que todos los SI pueden encontrar un cierto grado de confort o seguridad en el hecho de poder predecir la respuesta de sus oponentes antes determinados riesgos. Se puede representar este comportamiento como una partida

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    de póquer, con número limitado de jugadores, jugadas y partidas en la que, de hecho, lo único que pueden hacer los jugadores es subir sus apuestas, faroleando las más de las veces (y con los otros sabiéndolo) con la esperanza de que nadie acabe yendo. El problema ha venido con la irrupción de nuevos jugadores con nuevas reglas y partidas.

  6. Un último rasgo que solo puede ser predicado de aquellos países que operan según el principio del Estado de derecho, la obligación de actuar expost. Es decir, la necesidad de que se produzca la ocurrencia efectiva de un hecho delictivo para poder actuar. Esto es tremendamente importante ya que conlleva dos importantes implicaciones:

    - Que la caracterización de un hecho como delito es una atribución limitada y restringida por ley que no puede ser interpretada de manera extensiva, y mucho menos por los SI.

    - Que solo es posible reprimir una acción calificada como delictiva después de su efectiva comisión. Y solo en casos muy limitados se puede actuar contra acciones preparatorias (si también han sido calificadas como delito).

    Por esta razón, la IC puede aspirar a ser, en el mejor de los casos, preventiva; aunque lo más realista es aceptar que será reactiva buscando más una respuesta rápida que una alerta temprana.

2.2. La crisis de la IC

Pero la situación que se ha presentado en el punto anterior ha cambiado drásticamente. Un conjunto de factores ha contribuido a ello:

I La globalización

Aunque ahora resulte algo recurrente atribuirle a la globalización la causa de todo tipo de efectos, lo cierto es que en el caso que nos ocupa ha tenido una influencia determinante. De hecho, y aunque se pueda discutir hasta qué punto el mundo es realmente global, lo que es indudable es que el planeta está mucho más interconectado de lo que lo estaba hace 40 años. La princi-

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pal consecuencia de este aumento de la densidad de relaciones ha sido el incremento en el grado de complejidad de fenómenos y dinámicas. Lamentablemente, nuestra capacidad para gestionar (o comprender) esta complejidad no se desarrolla de forma equivalente y esto es lo que ha generado la incerti-dumbre que impregna el mundo actual. Si tomamos estos tres elementos: interconexión, complejidad e incertidumbre, provoca nuestra perplejidad delante de mucho de lo que acontece en la actualidad. Peor aún, a menudo ni somos conscientes de nuestra falta de conocimiento de estos desarrollos. Esto es a lo que alude Ziauddin Sardar cuando habla de Ignorancia al cuadrado (ignorancia2), es decir, la ignorancia de ser ignorante. Como resultado de todo esto el mundo aparece más caótico que nunca, los acontecimientos se suceden sin causa aparente, o cuando vemos la causa sus efectos parecen desproporcionados o incoherentes; ya solo por esto la tarea de los SI se antoja más ardua.

Pero hay un segundo elemento, menos evidente, si bien más trascendente: las fronteras han dejado de ser relevantes. Riesgos y amenazas circulan por el mundo de una manera como nunca se había experimentado; lo que anteriormente se hubiera considerado como local, deviene global a una velocidad inaudita.

II El colapso de la Unión Soviética y del bloque socialista

La situación experimentada tras la caída de la URSS y la desintegración del telón de acero provocó una sacudida en los SI occidentales: en primer lugar, los dejó fuera de juego ya que ninguno había anticipado tal desarrollo y mucho menos con esa velocidad; en segundo lugar, el adversario que justificaba y legitimaba gran parte de su existencia y actividad desaparecía. De hecho, la primera víctima del nuevo escenario fue la simetría; en el nuevo panorama se alzaban los EEUU como el nuevo (y único) hiperpoder mientras que la desaparición del oponente creaba vacíos de poder. Con todo, y como la naturaleza aborrece el vacío, nuevas estructuras de poder toman el relevo de las antiguas; es más, ahora mismo estamos asistiendo al proyecto de Rusia de reconstituirse como imperio contendiente por la supremacía mundial.

De todas maneras, aquí el elemento más destacable es la falta de...

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