La innovación docente en la formación de profesionales y formación para el empleo: la resiliencia como estrategia

AutorJuana María Serrano/Roberto Moreno/Santiago Gutiérrez
Páginas187-199

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1. Introducción

Cuando hablamos en clave Educación Preventiva y formación de profesionales desde el aula en Trabajo Social son aspectos que los/as docentes nos preguntamos cómo hacerlo y desde dónde podemos llevar a cabo la formación educativa para la adquisición de competencias profesionales.

El presente trabajo tiene como objeto utilizar la Educación Preventiva en la Formación de estudiantes en el aula para la adquisición de competencias formativas personales y profesionales.

Para dar cumplimiento al objetivo, se parte de una revisión teórica analizando las últimas referencias sobre el tema relacionado con la intervención social, puesto que los/as profesionales van a ser agentes transformadores de cambio tanto a nivel personal, familiar y social.

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Para ello es conveniente analizar las fortalezas individuales y grupales en el aula ya que permite, desde un enfoque de resiliencia, encontrar y trabajar múltiples áreas de desarrollo tanto a nivel individual como grupal. Las prácticas profesionales en esta línea no implican que los/as Trabajadores/as Sociales olvidemos o pasemos por alto cuáles son los problemas reales que tienen las personas.

Desde la intervención educativa, nos va a permitir poder analizar y ver la realidad personal y social para solucionar las problemáticas sociales desde el interior de los/as discentes y poder adaptar las metodologías docents a las necesidades educativas del aula.

Debemos formar a profesionales con diferentes capacidades y competencias ya que en el futuro como profesionales deberán enfrentarse a realidades sociales complejas, para poder ofrecer ayuda a personas, familias y grupos a que transformen sus problemas, sus realidades y den respuesta a sus necesidades sociales.

Para ello necesitarán recursos tanto personales, institucionales y del entorno para poder solventar las situaciones que se les planteen, por ello desde la Educación Preventiva en el aula podrán desarrollar competencias para dar respuestas profesionales.

Los/as profesionales tenemos gran experiencia práctica y necesitamos encontrar fórmulas, estrategias para poder intervenir, para abordar los problemas de las personas, pero en muchas ocasiones nos preguntamos desde dónde podemos hacer intervención y hacer una lectura positiva de esos problemas. Además también poder abordar los conflictos, afrontándolos, enfrentándose a ellos, sobreponerse y conseguir que los/as usuarios/as salgan reforzados de experiencias basadas en las adversidades.

El alumnado cuando se enfrente a la intervención social se encontrará con nuevos desafíos, nuevos retos profesionales: en primer lugar con nutrir y seguir elaborando un cuerpo de conocimientos teóricos propios, creativos, emprendedores, innovadores y adaptados a las nuevas realidades sociales que emergen producto de la evolución social, de la economía, de las migraciones, … Y en segundo lugar los/ as docentes tenemos un desafío creativo en el desarrollo de fórmulas que se identifiquen con la propia identidad del Trabajo Social como profesión de ayuda.

Para ello la Educación Preventiva posibilitará intervenir desde una perspectiva de resiliencia centrándonos en la fortaleza humana permitiendo diagnosticar e intervenir desde el Trabajo Social en colectivos vulnerables.

2. La resiliencia y el trabajo social

La resiliencia es un concepto que en los últimos años se viene aplicando a las Ciencias Sociales. Podemos encontrar posturas y multitud de definiciones realizadas por diferentes autores. Las corrientes más comunes son encontrar definiciones que se apoyan en la biología del sujeto y por otra parte conceptos relacionados con tendencias ambientalistas donde el sujeto forma parte de la interacción con el medio.

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El Trabajo Social como disciplina científica en su trayectoria profesional siempre ha sido vinculada con perspectivas ecosistémicas para la comprensión y el abordaje de las necesidades o dificultades tanto personales como sociales. Si realizamos un estudio restrospectivo, la literatura científica muestra como las autoras más clásicas del Método de Casos y de los Modelos Psicolosciales de intervención tenían en cuenta la capacidad resiliente y las fortalezas de las personas mediante la potenciación de la autonomía e independencia (Hamilton, 1987; Perlman, 1957; Richmond, 1995; Vázquez, 2009) relacionado con el paradigma contemporáneo de la activación de la resiliencia a través de perspectivas multi-interdisciplinarias ligadas con el entorno y el contexto social, político y económico (Barranco, 2004; Salgado, 2005).

Entre las definiciones más conocidas, entre otras, destacamos las aportaciones realizadas por Grotberg (1995) donde define la resiliencia como una capacidad universal que todas las personas tienen, permitiendo a la persona, a los grupos o comunidades disminuir o llegar a superar las adversidades.

La resiliencia es considerada como un proceso, capacidad o es resultado de la adaptación a pesar de las amenazas o circunstancias de reto (Masten, 1990).

Por su parte Manciaux (2005) resiliencia significa recuperarse, superar las enfermedades, traumas o estrés. Seguir viviendo lo mejor posible superando las pruebas y crisis de la vida, resistiéndolas y superarlas.

Intervenir desde una perspectiva resiliente implica intervenir desde las fortalezas humanas de la persona que prevé una estabilización del poder de relación entre los Trabajadores/as Sociales y los clientes o usuarios/as. Los clientes o usuarios/as entran en “la clínica” en una posición vulnerable y con relativamente poco poder. Pero desde este enfoque permite tener y ser el protagonista de su cambio.

Autores como Melillo y Suárez Ojeda (2001) determinaron los atributos o factores que caracterizan la resiliencia:

La introspección, la capacidad de autocrítica, es decir de observarse a sí mismo y al entorno, hacer cuestionamientos profundos y dar respuestas a éstos.

La independencia, la capacidad para ver de forma objetiva los problemas o las situaciones, establecer límites sin dejarse apasionar o influenciar por sus propios mapas. Limita la expresión de las emociones así como aporta una actitud de interés y colaboración.

La relación, la capacidad para sostener y establecer relaciones de confianza y solidaridad fuertes y de largo plazo con otras personas o grupos. Este atributo promueve la capacidad para establecer lazos satisfactorios con otras personas.

La iniciativa, como referencia a la capacidad para autoexigirse, apersonarse de su responsabilidad, de sus decisiones y consecuencias. Por lo que crea sentimientos de autorrealización, capacidad de liderazgo y capacidad para afrontar y resolver desafíos.

El humor, como capacidad de afrontar las situaciones en forma lúdica y divertida, encontrando en la crisis una fuente de inspiración. Se propone una visión optimista y esperanzadora.

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La creatividad, entendida como capacidad de establecer y crear orden y nuevos modelos a partir de la confusión. Por lo que son necesarios diver-sos planteamientos y soluciones creativas ante un conflicto.

La moralidad, dar sentido trascendente a las actuaciones, dando y deseando a otros el bien propio. Adquisición de valores y habilidades de la vida, es decir, tratar aspectos como no juzgar o criticar a los demás.

La autoestima consistente, valorarse a uno mismo de forma positiva. Ser escuchado y sin críticas al respecto, aumenta la confianza en uno mismo y facilita los acuerdos negociadores o la resolución del conflicto.

La identidad cultural, hace referencia a ser identificado en una cultura donde, las relaciones sociales estén caracterizadas por ser armónicas y pacíficas.

Todos estos atributos forman el concepto de Resiliencia y con ello, están presentes en las actitudes resilientes, y por lo que deberían estar también presentes para empoderar a colectivos.

Es importante destacar que, estos atributos pueden ayudar a que el análisis de la situación se fortalezca y así, la toma de decisiones, ayudando a la persona a enfrentar su situación desde una perspectiva resiliente, de empoderamiento, positiva y diferente.

Actualmente en Trabajo Social hay “una creciente toma de conciencia de los beneficios de la perspectivas de las fortalezas que se pone de manifiesto por el creciente número de publicaciones sobre la práctica del Trabajo Social basada en las fortalezas sociales” (zimmerman, 2006, p. 265).

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